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Imagen
satelital del huracán
Bonnie (septiembre
de 1992) |
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26
de enero de 2005,
en Budapest, un hombre
saca nieve del parabrisas
de su coche. |
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La suerte
de nuestro planeta parece encerrar
una pequeña paradoja:
la misma cosa que permite que
la Tierra sea un lugar habitable
algo así como un
revestimiento hecho de gases
y dióxido de carbono
está contemporáneamente
amenazando su salud y la de
sus pobladores.
En lenguaje
de legos el asunto se explicaría
más o menos así:
para el desarrollo de la vida,
la Tierra necesita recibir los
rayos del Sol, que son una caricia
caliente que envuelve toda su
superficie, y que no solo hace
falta que llegue hasta la corteza
terrestre, sino que además
debe quedarse protegiéndola
(de forma que se mantenga el
equilibrio térmico natural).
De eso último, aparte
del trabajo de filtrado del
exceso de calor, se encargan
solidariamente el vapor de agua,
el dióxido de carbono
y los llamados "gases de
efecto invernadero" (elementos
que actúan como una suerte
de filtro que impide que el
calor rebote y se vaya por la
misma dirección por la
que ha venido). Todos estos
factores son una de las condiciones
que han hecho posible la vida;
sin su presencia la Tierra sería
un lugar frío y tan desolado
como Marte.
Pues bien,
y para ir al grano: desde hace
unas décadas, esos mismos
gases se han convertido en un
quebradero de cabeza para científicos
y ecologistas. Y la culpa, según
esas mismas voces y conciencias,
habría que atribuírsela
al hombre, que con la actividad
intensiva de la industria, el
transporte y el desarrollo de
una amplia gama de fuentes contaminantes,
ha multiplicado la presencia
en la atmósfera de CO2
y otros gases de efecto invernadero
(GEI) hasta romper ese frágil
equilibrio.
¿Cuál
es la relación entre
una y otra cosa? Sencilla: la
proliferación de esos
fluidos ha engrosado algo que
en origen era un filtro benéfico
hasta el punto de que ese filtro
ahora ha comenzado a retener
más calor del que debería.
¿El resultado? El tan
mentado calentamiento global
un incremento de 0,6°C
en el lapso del último
siglo, y un abanico de
alteraciones climáticas
que, de ser ciertas las asociaciones
que establecen algunos expertos,
ponen de manifiesto la vulnerabilidad
de los ecosistemas. A saber:
sequías, inundaciones,
huracanes, granizadas, heladas
fuera de época, olas
de calor, deshielo de glaciares
Hasta aquí,
la versión aligerada
de un asunto que, como pocos,
reclama la atención de
la opinión pública
mundial. Y en lo que sigue,
un recorrido minucioso por algunas
de las cuestiones de ese mismo
asunto, que resulta mucho más
controvertido de lo que algunos
estarían dispuestos a
admitir. Del uno al diez:
1 ¿A
qué nos referimos cuando
hablamos de cambio climático
global?
Es un proceso
causado por la actividad humana,
cuya acción estaría
cambiando aspectos importantes
del ambiente. La principal evidencia
que abona esta teoría
tiene que ver con el incremento
de temperaturas que se viene
registrando desde el inicio
de la Revolución Industrial.
Más allá del dato
puntual, a algunos científicos
y ecologistas lo que les preocupa
son los efectos futuros de esta
tendencia. Debido a la
cantidad de gases que ya se
han emitido asegura un
informe de Greenpeace,
en las próximas décadas
enfrentaremos un aumento ya
inevitable en la temperatura
promedio global de entre 1,2
y 1,3° C. Las estimaciones
del Panel Intergubernamental
de Cambio Climático (IPCC)
de Naciones Unidas avalan una
proyección todavía
más dramática:
para el año 2100, el
aumento sería de entre
1,4 y 5,8°C.
2 ¿En
qué consiste el calentamiento
global?
