Tímidos,
huraños y absolutamente perezosos,
los pandas que viven en cautiverio
demuestran muy poca vocación
para el amor. Prefieren dormir o comer
antes que seducir.
Con el viagra y
la proyección de videos de
osos panda copulando, estos animales
consiguen mantener su pequeño
órgano sexual erecto durante
20 minutos. Sin la pastillita azul
sólo podría hacerlo
durante 20 ó 30 segundos.
Le interesa más
comer y dormir que hacer el amor.
Sólo así se explica
la escasa población de 1.000
osos panda que existe en el mundo
entero. En China, su país de
origen, les dan Viagra para aumentar
su potencia sexual. Tal vez el último
recurso para evitar su extinción.
Confirmado: al oso
panda no le gusta hacer le amor. Y
eso no es sólo una mala noticia
para la osa panda sino también
para todos los científicos
que trabajan para salvarlo de la extinción
en las 32 reservas naturales que existen
en China, su país de origen.
Son hombres y mujeres preocupados
porque ahora sólo quedan 1.000
ejemplares en todo el mundo. Hombre
y mujeres que ya no saben qué
hacer para que el Panda reaccione
y se entregue a la noble tarea de
agrandar su familia.
¿El nuevo recurso? Ahora les
administran Viagra y hasta les muestran
videos de pandas copulando para ver
si logran sacarlos de su apatía
sexual. Sí, sí, así
como lo lee.
Agobiado por quién
sabe qué motivos ancestrales,
el macho de esta especie es uno de
los amantes más torpes del
reino animal. Un verdadero desastre
a la hora del galanteo y un fracaso
de esos que no se olvidan en el momento
de la verdad. Lo que pasa es que la
naturaleza realmente no fue generosa
con ellos cuando repartió ciertos
atributos, tienen un órgano
diminuto y apenas pueden mantenerlo
erecto entre 20 y 30 segundos en cada
encuentro amoroso. A las hembras no
les va mejor: tienen un período
de celo de 48 a 72 horas ¡por
año!. Con esas características
es un milagro que todavía se
los pueda ver holgazaneando en las
montañas boscosas de China.
Después de todo habitan el
planeta desde hace 3 millones de años.
Su población mundial, asentada
principalmente en China, se mantuvo
estable durante largos períodos.
A duras penas, claro. La debacle sobrevino
cuando se convirtieron en animales
codiciados por los cazadores. Algunos
los mataban sin piedad, otros inauguraron
el negocio de venderlos a zoológicos
de otras partes del mundo a 200 mil
dólares cada ejemplar. Así,
en poco tiempo, menos de 150 años,
los pandas comenzaron a desaparecer
peligrosamente y pasaron a ser los
animales más protegidos del
mundo.
No es casual, entonces,
que sean desde hace cuarenta años
el símbolo de la WWF (World
Wild Foundation), Fondo Mundial para
la Naturaleza, institución
que se dedica a preservar la vida
silvestre. En China, además
se los considera un objeto de culto
y su casa está penada con la
muerte. Las reservas naturales son
las únicas encargadas en proveer
ejemplares para ser exhibidos en zoológicos
fuera de ese país. Sin embargo,
el dinero sigue presente en todo lo
que tenga que ver con ellos.
Un dato: el "alquiler"
de un macho para obtener crías
en otros continentes puede llegar
a los 2 millones de dólares.
Y en muchos casos, como el de Ling
Ling (léase ring - ring), llevado
desde Tokio hasta el zoo de Chapultepec,
en México, para embarazar a
tres hembas -Xin Xin, Xin Hua y Shuan
Shuan-, el operativo puede terminar
en un fracaso pese a la inversión
millonaria en traslado y cuidados
especiales. A Ling Ling, como le pasa
a algunos novios o maridos cuando
miran Fútbol de Primera, no
le interesó mucho trepar en
las cimas de la pasión. Y se
desbarrancó antes de intentarlo.
Durante mucho tiempo
se pensó que los únicos
motivos que llevaron al panda al borde
de la extinción tenían
que ver con sus hábitos alimentarios.
