Wild Earth Foundation/Fundación
Tierra Salvaje - Dto. de Fauna - Enero
de 2001.
Varamiento masivo de delfines
de Frazer, Lagenodelphis hosei, en
Berisso Pcia. de Bs. As.
El 29 de noviembre del 2000 personal
de Defensa Civil notificó que
se encontraron varios animales varados
en las costas de Berisso y Magdalena
Pcia de Buenos Aires, que fueron identificados
como Delfín de Fraser, Lagenodelphis
hosei. Posteriormente, mientras se
realizaban los trabajos de campo correspondientes,
pescadores de la zona informaron sobre
el hallazgo de nuevos cuerpos. Hasta
el 29 de noviembre ya sumaban 8 los
ejemplares varados.
Se tomaron muestras y contenido estomacal
de tres de los especímenes
y los estudios preliminares mostraron
que el estómago de uno de los
animales estaba completamente vacío
desprendiéndose de ese dato
la posible muerte del animal por inanición.
El primer ejemplar, un macho adulto,
fue encontrado en el paraje denominado
Playa Balandra. Los dos restantes
estudiados se hallaban en el balneario
municipal de Berisso una hembra juvenil
y una hembra adulta que se encontraban
a 500 mts. al Sur.
Es poco lo que se sabe acerca de
la distribución de esta especie,
que pareciera ser comen en aguas tropicales
cerca del Ecuador. Este nuevo varamiento,
sumado a los anteriores en las costas
del Brasil y Uruguay y un caso reportado
en Puerto Madryn, podría responder
al desplazamiento errático
de un grupo. El hecho de encontrarse
fuera de su hábitat, en aguas
mas frías y sin los peces que
forman parte de su dieta natural,
podría haber producido la muerte
de estos delfines. Como se sabe que
esta especie se mueve en manadas grandes,
no se descarta que en los próximos
días se produzcan nuevos hallazgos.
El personal del Laboratorio de Mamíferos
Marinos del Museo Argentino de Ciencias
Naturales Bernardino Rivadavia, junto
con directivos de la Asociación
de Amigos del Museo y representantes
de la Delegación Buenos Aires
de la WEF/Fundación Tierra
Salvaje concurrieron al lugar del
varamiento para la recolección
de muestras y realizar la necropsia
de tres de los ocho ejemplares. Una
vez finalizados los estudios de laboratorio,
se emitirá un nuevo comunicado
con información más
detallada acerca de la muerte de estos
delfines.
Por el momento no se cree que se
hayan enmallado accidentalmente en
redes de pesca ya que eso sucede durante
la alimentación y los ejemplares
hallados no tenían peces en
su contenido estomacal, aunque esta
hipótesis no se descarta hasta
que el laboratorio revele el informe
final.
Varamientos:
Se denomina varamiento masivo cuando
se hallan mas de tres animales, varamiento
múltiple, entre 3 y 2 animales
y varamiento solitario cuando es sólo
1 animal.
Acerca de la especie:
Si bien se halló un cadáver
de este cetáceo hacia fines
de 1800, el Delfín de Frazer
no había sido avistado con
vida hasta comienzos de la década
de los '70. Esta especie es insuficientemente
conocida, al igual que su distribución.
Su aspecto es intermedio entre los
géneros Lagenorhynchus (p.ej.
delfín oscuro) y Delphinus
(p. ej: delfín común)
de ahí su nombre compuesto
"Lagenodelphis".
El Delfín de Frazer tiene
un pico corto pero bien definido,
aleta dorsal pequeña en relación
al cuerpo, pedúnculo caudal
que se afina hacia la cola y una pequeña
aleta caudal. Coloración: presenta
una línea oscura desde el pico
hacia las aletas pectorales que son
oscuras tanto de su cara externa como
interna, zona ventral de color blanco
crema o blanco con tintes rosados,
una banda gris oscura o negra hacia
arriba, sobre ella una línea
más clara que la bordea y el
lomo gris azulado, siendo los ejemplares
jóvenes más claros que
los adultos.
Los adultos de esta especie miden
entre 2 metros y 2 metros y medio
y su peso oscila entre los 150 y 210
kg. Las crías miden 1 m. al
nacer con un peso de aproximadamente
20 kg.
Estudios realizados sugieren que
estos delfines capturan a sus presas
entre los 250 y 500 m de profundidad.
