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Filo: |
Chordata |
Clase: |
Reptilia |
Orden |
Squamata |
Familia: |
Boidae |
Status
UICN ver 3.1: |
Sin datos |
Status
CITES: |
Apéndice
I |
Nombre científico:
Boa constrictor (Linnaeus, 1758)
Descripción
general y características
Como todos los miembros
de esta familia, estas son serpientes que
poseen restos pélvicos ocasionalmente
visibles externamente. Los dientes maxilares
y mandibulares son fuertes y grandes. Los
huesos maxilares, palatinos y pterigoides
son móviles, junto con sus dientes
respectivos. El gran número de filas
transversales de escamas dorsales es una
característica distintiva de este
tipo de serpientes.
B. constrictor se distingue del resto de
los miembros de la familia por la combinación
de las siguientes características:
Puede alcanzar una longitud de hasta 4 metros.
La cola es relativamente corta y representa
aproximadamente el 15% de la longitud del
resto del cuerpo. El hocico aparece algo
sobresaliente en los adultos. La rostral
es un poco más ancha que alta; la
mental es por lo menos tan alta como larga.
La cabeza se presenta cubierta por pequeñas
escamas y las más grandes son las
nasales que no están en contacto
entre sí y la preocular. Tiene de
18 a 24 hileras de escamas longitudinales
entre los ojos y 16 a 20 escamas oculares
alrededor del ojo, que está separado
de las supralabiales por dos o tres hileras
de escamas. Tiene de 21 a 25 escamas supralabiales
y no muestra fosetas profundas. Presenta
de 81 a 95 hileras de escamas dorsales como
máximo; 231 a 248 ventrales; placa
anal se presenta entera; de 49 a 60 subcaudales,
enteras.
Su coloración es pardo o gris pardusco
arriba, con 15 a 20 manchas pardo a gris
oscuras sobre el dorso, más anchas
lateralmente y encierran una mancha ovalada
de color gris pálido a pardusco.
Lateralmente, entre las manchas grandes,
existen manchas pardo oscuras, con el centro
más claro. Sobre la cola hay numerosas
manchas oscuras irregulares, separadas por
interespacios amarillos angostos. El vientre
es amarillento, con numerosos puntos oscuros
irregulares. La cabeza es pardo grisácea,
con una línea mediana que va desde
las nasales hasta la nuca, de un color oscuro.
Existe una banda oscura lateral pre-post-ocular.
Hay bandas pardo oscuras presentes debajo
del ojo, y sobre las infralabiales.
Comportamiento
La boa carece de colmillos,
no es venenosa, y por lo general, no ataca
al hombre. Por el contrario, realiza importante
labor de servicio, al devorar principalmente
a los roedores que afectan a la agricultura.
Hábitat
Esta especie es tanto
arborícola como terrestre y tiene
una amplia gama de hábitats: bosque
primario, manglares, bordes de bosque, zonas
costeras, humedales o entornos abiertos
tanto naturales como creados por el hombre.
Se encuentra también en plantaciones
y habitaciones humanas.
Distribución
geográfica
Desde Tamaulipas, México,
hasta Argentina.
En territorio mexicano
abarca varias entidades, del norte de Sonora
y Centro de Tamaulipas hacia el sur, incluida
la Península de Yucatán, así
como Durango, Morelos, Puebla y San Luis
Potosí.
Causas de disminución
Degradación del
hábitat
Otros datos de interés
Una de las serpientes
cuya simple apariencia ocasiona grandes
sustos es la boa. Difícil de confundir
con otros reptiles, sobre todo por su enorme
tamaño y singular fisonomía,
esta variedad de ofidio, de cuerpo robusto,
cuello bien diferenciado de la cabeza y
cola relativamente corta, es también
una especie animal amenazada.
Las serpientes despiertan un miedo ancestral,
a pesar de que a través de los siglos
han ocupado un lugar especial en el equilibrio
ecológico. Asimismo, de las 583 especies
que hay en todo el país, menos de
una cuarta parte es venenosa.
Sobre las culebras tal vez se ha escrito
poco e inventado mucho, debido principalmente
a las leyendas populares que se inician
con alguna anécdota y que se transmiten
luego, totalmente distorsionada, a los demás
pobladores de una región. Así,
se cree que las serpientes, de cualquier
tipo, dejan sus "bolsas de veneno"
a la orilla del río donde van a beber
agua, cosa que no puede ser cierto, ya que
las glándulas venenosas son parecidas
a las salivales del ser humano y, por lo
tanto, no se las pueden quitar y poner sólo
por instinto.
También se creen que "pican"
con la cola o con la lengua, que persiguen
a los seres humanos hasta que logran inyectarle
su veneno, o que saltan grandes distancias
para alcanzar a su presa.
Las serpientes venenosas sólo pueden
inyectar su letal líquido por los
dientes; son bastantes tímidos y
su principal recurso defensivo es huir de
su enemigo, principalmente del hombre.
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