Su dieta basada principalmente en
el bambú podía afectarlos
no sólo porque ese arbusto
no crece en todas partes sino porque
además no les cae muy bien
(ver infografía). Pero cuando
su población comenzó
a escasear y se intentó estimular
su procreación en zoológicos
de todo el mundo, los científicos
se encontraron con un problemita.
Tímidos, huraños y absolutamente
perezosos, los machos demostraron
muy poca vocación para el amor.
Preferían comer y dormir antes
que seducir a las hembras de su sector.
Resultado: prácticamente no
se registraban nacimientos de pandas
en cautiverio. Al principio, los científicos
pensaron que era una cuestión
de tiempo, que muy pronto se adaptarían
a sus nuevas casas y llevarían
una vida normal. Pero se equivocaron.
La mayor alarma sobrevino cuando entre
1974 y 1989 su hábitat natural,
en la provincia china de Sichuan,
disminuyó en un 50 por ciento.
El doctor Lu Zhi, director de la reserva
de esa región fue el primero
en declarar con cierto temor: "La
fragmentación y reducción
del hábitat resulta especialmente
peligrosa para los pandas porque se
altera el ciclo natural del bambú,
su principal alimento, que florece
y muere en masa periódicamente".
Con ese panorama, los esfuerzos para
intentar que la población de
estos ositos que no son cariñosos
creciera, se redoblaron. Comenzaron
a utilizarse, entonces, algunas técnicas
propias de los humanos para elevar
lo antes posible la tasa de natalidad.
La primera fue la inseminación
artificial.
En 1978 el zoológico
de Beijing, en China, dio la gran
noticia: había nacido Yuan
Jing, el primer oso panda gigante
(según su denominación
completa) luego de un proceso de fertilización
exitoso. La técnica inauguró
una etapa realmente fértil.
Durante la década del 80, 219
osas quedaron embarazadas aunque sólo
nacieron 83 ositos y únicamente
34 de ellos sobrevivieron. Es decir,
la ciencia hizo lo que pudo pero no
hubo forma -pese a los cuidados super
intensivos que reciben las futuras
mamás de esta especie en cautiverio
de luchar contra otro de los puntos
desfavorables de estos animales: las
crías nacen demasiado indefensas
y muy pocas de ellas consiguen cumplir
los dos meses de vida. Tienen un período
de gestación de entre 3 y 6
meses y pesan al nacer entre 85 y
140 gramos. Las estadísticas
indican que de cada dos nacimientos,
sólo uno de los panditas sobrevive.
El gobierno chino, preocupadísimo
por la posible desaparición
de su símbolo nacional, invierte
todos los años alrededor de
13 mil millones de dólares
para poner a disposición de
los zoológicos de su país
la misma tecnología en fertilización
asistida. Las 32 zonas de protección
para los pandas se extienden a lo
largo de 17 mil km. cuadrados. En
ellas existen 1.100 reservas nacionales.
Un plan gubernamental anuncia que
en el 2010, esos territorios aumentarán
a 1.800 y ocuparán un 16,4
% de la superficie total de ese país.
No están dispuestos a dar el
brazo a torcer en esta lucha sin cuartel
contra el riesgo de extinción.
Y cada vez tienen más enemigos
para combatir.
La reserva de Wolong,
una de las más grandes, corre
grave peligro porque según
estudios realizados por científicos
de la Universidad de Michigan, en
los Estados Unidos, tiene el suelo
muy degradado. Allí viven más
de 100 pandas y estarán amenazados
si no mejoran las condiciones para
que el bambú crezca sin problemas.
Una de las principales causas del
mal estado de la reserva estalló
en 1975 -año de su creación-
porque el asentamiento de pueblos
vecinos aumentó en un 70 por
ciento. 'Los turistas también
hicieron lo suyo', comenta Liu Pang,
uno de los guardianes de la zona.
Durante las vacaciones de verano miles
de curiosos se acercan a Wolong para
ver de cerca a los pandas y en el
camino no son cuidadosos con la vegetación
de ese sector, mucho menos con los
recursos naturales.
