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Filo: |
Chordata |
Clase: |
Mammalia |
Orden |
Carnivora |
Familia: |
Mustelidae |
Status
UICN ver 3.1: |
En peligro |
Status
CITES: |
Apéndice
I |
Nombre científico:
Mustela nigripes (Audubon & Bachman,
1851)
Otros nombres vulgares:
Hurón patinegro.
Descripción
general y características
Su pelaje es de color
marrón amarillento con la parte de
la barriga más pálida. La
frente, boca y garganta son de color blanco,
mientras que sus pies son de color negro,
de ahí su nombre. Tiene una máscara
de color negro alrededor de los ojos.
Es un pequeño mamífero
carnívoro que tiene una dieta que
se compone en un 90% de perritos de la pradera,
consistiendo el resto en ratas, ratones,
pájaros, ardillas, conejos y a veces
reptiles e insectos.
Morfológicamente
es muy parecido al hurón doméstico
por lo que muchas veces es confundido con
él.
La longitud de su cuerpo
es de 35 a 50 cm, con una cola de espeso
pelaje de 15 cm. y pueden llegar a pesar
1 kg. Los machos son un 10% más grandes
que las hembras.
Mientras las hembras pesan
entre 645 y 850 gramos, los machos pesan
entre 915 y 1.125 gramos.
Comportamiento
Son nocturnos y pasan
la mayor parte del tiempo en sus madrigueras
bajo tierra. No hibernan, pero en las épocas
de frío disminuye su actividad.
Son maduros sexualmente
al año, y su período de gestación
es de 43 días. La época de
celo va de marzo a abril, y tienen de 1
a 6 crías que permanecen 42 días
en la madriguera antes de salir por primera
vez. En los meses de verano entre julio
y agosto las hembras y sus crías
permanecen juntos, y en el otoño
los jóvenes se independizan.
Tienen lo que se llama
implantación retardada, lo que quiere
decir que desde que se produce el apareamiento
hasta que el óvulo se implanta para
desarrollarse pasa un tiempo. Se desarrollará
cuando las condiciones sean adecuadas.
Son animales más
bien solitarios excepto durante los meses
de cría, y los machos no colaboran
en el cuidado de las crías. Son animales
territoriales que defiendes sus zonas muy
activamente ante competidores del mismo
sexo. Se consideran animales que están
siempre alerta, ágiles y curiosos
y que tienen gran olfato, vista y oído.
Para comunicarse se basan
en la comunicación olfativa (orinan,
defecan para señalar el territorio).
Tienen glándulas anales para marcar
con olor el territorio.
Hábitat y distribución
geográfica
Históricamente
se distribuían por las Grandes Llanuras,
entre las montañas y en praderas
semiáridas y estepas del oeste central
de Norte América, desde el sur de
Canadá al Norte de México
donde sus presas, los perritos de las praderas,
se localizaban. Esta especie fue desapareciendo
de gran parte de su territorio principalmente
como resultado de los programas de control
de su principal presa y de las enfermedades
introducidas. Con respecto a los perritos
de las praderas, una colonia típica
puede ocupar una extensión de 60
hectáreas de media, y será
necesaria para mantener a un solo adulto
de hurones, los cuales pueden alimentarse
de una media de 100 ejemplares al año.
Hoy en día sólo
se conocen 18 poblaciones reintroducidas
de las cuales tres son viables sin ayuda
de las personas; estas se encuentran: dos
en el sur de Dakota y una en Wyoming. El
resto de poblaciones se encuentran: cuatro
en Arizona, Colorado, Dakota del Sur y Utah.
Ocho de las poblaciones más recientes
se encuentran en Arizona, Kansas, Montana,
Nuevo México, Dakota del Sur y México;
tres poblaciones en declive o a punto de
desaparecer están en Montana.
Causas de disminución
La especie se redujo a
lo largo del siglo pasado hasta casi su
extinción en los años 70,
principalmente debido al control del perrito
de las praderas y de las plagas silvestres.
Medidas de conservación
Existen leyes muy estrictas
para su protección.
Gracias al programa de
cría en cautividad del Servicio de
Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos
(United States Fish and Wildlife Service),
se reintrodujo en ocho estados del oeste
de Estados Unidos y en México en
el periodo comprendido entre 1991 y 2008.
Aún recuperándose
poco a poco, queda mucho trabajo por hacer
y no hay que bajar la guardia, ya que pese
a la lenta pero ligera mejora, las poblaciones
aún son muy pequeñas, fragmentadas
y deben estar intensamente gestionadas para
que sobrevivan.
Con el plan de recuperación
se espera establecer al menos 10 poblaciones
separadas y viables en el medio silvestre.
Esperan que para el 2010 haya por lo menos
1500 ejemplares en libertad, con al menos
30 adultos en cada una de las poblaciones.
Este logro permitiría rebajar seguramente
a la especie de categoría de amenaza.
A la hora de liberarlos,
es más fácil que sobrevivan
los ejemplares que primero han sido puestos
en unas especies de corrales dentro de su
nuevo hábitat para que se adapten,
a que sobrevivan los ejemplares que se sueltan
directamente. Se mantienen 45 días
de esta manera para después liberarlos
del todo.
Para el seguimiento los
científicos usan varios métodos;
ya que son nocturnos, lo que se suele hacer
es usar luces potentes ya que los ojos reflejan
luz que se ve de un color verde. Una vez
avistados usan un lector para identificar
su chip. Este chip se les coloca antes de
soltarlo, ya que no les da problema alguno.
También se puede poner un lector
en forma de anillo en las entradas a la
madriguera, y cada vez que un hurón
asome la cabeza, el lector lo leerá.
A los nacidos en libertad
se les atrapa para colocarles el chip y
hacerles una revisión antes de soltarlos.
Para ello se colocan trampas específicas
con forma de tubo cuadrado. Se les tranquiliza
y se les coloca el chip. En aproximadamente
media hora se sueltan donde se capturaron.
Lo que hay que tener en
cuenta a la hora de proteger al hurón,
es que hay que hacer lo mismo con su presa
más importante, y es que no solo
se alimentan de los perritos de las praderas,
si no que además usan sus madrigueras.
Por lo tanto se ha visto que depende fuertemente
de su principal presa, así como pasa
con el lince ibérico y su presa principal,
el conejo. La cantidad de hurones que encontremos
depende de factores como la abundancia de
perritos, su expansión potencial,
su estabilidad en el futuro y de la actitud
de los dueños de zonas donde habitan
y del uso del terreno público.
También hay que
evitar incendios, gestionar la urbanización
y prevenir brotes de enfermedades.
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