Según
explica Eduardo M. Sierra, titular
de la cátedra de Climatología
Agrícola de la Facultad
de Agronomía de la UBA,
el calentamiento global es producido
por la liberación
hacia la atmósfera de
los denominados gases con efecto
invernadero [GEI], que tienen
la propiedad de retener el calor
que emite la superficie terrestre,
impidiéndole enfriarse
en la medida que sería
necesario para conservar el
equilibrio térmico de
ésta, determinando la
producción de un lento
pero continuado incremento de
la temperatura del planeta.
Estos gases de invernadero continúa
son de distinta naturaleza y
provienen de distintas fuentes.
El más importante es
el dióxido de carbono
[CO2], producido por la combustión
de los hidrocarburos [nafta,
gasoil, fuel oil, entre otros]
y del carbón mineral,
que constituyen las principales
fuentes de energía que
emplea el hombre.
Los grupos
ecologistas, que han sido los
que de forma más vehemente
han hecho bandera de esta causa,
señalan que el fenómeno
está relacionado con
un amplio catálogo de
eventos extraordinarios, como
el progresivo derretimiento
de los glaciares, el aumento
del nivel del mar y el incremento
anormal de las precipitaciones.
Aseguran además que el
calentamiento también
estaría causando muchas
de las catástrofes que
cada vez con mayor frecuencia
azotan el globo: huracanes,
inundaciones, tornados
3 ¿Qué
relación existiría
entre calentamiento global y
cambio climático?
Cuando
uno observa cuáles han
sido las tendencias de emisión
de gases GEI y el aumento de
las temperaturas, aunque no
es una demostración científica
per se, es claro que existe
una relación
,
explica Mariana Walter, responsable
de la Campaña de Energía
de Greenpeace Argentina. Su
opinión resulta absolutamente
congruente con el parecer de
buena parte de la comunidad
científica; como lo prueban,
entre los muchos ejemplos, las
declaraciones que se pudieron
escuchar en un encuentro entre
meteorólogos realizado
en Barcelona con ocasión
del Fórum de las Culturas
2004. La mayor parte del
calentamiento de los últimos
40 años se debe a la
actividad humana, sostuvo
entonces el doctor Geoff Jenkins,
de la Universidad de Exeter
(Reino Unido).
4 ¿La
tesis que asocia el incremento
de gases de efecto invernadero
con calentamiento global es
una idea aceptada?
No, ni mucho
menos. Contra lo que parece
ser la percepción general,
la teoría del calentamiento
está todavía en
el terreno de la controversia.
Frente a la opinión mayoritaria
entre científicos, existen
expertos que aseguran que la
teoría del calentamiento
global dista de ser un hecho
probado. De las objeciones que
hacen algunos investigadores
da cuenta la posición
mantenida por la Academia de
las Ciencias de Rusia, una institución
que en vísperas de que
el gobierno de Moscú
se decidiese a ratificar el
Protocolo de Kyoto dicho
sea de paso, la decisión
que ha dado el espaldarazo final
a un acuerdo que durante años
pendía de un hilo
desaconsejó su firma.
De acuerdo con un documento
que, entre otros medios, divulgó
en mayo de 2004 el rotativo
británico The Guardian,
los especialistas rusos sostenían
que era cuestionable que el
calentamiento estuviese ocurriendo
exclusivamente debido a las
emisiones humanas.
5 ¿Hay
otras teorías que sirven
para explicar el calentamiento
global?
Efectivamente,
las hay; y algunas de ellas
por ejemplo, la hipótesis
que sostiene que existe una
posibilidad de que el cambio
climático se deba sencillamente
a variaciones cíclicas
naturales, tal como ocurrió
en épocas anteriores
cunden para defensas enconadas.
El español Fernando Díaz
Villanueva, autor del artículo
¿Se está calentando
el planeta?, resume con llaneza
varias de estas posiciones discrepantes:
Algunos astrónomos
han apuntado que la causa quizá
se encuentre en las manchas
solares porque, a fin de cuentas,
el único radiador que
calienta la Tierra es el astro
rey, y sólo de sus rayos
pueden provenir cambios térmicos
de semejante envergadura.