Suele interaccionar con otras especies
de cetáceos, se los ha visto
junto a falsas orcas (Pseudorca crassidens
y Peponocephala electra), cachalotes
(Physeter macrocephalus), delfines
manchados tropicales (Stenella attenuata)
y delfines listados (Stenella coeruoalba)
Respecto a su distribución,
si bien es insuficientemente conocida
la misma parecería relegarse
a aguas tropicales y templadas de
los océanos Pacífico
e Indico, cerca el ecuador, siendo
su presencia escasa en el océano
Atlántico. Pocas veces aparece
en aguas cercanas a la costa y en
la mayoría de sus puntos de
distribución se muestra tímido
hacia las embarcaciones salvo en Filipinas
y Sudáfrica en donde suele
surcar las olas de proa los barcos.
María
Fernanda Zapata - Federico Serino
WEF/dto. de Fauna - Presidente Asociación
Amigos del MACN
Chubut: a la vanguardia en la
conservación de la fauna marina:
La Ley Provincial Nº 4597, planteada
por nuestra Fundación como
necesidad e impulsada por la Diputada
Argentina Noemí Martínez,
prohibe la captura de cualquier mamífero
marino bajo cualquier modalidad en
aguas y Costas de la Provincia del
Chubut y penaliza a los infractores
con multas de hasta dos millones de
dólares.
Nuestra Fundación fue consultada
por el Gobierno de la Provincia para
aportar sugerencias en cuanto al Decreto
Reglamentario de la mencionada Ley.
Entre las sugerencias tomadas en cuenta
en el Decreto, se destaca la categorización
de los mamíferos marinos en
Cetáceos y Pinnípedos
para fijar las pautas para su rehabilitación
en caso de ser necesaria, la asistencia
a los animales in-situ, es decir en
el lugar en donde aparecieran varados
y en el caso de los cetáceos
se prohibió expresamente el
traslado de los mismos a tanques,
piletas o cualquier otro tipo de encierro
y se propuso que, en caso de resultar
estrictamente necesario, los animales
sean tratados en bahías u otros
accidentes geográficos en el
mar cercados que permitan el paso
de alimento vivo. Con esto se pretende
evitar que los cetáceos varados
accidentalmente sean capturados con
la excusa de una rehabilitación
que jamás termina con la devolución
del ejemplar a su medio natural.
Alga Undaria: La nefasta historia
de una tragedia ecológica
A fines de los 80 apareció
en el muelle Storni de Puerto Madryn
un alga desconocida que resultó
ser Undaria pinnatifida, conocida
mundialmente como la maleza de los
mares. Esta invasora se caracteriza
por fijarse en sustratos duros y formar
bosques puros que desplazan a las
algas nativas en la competencia por
espacio y luz, generando de esta manera
una seria alteración del ecosistema
bentónico.
La llegada del alga alien al Puerto
de Madryn probablemente haya sido
en el agua de lastre de algún
barco pesquero que descargó
en el muelle el agua de lastre cargada
en su puerto de origen, conteniendo
esporas de Undaria.
Luego de encontrarse las primeras
plantas en el muelle, los reflejos
fallaron y, dado que Undaria es comestible
y por ende "comercializable",
se pensó primero en un beneficio
económico, perdiéndose
la oportunidad de apagar el incendio
a tiempo, dejándose de lado
toda consideración ambiental.
Hoy pocos años después,
la invasión de Undaria tiene
40 km de extensión y tememos
que haya alcanzado la Península
Valdés, llevando a la costa
Patagónica a las puertas de
una tragedia ecológica.
Hasta ahora creíamos que
el alga estaba circunscripta a la
Bahía Nueva del Golfo Nuevo,
pero a partir del 29 de diciembre
de 2000, luego de un monitoreo llevado
a cabo por la WEF conjuntamente con
un funcionario de la Dirección
de Fauna y Flora Silvestres de la
Nación, sabemos que la Caleta
Malaspina al sur de Bahía Bustamante
(400 km al sur de Puerto Madryn) está
infestada del algas y que lo peor
y más temido ha ocurrido: la
invasora llegó al mar abierto,
donde las fuertes corrientes costeras
la arrastraron kilómetros hacia
cualquier parte.
Los planes de control de Undaria
que la Dirección de Fauna y
Flora Silvestres de la Nación
quiso implementar en Puerto Madryn
fueron fuertemente resistidos por
parte de algunos sectores de la sociedad
local, aunque el mencionado plan tampoco
hubiera sido la solución definitiva
pues la invasión del Malaspina
ya era un hecho para ese entonces.
