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Filo: |
Chordata |
Clase: |
Mammalia |
Orden |
Cetartiodactyla |
Familia: |
Bovidae |
Status
UICN ver 3.1: |
Extinta |
Status
CITES: |
- |
Nombre científico:
Capra pyrenaica lusitánica (França,
1908)
Descripción
general y características
En coloración y
tamaño se le parecía a las
otras cabras. Era de un tamaño similar
bucardo pero con el color y las manchas
negras más reducidas que la de la
Capra pyrenaica hispánica. En verano
era de un color entre marrón y rubio,
con marcas negras poco extendidas en los
costados y las patas. En invierno la línea
dorsal se hacía más grande
y vistosa. Las hembras carecían prácticamente
de estas manchas negras.
Su cornamenta sí
que las hacía diferentes del resto
de cabras montesas; era la mitad de grande
que la cornamenta de los bucardos, siendo
unos cuernos pequeños en relación
con el tamaño del animal.
Tenía una longitud
de cabeza y cuerpo de 142 cm y una altura
hasta la cruz de 73 cm. Los cuernos medían
unos 36 cm. en los machos adultos si se
miden teniendo en cuenta la curva que hacen.
En el museo Coimbra hay una cornamenta de
macho que mide 48 cm., y la de una hembra
que mide 18 cm.
Algunos investigadores
dicen que esta cabra realmente es una especie
y no una subespecie, a raíz de los
estudios del zoólogo Carlos França
que en 1908 propuso el nombre científico
de Capra lusitánica.
Hábitat y distribución
geográfica
Esta cabra aunque se le
conoce como cabra portuguesa no solo habitaba
en este país, sino que también
se le veía en España. De hecho
su distribución abarcaba las zonas
montañosas del norte de Portugal,
y dentro de España se distribuía
por Galicia, el Principado de Asturias y
Cantabria occidental.
Causas de disminución
Hasta 1800 esta cabra
era abundante en toda su distribución,
pero luego sufrió un continuo descenso
debido a la presión de la caza y
esto agravado porque los cazadores no respetaban
las temporadas de caza. Se le cazaba por
su carne y porque se utilizaban partes de
su cuerpo como medicamentos y antídotos
para venenos de todo tipo. La piel se utilizaba
para cubrirse y los cuernos se usaban como
decoración y como instrumento para
comunicarse en los estrechos valles entre
las montañas, ya que aquí
el sonido podía alcanzar grandes
distancias.
En 1870 ya era un animal
raro, y ya sólo quedaba un rebaño
en 1886. En 1889 se capturó una hembra
viva que solo sobrevivió tres días.
Dos hembras más fueron encontradas
muertas al año siguiente debido a
una avalancha en Galicia. La última
hembra en España murió en
1890, y la última hembra de la que
se supo vivía en la Sierra de Geres
en Portugal, en 1892.
Además de la caza,
algunos científicos han señalado
otras amenazas para la especie como los
lobos y las águilas reales, las enfermedades
de otros bóvidos que pudieron ser
contagiadas a los animales salvajes, y el
avance de las poblaciones humanas que afectaran
al hábitat de la subespecie. Sea
como fuere, seguramente la caza fue la amenaza
más importante, ya que si nos fijamos
los últimos avistamientos fueron
todos de hembras, y normalmente los cazadores
cazan machos que son los que tienen cornamenta
grande.
Medidas de conservación
Mientras estas cabras
aún existían, no se hizo mucho,
y lo que han llegado son medidas posteriores.
Desde 1993 la Junta de Galicia (España)
ha estado repoblando algunas zonas de Galicia
con la subespecie de cabra montés
más parecida aún viva, la
cabra montés (Capra pyrenaica victoriae)
de la Sierra de Gredos (perteneciente al
Sistema Central, situada entre las provincias
de Ávila, Cáceres, Madrid
y Toledo). Esta medida también se
ha llevado a cabo por Asturias y está
en estudio en Cantabria, en este último
caso más bien por motivos cinegéticos,
ya que está permitida su caza aunque
con ciertas restricciones.
Otros datos de interés
Subespecies de cabra montés
Las subespecies conocidas
de cabra son cuatro, de las cuales dos ya
están extinguidas en tiempos recientes:
Cabra montés portuguesa
(Capra pyrenaica lusitánica): extinta.
Bucardo o cabra montés
de los pirineos (Capra pyrenaica pyrenaica):
en el 2000 murió el último
ejemplar.
Capra pyrenaica hispánica:
distribuida en las cordilleras cercanas
al Mar Mediterráneo. Alcanza su mayor
concentración en Sierra Nevada (España).
Capra pyrenaica victoriae:
distribuida de forma desigual en las cordilleras
del centro y norte de España. Su
principal población está en
la Sierra de Gredos, donde moran unos 10.000
ejemplares. Subespecie cinegética,
bajo ciertas restricciones.
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