Otros prosigue el
autor en un reportaje publicado
por el semanario Libertaddigital.com
buscan los cambios en la oscilación
natural del clima
Imbricado
con la cuestión de la
validez científica de
la teoría del calentamiento
global está lo que el
climatólogo Eduardo Sierra
califica de confusiones. Muchos
científicos están
alertando de que lo que se toma
como calentamiento global es
el calentamiento urbano de las
grandes ciudades dice
Sierra. Si solamente consideráramos
las áreas del campo que
no han tenido crecimiento, la
temperatura no ha aumentado
tanto
.
6 ¿Qué
tiene que ver con todo esto
el Protocolo de Kyoto?
Este protocolo,
firmado en 1997, es el primer
paso para promover soluciones
al calentamiento global.
Compromete
a los países que lo han
suscripto a reducir las emisiones
de los gases de efecto invernadero
a niveles muy concretos: no
menos del 5% respecto del nivel
de 1990, en el período
de compromiso comprendido entre
2008 y 2012.
A partir de
ahí, el acuerdo pediría
el establecimiento de objetivos
más ambiciosos.
7 ¿Existe
consenso respecto de las bondades
de Kyoto?
Si bien Kyoto
constituye, probablemente, el
acuerdo mundial de mayor envergadura
jamás adoptado, no le
faltan detractores. Lo apoyan
28 de las 30 naciones más
desarrolladas, pero cuenta con
la oposición de dos poderosos:
Australia y Estados Unidos.
Al margen
de cuál sea la postura
de los gobiernos, cada vez son
más personas las que
cuestionan su efectividad.
Las críticas
se pueden resumir en dos: 1)
están de un lado quienes
entienden que el costo de la
implementación de Kyoto
va a ser muy alto (150.000 millones
de dólares por año,
en costos globales) en relación
con sus beneficios; 2) y están
quienes opinan que la puesta
en marcha del protocolo supondrá
una enorme factura en términos
de crecimiento y empleo. Y esto
no sólo para el primer
mundo, sino además para
los países menos avanzados,
que deberán asumir el
inconveniente de
tener que apostar a un desarrollo
verde, mucho más
costoso que el patrón
de crecimiento que ha permitido
a los países industrializados
ganar su posición de
ventaja.
¿Qué
es lo que se espera conseguir
si afrontamos esos enormes costos
del cumplimiento de la imposición
de limitaciones a la emisión
de gases GEI y, por consiguiente,
a la producción industrial
y energética?,
se preguntaba a este respecto
Gabriel Calzada, doctor en economía
y miembro del think-tank liberal
Centro para la Nueva Europa,
de Bruselas, en un artículo
difundido en la prensa española.
Pues
bien, aun aceptando a efectos
dialécticos las previsiones
del IPCC, los expertos calculan
que si todos los países
firman y cumplen el protocolo
la temperatura media de la Tierra
se reduciría 0,07 grados.
Esta cifra es tan pequeña
que ni los termómetros
pueden medirla de manera fiable,
agregaba.
8 ¿Se
terminan ahí las críticas
a Kyoto?
No, no se
terminan. Al margen de los argumentos
que cuestionan la efectividad
del protocolo y sus costos,
existen otras dos críticas
que ponen en tela de juicio
el acuerdo. Bjorn Lomborg, el
profesor danés que saltó
a la fama tras la publicación
del provocador libro "El
ambientalista escéptico",
pone voz a una de las objecciones
con más suscriptores:
aquella que discute que Kyoto
deba ser una prioridad en la
agenda mundial. Kyoto
nos va a costar una enorme cantidad
de dinero, porque todo va a
ser más caro de producir,
va a hacer más lento
el crecimiento y los resultados
van a ser casi imperceptibles,
contó Lomborg en una
entrevista con motivo de su
participación en la Convención
de Cambio Climático celebrada
el pasado diciembre en Buenos
Aires. Con la mitad de
esa cifra podríamos resolver
todos los grandes problemas
del mundo: proveer de agua potable,
cuidados básicos de salud
y educación a cada ser
humano
9 ¿Está
vinculado el calentamiento global
con el aumento de catástrofes
naturales?
