No sólo alumnos
y docentes, también vecinos
se interesan en la vida de animales
no domésticos, en la facultad
de Veterinaria de la ciudad de Casilda
se apunta a concientizar sobre el
patrimonio natural.
En la Facultad de
Ciencias Veterinarias que la Universidad
Nacional de Rosario (UNR) tiene en
Casilda funciona la única cátedra
libre de fauna silvestre del país
a fuerza de voluntad, convicción
y trabajo. Recientemente fue declarada
de interés educativo por la
Cámara de Diputados de la Nación
a instancias de un proyecto impulsado
por la legisladora Liliana Lissi y
tiempo atrás recibió
un reconocimiento similar de la Municipalidad.
"El principal
logro de este proyecto fue abrir las
puertas de la facultad a la comunidad",
dijo la coordinadora de la cátedra,
Claudia Nigro, quien sostiene que
la mejor manera de proteger el patrimonio
natural de la Argentina es "concientizando
a la sociedad".
Ese fue el objetivo
que motivó la creación
de este espacio educativo abierto
que, a pesar de tener solamente un
poco más de dos años
de existencia, ya está consolidado.
Docentes, estudiantes, productores,
funcionarios y vecinos de Casilda
y la región conforman habitualmente
el auditorio de conferencias que organiza
periódicamente la cátedra
con la presencia de reconocidos profesionales.
Ya se llevan dictados trece seminarios.
"Si bien es
aprovechada por la facultad, nos llamó
la atención la receptividad
que encontró en los profesorados
de ciencias biológicas, en
las escuelas de enseñanza media
y en el resto de la comunidad",
comentó Nigro y agregó:
"Ahí nos dimos cuenta
de la importancia que tenía
la cátedra".
Uno de los factores
convocantes es el nivel académico
de los expositores, quienes fundamentalmente,
vienen para hablar sobre los resultados
de las investigaciones que estén
realizando.
Las concurridas
charlas se desarrollan en el anfiteatro
de Veterinarias y los gastos son solventados
por medio de actividades recreativas
como peñas o donaciones particulares
ya que, al menos por ahora, la cátedra
no tiene apoyo económico de
la Universidad Nacional de Rosario
(UNR) ni tiene subsidios oficiales.
Al margen de las
cuestiones presupuestarias prevalece
la convicción de seguir sosteniendo
y afianzando cada vez más este
proyecto "para que la sociedad
conozca la situación de la
fauna silvestre y la sienta como propia
para protegerla, porque no se puede
querer lo que no se conoce",
aseveró Nigro.
Una respuesta
que faltaba
"Este espacio
educativo surgió como una respuesta
a una demanda histórica de
los estudiantes y a instancia de los
estatutos de la reforma universitaria
de 1918 que permiten abordar los contenidos
extracurriculares", explicó
la coordinadora de la cátedra
libre de fauna silvestre de la facultad
casildense de Veterinarias, Claudia
Nigro
"Como aquí
se aborda el estudio de animales domésticos
- añadió Nigro - quienes
estaban interesados en especializarse
en fauna silvestre no tenían
otra alternativa que ingeniárselas
por su cuenta o, una vez recibido,
intentar incursionar en algún
parque zoológico para hacer
sus armas solitariamente". De
las ocho facultades de Veterinarias
del país únicamente
en la de Casilda existe una experiencia
de este tipo, que está dando
que hablar. Tal vez Nigro nunca imaginó
que un día la idea que conversó
en un asado de reencuentro con ex
compañeros de estudio se haría
realidad y cobraría tanta fuerza.
"Primero costó trabajo,
pero finalmente encontró eco",
recuerda Nigro para dejar en claro
que cuando se quiere se puede.
El Espinillo: un paraíso que
merece conservarse
Uno de los proyectos
que se está impulsando desde
la cátedra libre de fauna silvestre
de la Facultad de Ciencias Veterinarias
es lograr que la provincia declare
reserva natural a un sitio ubicado
unos catorce kilómetros al
noreste de Casilda sobre las márgenes
del río Carcarañá
denominado Espinillo. El lugar era
prácticamente desconocido por
los casildenses hasta que el titular
del museo Los Desmochados, Evaristo
Aguirre, descubrió sus virtudes
naturales y comenzó un lento
pero constante peregrinar par convencer
a las autoridades sobre la necesidad
de protegerlo.
Desde hace tiempo
la Cámara de Diputados estudia
un proyecto para convertir al Espinillo
en reserva natural, pero el tiempo
pasa y la decisión no se toma.
"Sería
muy importante que este proyecto se
concrete, porque desde el punto de
vista académico nos permitiría
pasar del discurso a la acción.
Tendríamos un lugar donde llevar
adelante nuestras investigaciones
y traer especialistas para revelar
la fauna y la flora del lugar"
opinó Nigro.
"Evaristo
Aguirre - añadió - tuvo
la capacidad de ver en esta área
un reducto de cierta fauna y flora
que no fue invadido por la soja y
los cultivos intensivos como ocurrió
en gran parte del sur santafesino".
En caso de prosperar esta iniciativa
el Espinillo se transformará
en la primera área protegida
de la región. "Seríamos
pioneros en el sur provincial y serviría
para estimular a que hicieran lo mismo
en otros lugares donde haya algún
paisaje digno de ser protegido".
El consejo asesor
del cuidado del medio ambiente del
legislativo casildense también
está abocado a esta tarea.
El principal problema radica en que
el Espinillo es privado y para ser
declarado reserva natural por la provincia
debe contar con el aval de sus propietarios.
Eso significa suscribir un convenio
donde se comprometan a afectar el
5 por ciento del lugar. Se trataría
de un contrato de uso múltiple
por diez años donde los dueños
de las tierras serían compensados
con la excepción del pago de
algunos tributos.
Antiguamente el
Espinillo era un bosque en galería
que recorría todo el curso
del Carcarañá. Con el
paso del tiempo las distintas erosiones
de la tierra cambiaron su fisonomía
hasta dejarlo reducido a una suerte
de islote. Es un refugio natural donde
se guarecen los animales fundamentalmente
durante el invierno ya que posee un
microclima generado por ciertas condiciones
topográficas.
Fueron detectados
cerca de 170 especies de aves además
de otros animales autóctonos
como nutrias, carpinchos, iguanas
y zorros. En tanto que los árboles
más comunes son tala, ombú,
piquillín y chañares
negros, entre otros. La imponente
biodiversidad de flora y fauna con
que cuenta este sitio estará
en riesgo hasta tanto no se lo proteja.
En los últimos meses fueron
registrados distintos tipos de destrozos
como quemaduras de plantas y tala
de árboles. A eso se suma la
desaprensiva actitud de cazadores
furtivos que con total impunidad atentan
contra la fauna del lugar.
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