El CEAMSE
(Coordinación Ecológica Area
Metropolitana Sociedad del Estado)
se creó en 1978 como
una alternativa al crecimiento
descontrolado de basurales a
cielo abierto y la contaminación
del aire, generada por la incineración
industrial y domiciliaria de
miles de toneladas de basura.
Desaparecieron las antiguas
chimeneas de los edificios y
se organizó la recolección de
residuos.
Para eso se
determinaron 4 áreas,
en el conurbano, donde se creó
el Cinturón Ecológico:
Camino del Buen Ayre, González
Catán, Ensenada y Villa
Dominico.
El más
grande de estos rellenos fue
este último, que desde
esa época reciba más
de la mitad de los 5,4 millones
de toneladas de basura anual
producida por la Capital y el
conurbano. El 70 por ciento
de toda esa basura es producida
por los porteños. En
el relleno sanitario de Dominico,
el CEAMSE tira 8.000 toneladas
diarias de basura (238.000 al
mes). De ellas, más de
2.500 se generan en el conurbano
sur. Y el resto, en los barrios
porteños.
Más
de veinte años después,
el Cinturón Ecológico
cumplió su ciclo y las
autoridades quieren inclinarse
a reciclar la mayor cantidad
de desperdicios posibles. Y
el próximo año,
el relleno de Villa Dominico
dejará de recibir desperdicios.
"La fecha aún no
la sabemos, dependerá
del crecimiento o no del volumen
de residuos que se produzca",
dice Guillermo Ferraro, presidente
del CEAMSE. Según Ferraro,
ese lugar se cerrará
cuando se acabe la capacidad
física para la que fue
diseñado.
Una vez que
se cierre, el CEAMSE tendrá
que acompañar un proceso
de descomposición de
la basura de unos 20 años
más. "A las partes
que se van cerrando se les pone
un suelo de cobertura, se siembra
pasto y se parquiza. Pero la
basura sigue su proceso de descomposición
biológica", explica
Ferraro. Durante los primeros
cinco años posteriores
al cierre no se podrá
hacer mucho porque es "cuando
más dinámica tiene
la descomposición de
los residuos; después
disminuye y puede liberarse
el terreno".
En ese tiempo,
además, se producen corrimientos
del terreno y los líquidos
lixiviados de la descomposición
de la basura, que seguirán
tratándose en una planta
depuradora que se instaló
en los terrenos del CEAMSE en
2000. Una vez depurado el líquido,
se vuelca a los afluentes del
río.
Ferraro asegura
que esos líquidos no
producen contaminación.
"Lo que durante un tiempo
no se puede es usar el terreno
del relleno", aclara. Pero
antes de cinco años,
esas tierras podrían
transformarse en un parque recreativo.
Según
los datos aportados por los
municipios que tiran su basura
en el CEAMSE, deben pagar 10,42
pesos más IVA por cada
tonelada diaria que produzcan.
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