En 1999, en
la clausura de una cumbre organizada
por la ONU en Ginebra, su secretario
general, Kofi Annan, denunció
la relación existente
entre la acumulación
de las emisiones de CO2, el
calentamiento global y la mayor
incidencia de desastres naturales
(una tendencia que los meteorólogos
reunidos en el Fórum
de Barcelona cuantificaron en
una estadística pavorosa:
según ellos, los desastres
se habrían multiplicado
por cuatro en el último
medio siglo). Teniendo en cuenta
lo persuasivas que parecen ser
las estadísticas, no
hay nadie que se atreva a negar
las posibles relaciones entre
ambos asuntos. Ahora bien, para
algunos investigadores habría
que relativizar el impacto que
en ello podría tener
el calentamiento global.
En 1950,
la población del mundo
era de 1800 millones de habitantes;
en 2000, de 6000 millones dice
el climatólogo Eduardo
Sierra. Entonces, no tiene
nada de especial que si hay
tres veces más población
haya tres veces más catástrofes;
porque hay mucho más
capital para ser destruido,
comenta Sierra; a la vez, asegura
que al factor del crecimiento
demográfico habría
que añadir otros, como
el de la urbanización
de zonas de riesgo y los cambios
en las condiciones medioambientales
ajenos a la cuestión
del calentamiento global. Aunque
advierte: Esto no significa
que no haya que prestarle atención
al clima; pero no es necesariamente
que haya muchos más desastres
naturales, sino que encuentran
más cosas para destruir,
concluye.
10 ¿Qué
podemos hacer individualmente
por el futuro del planeta?
Al margen
de la alta política,
existen acciones que tanto las
empresas como los ciudadanos
de a pie pueden emprender para
tratar de paliar los inconvenientes
que trae el desarrollo.
1) Ahorrar
la energía que se despilfarra
en todos los sectores de la
economía, incluyendo
el el transporte, las casas,
las oficinas y la industria.
2) Cambiar
el uso industrial del carbón
por el de insumos menos contaminantes,
como el gas natural, especialmente
en la producción de energía.
3) Aumentar
el uso de energías limpias
y renovables, como la eólica
y la solar, que no emiten CO2.
Sergio Sotelo
La Opinión
de un economista
Por Andrew Mitchell
Vivimos en
un mundo con recursos limitados,
en el que debemos elegir lo
que es más importante
para nosotros. En economía,
esa elección implica
evaluar los costos. Y es un
punto de especial importancia
en los temas referidos al medio
ambiente. Necesitamos estar
seguros de que nuestras prioridades
son las correctas.
El acuerdo
de Kyoto está destinado
a proteger el medio ambiente.
¿Pero se ocupa en realidad
del tema más importante
o del más popular? En
el mejor de los casos, Kyoto
sólo es un primer paso
para reducir el efecto invernadero.
Por sí mismo, sólo
conseguiría demorar apenas
el recalentamiento global.
Hay muchas
maneras de reducir el efecto
invernadero con costos bajos
que no requieren un acuerdo
global coordinado tan costoso
como el de Kyoto; por ejemplo,
regulando la polución
provocada por los vehículos
y aumentando el transporte público.
¿Cuál
es el tema ambiental más
importante? Es la necesidad
de preservar nuestros bosques
pluviales tropicales. No sólo
son de la mayor importancia
en términos de biodiversidad,
sino que también son
el recurso más importante
para absorber los gases que
provocan el efecto invernadero.
Sin embargo, se los está
destruyendo con rapidez. ¿Cuándo
fue la última vez que
usted oyó hablar de este
tema?
Si ponemos
todas nuestras energías
en el acuerdo de Kyoto, y éste
finalmente logra demorar un
poco el recalentamiento global,
¿qué habremos
conseguido? Mientras concentramos
todas nuestras energías
en Kyoto, permitimos que los
entornos ambientales de la tierra
sean destruidos.
El autor es
Andrew Mitchell, profesor y
candidato al doctorado de historia
económica de la London
School of Economics.
Fuente:
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