Ahora la realidad cambió abruptamente
con el nuevo escenario, por un lado
la vieja invasión que a nuestro
juicio tiene oportunidad de controlarse
y la nueva invasión que presenta
un sombrío panorama para el
sur de la costa Patagónica.
La invasión biológica
descontrolada de Undaria pinnatifida
ha sido un ejemplo de desmanejo, de
intereses equivocados y descuidos.
No está claro porqué
no se implementó un plan de
control cuando se estaba a tiempo
y porqué se hicieron solamente
monitoreos de las invasiones pero
ningún intento de control.
Pero lo que sí esta claro es
que existen autoridades competentes
y recursos para hacer las cosas bien.
Como ciudadanos interesados en el
medio ambiente, debemos exigir a las
autoridades provinciales y nacionales
que trabajen para dar solución
a este tipo de problemas. ¿O
vamos a quedarnos de brazos cruzados
viendo como un alga de dos metros
acaba transformando para siempre los
ecosistemas costeros de fondo?
Esta es la primera cabeza de playa
del alga en América y, dada
la gravedad de la situación,
dentro de algunas décadas Undaria
habrá conquistado nuevos lugares
del continente. ¿Seguiremos
haciendo todo tan mal como hasta ahora,
o el bien común alguna vez
primará en nuestro criterio
y en nuestro accionar? Del modo en
que estamos procediendo en la actualidad,
estamos embargando a las futuras generaciones
con problemas ocasionados por nuestra
irresponsabilidad.
La invasión de Undaria avanza
a razón de dos metros por día
y si bien el efecto de esta invasora
a largo plazo se desconoce, podemos
pronosticar que al desplazar a las
especies de algas autóctonas
y por ende a la fauna benéfica
que vive de ella, esta invasión
provocará graves alteraciones
en la cadena alimentaria marina, poniendo
en riesgo a los eslabones más
altos como orcas y delfines y seguramente
afectando la calidad de vida de la
población humana.
Es inminente la necesidad de actuar
para salvaguardar a nuestro ambiente
del desastre ecológico. También
es inminente la necesidad de poner
en la balanza el beneficio económico
inmediato por un lado y por el otro
el alto precio que vamos a tener que
pagar en el futuro si seguimos en
este mismo tren, que cada vez corre
a mayor velocidad y cuya última
estación será probablemente
nuestra propia extinción.
Al evaluar el beneficio económico
inmediato que pueden reportar las
actividades que atentan contra la
ecología, debemos pensar cómo
éstas alteraron el ambiente
en el que van a vivir nuestros nietos.
Es necesario comenzar a tener en cuenta
que la preservación del equilibrio
ecológico y la conservación
de otras especies es vital para asegurar
nuestro futuro en el planeta.
Negocio peligroso: Mar del Plata
Aquarium quiere explotar el buceo
con delfines cautivos
Nadie entraría a una jaula
para caminar al lado de tigres o leones,
sin embargo en algunos acuarios, la
gente paga por nadar junto a los delfines.
Si bien los delfines tienen un aspecto
más "simpático"
e "inofensivo" que los tigres
y leones, no dejan de ser animales
salvajes y por ende impredecibles,
sobre todo en lugares encerrados que,
a diferencia de su medio natural,
no les permiten escapatoria en caso
de sentirse acosados por los nadadores.
Experiencias de nado y/o buceo con
delfines en el mar abierto indican
que estos animales se acercan a los
humanos para observarlos y jugar alrededor
de ellos, pero son reacios al contacto
y escapan cuando los nadadores intentan
tocarlos, pero los delfines libres
tienen la posibilidad de alejarse
en caso de sentirse molestos. Los
delfines cautivos no tienen opción:
deben estar ahí, a disposición
de los que pagan por nadar cerca de
ellos y pueden reaccionar agresivamente
ante el acoso humano.
Esto hace que nuestra Fundación
NO se oponga al buceo con mamíferos
marinos libres correctamente reglamentado
y controlado, pero que sí nos
opongamos al nado con animales en
cautiverio.
En los programas de nado con delfines
cautivos, la presencia de nadadores
aliens repercute negativamente en
la jerarquía social del grupo
ya que los delfines que más
se someten a los humanos son luego
atacados por los otros, generando
situaciones de estrés que repercute
en la salud de los cetáceos.