"De todos
modos, esos no son los principales
problemas que debe enfrentar el panda",
comenta Zhang Hemin, director del
Centro de Protección de Pandas
de Sichuan. Y remata: "El mayor
drama que tienen estos animales es
que no saben cómo hacer el
amor". Una triste realidad que
se confirma día a día
en los lugares donde viven los 140
pandas en cautiverio. De ellos, únicamente
18 están fuera de China; los
cuidan en los zoológicos de
Atlanta, Washington y San Diego, en
los Estados Unidos; en el de Chapultepec,
México; en el de Berlín,
Alemania y en los de Kobe, Tokio y
Wakayama, en Japón. En todos
esos lugares se confirma que el día
a día del panda no es para
nada divertido. Durante 16 horas se
dedica a comer y el resto lo usa para
dormir. El sexo no está en
ninguno de sus planes.
"Siempre pensamos
en cómo podríamos estimularlos
y tuvimos que apelar a algunas técnicas
estudiadas en humanos", explica
Hemin. Tanto pensaron que se les ocurrió
usar el viejo estímulo visual.
Así, los ejemplares de Sichuan
fueron sometidos a largas sesiones
de videos donde se mostraba una suerte
de kamasutra panda. Al principio,
ninguno de los espectadores mostró
gran interés y luego se produjo
lo peor: se acostumbraron tanto a
verlos que, en poco tiempo, ni les
prestaron atención. Así,
la terapia sexual resultó otro
fracaso. La desesperación de
los científicos, sin embargo,
los obligó a seguir experimentando
y así surgió la idea
de ayudar al apático panda
con Viagra, la famosa píldora
que en los humanos aumenta la potencia
sexual. "Ese es un punto muy
importante porque la erección
del panda dura segundos, necesitábamos
que ese período se ampliara",
comenta Hemin. Y lo lograron: con
la pastillita azul, eI panda puede
mantener su pequeño pene erecto
durante 20 minutos. Después
de las celebraciones por haber logrado
aumentar la virilidad de estos osos
perezosos, los científicos
incorporaron ese método y lo
combinaron con la terapia de las imágenes
sexuales.
Así, los
pandas de la provincia china de Sichuan
pasan primero por una sesión
de pornovideos, luego toman su pastilla
y después se van a copular.
El experimento, por supuesto, recibió
sus críticas. Al personal de
zoológicos de los Estados Unidos
les pareció poco ortodoxo y
poco serio. Pero a los chinos no les
importa. Muestran sus resultados:
desde mediados de año, momento
en que se oficializó el uso
de estas "terapias combinadas",
ya nacieron 99 panditas. Claro que
no todos fueron resultado directo
de este método; la mayoría
de los nacimientos todavía
tiene como causa principal a la inseminación
artificial.
Son raros los pandas, pero no están
encendidos. Llevan un estigma muy
fuerte sobre sus espaldas peludas:
no saben amar. la ciencia hace todo
lo que está a su alcance y
hay muchas esperanzas en frenar su
extinción. Pero los recursos
para salvarlos se agotan. Inseminación,
videos y ahora Viagra. ¿Por
qué será que el panda
no puede?
Shen-Shen, nacido por inseminación
artificial en Chegdu, China.
Salven al panda
Su apatía
sexual y la desaparición de
su hábitat lo llevaron al borde
de la extinción: sólo
quedan 1.000 ejemplares en todo el
mundo.
Familia: |
Ursidae |
|
Especie: |
Ailuropoda
melanoleuca |
|
Vida: |
15
años (30 en cautiverio) |
|
Donde
vive: |
|
Área
que ocupaba en la antigüedad |
|
Área
actual |
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Comparación
de tamaño: |
Altura:
1,50 m.
Peso de un macho adulto: 100
kg.
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Alimentación: |
Su
alimento principal es el bambú,
un arbusto con tallo leñoso
y poco nutritivo. El panda, al
tener un aparato digestivo carnívoro,
no lo digiere bien. Por eso debe
ingerir gran cantidad para sobrevivir.
Un ejemplar adulto come 40 kg.
de bambú por día. |
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