El Parque
Nacional Lihué Calel
abarca 9.901 hectáreas
y se encuentra sobre la ruta
nacional Nº 152, a 120
kilómetros de General
Acha, muy cerca de la localidad
de Puelches. Su imponente aspecto
es el de una serranía
en medio del desierto. Por las
bondades paisajista que la naturaleza
tuvo con este sitio, los mapuches
lo bautizaron como la "sierra
de la vida".
En el lugar
se aprecian las huellas que
dejaron los prototehuelches,
como las magníficas pinturas
rupestres que emocionan a los
visitantes. La reserva pampeana
fue declarada parque nacional
en 1977.
La máxima
altura del parque es el cetro
de la Sociedad Científica,
que se eleva hasta tos 590 metros.
Cómodos senderos permiten
recorrer los sitios de interés.
Entre las actividades recreativas
se destacan la escalada al cerro
de la Sociedad Científica
y las caminatas por los valles
de Namuncurá y de los
Angelitos. Además se
pueden visitar las ruinas de
la estancia Santa María.
Por ser un
parque nacional, Lihué
Calel está sujeto a una
serie de reglas. Las visitas
están organizadas por
senderos de interpretación
bien marcados y cuentan con
el asesoramiento de guardaparques.
Además,
en uno de los valles interiores
(del que se dice que 400 años
atrás sirvió de
asentamiento a los jesuitas
que exploraban la Patagonia)
la infraestructura invita al
turista a pernoctar en el lugar.
Se brindan servicios de hotelería
(Automóvil Club Argentino),
restaurante, bufete, estación
de servicio, gomería
y camping con una capacidad
para 30 carpas.
El clima es
seco continental y las temperaturas
medias son de 7,15º en
invierno y 25º en verano,
con marcada amplitud térmica.
La temporada más propicia
para conocer la región
es el otoño, debido a
que la geografía del
Lihué Calel genera la
formación de un microclima
más favorable y húmedo
que el de las áreas adyacentes.
Las serranías
están constituidas predominantemente
por rocas volcánicas.
Son de origen
precámbrico y poseen
suaves pendientes en las laderas
orientadas hacia el norte, mientras
que las opuestas caen de manera
abrupta.
Al pie de
las sierras, donde el terreno
es más impermeable, discurren
pequeños arroyos que
se filtran en los suelos arenosos,
dotando al lugar de condiciones
propicias para el crecimiento
de pequeños montes de
calclén y sombra de toro.
El patrimonio
florístico del parque
nacional reúne el 40%
de las plantas vasculares de
La Pampa, resultando el área
de mayor concentración
de la provincia. Entre sus 345
especies se hallan dos endémicas
o exclusivas de estas sierras:
Gaillardia cabrerae, una bella
margarita amarilla, y la leguminosa
Adesmia Lihuelensis, que crece
entre las grietas.
El caldén
y la sombra de toro son árboles
utilizados por el halconcito
común y el carancho.
Entre las matas arbustivas se
desplaza rápidamente
el gallito copetón, en
tanto que, con su mimético
plumaje, la martineta común
o copetona puede pasar inadvertida
a los ojos del observador. No
faltan en este ambiente los
cactus, cómo el denominado
"traicionero", sumamente
espinoso y de aspecto plateado
blanquecino.
Muchos animales
habitan en cuevas como forma
de escapar a las altas temperaturas.
Entre ellos, las sociales vizcachas,
los tuco-tucos y los armadillos
como el piche patagónico.
En tanto,
sobre las rocas, salpicadas
por líquenes rojizos
o amarillentos, se asolean distintos
y coloridos reptiles como la
lagartija verde.
Grupos de
ñandúes vagan
entre las jarillas y, destacándose
de las abruptas formas serranas,
manadas de guanacos pastan ante
la atenta mirada del macho vigía.
El gato del pajonal, el zorro
gris, el gato montés
y los hurones son predadores
furtivos, y por ello, difíciles
de ver. A estos se suma el puma,
que encuentra en el parque refugio
seguro a la persecución
a la que es sometido fuera del
mismo.
El sistema
serrano soporta un elenco faunístico
compuesto por animales típicos
del monte. Son comunes guanacos,
zorros, maras, vizcachas, zorrinos,
pumas, gatos de los pajonales,
gatos monteses, yaguarundis,
mulitas, piches, y entre las
aves, ñandúes,
lechucitas de las vizcacheras,
pechos colorados, jotes, inambúes,
águilas moras, carpinteros
reales y campestres, calandrias,
monjitas y chingolos. Entre
las especies exóticas
pueden citarse además
al jabalí y la liebre
europea.
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