Por otro lado, no todos los delfines
sirven para estos programas, algunos
por tener conductas agresivas y otros
por su falta de interés en
los nadadores humanos. Esto puede
llevar al acuario a descartar a los
animales no aptos y a capturar o importar
nuevos ejemplares hasta dar con los
adecuados.
En otros países se exige
la construcción de un refugio
al que los delfines puedan acudir
en caso de sentirse acosados, pero
en la práctica eso no da resultado
ya que los entrenadores no permiten
a los animales permanecer en dichos
refugios por una razón obvia:
la gente paga por nadar con los delfines
y no para ver cómo estos se
escapan de ella.
A diferencia del nado con cetáceos
en su medio natural, en los programas
de natación con delfines cautivos
(sea como divertimento o como "terapia")
se han registrado muchos accidentes
que van desde mordeduras hasta rotura
de huesos de los nadadores. La conducta
más común exhibida por
los delfines utilizados en estos programas
es la sexual, que suele terminar en
ataques menos graves pero bastante
frecuentes. La conducta sexual se
inicia con pequeñas mordeduras
simbólicas del delfín
hacia la persona, lo que es absolutamente
normal en la naturaleza. A pesar que
los nadadores pueden estar advertidos
de tal conducta, suelen sorprenderse
cuando el delfín los muerde,
haciendo movimientos bruscos que resultan
en rasguños y hasta heridas
profundas.
Cuando el contacto y esta conducta
continúa, los delfines terminan
montando al nadador. Si el delfín
es macho, nadará con el vientre
hacia arriba y enganchará su
pene en la parte interna de la rodilla
de la persona. Los delfines hembras
colocaran sus pliegues genitales en
cualquier protuberancia del cuerpo
humano como las rodillas o codos,
causando generalmente irritaciones
en la piel de los afectados.
Otra conducta que presenta riesgos
para los participantes es la del juego.
Los delfines jóvenes son competitivos
y disputan la atención de las
personas que se encuentran en el agua,
saltando cerca o encima del delfín
contrincante para que éste
se aleje de la persona, ocasionado
graves lesiones cuando accidentalmente
cae arriba del nadador. También
suelen atacar a nadadores para quitarles
elementos utilizados generalmente
a modo de entretenimiento (pelotas,
juguetes, etc), golpeando con la cabeza
y mordiendo a la persona. Finalmente,
si el elemento de juego es la persona,
ésta se encontrará en
peligro cuando desee salir del agua.
El delfín se interpondrá
en el camino del nadador hacia la
salida, ocasionando moretones y rasguños
a medida que el asustado bañista
trata de escapar de esta situación.
Las evidencias demuestran que los
programas de nado con delfines no
garantizan la seguridad de las personas
implicadas. La mayoría de los
problemas conductuales son exhibidos
por delfines adultos, lo que refuerza
la idea que los problemas que se presentan
en estos establecimientos aumentan
en el tiempo.
Por otra parte, las condiciones
del agua de las piletas son un caldo
de cultivo para enfermedades que los
delfines pueden transmitir al hombre,
como por ejemplo el morbillivirus
que resulta mortal. Científicos
y veterinarios han señalado
que enfermedades difíciles
de diagnosticar por un médico
general pueden ser transmitidas de
los delfines hacia los humanos y viceversa.
El Manual de CRC para Medicina de
Mamíferos Marinos dice: "El
contacto físico entre animales
y personas durante el entrenamiento
u otras actividades facilita la transmisión
de la flora superficial e incrementa
la posibilidad de que una herida menor
se infecte y posiblemente desarrolle
una infección sistemática.
Estas infecciones bacteriales incluyen
streptococci, staphylococci, pseudomonia,
proteus, aeromonas, erysipelothrix,
vibrio, clostrida y microbacteria,
todas ellas conocidas por infectar
heridas cutáneas en mamíferos
marinos. Todos son organismos oportunistas
que pueden amenazar la salud de aquellas
personas que manejan los animales
o entran en las piscinas donde hay
animales infectados. La salud de un
delfín no siempre puede ser
determinada inmediatamente, como se
puede comprobar en los registros de
muertes de algunos de los lugares
donde se aplican estos programas.
Ocho delfines murieron en un solo
establecimiento en un periodo de 3
años (1990-1993). La causa
de muerte no pudo ser determinada
en tres de los delfines. Las otras
cinco muertes fueron atribuidas a
pneumonia, arteriosus, strepticema,
dystocia e insuficiencia hepática
severa.
En conclusión: el nado con
delfines cautivos no presenta interés
educativo, la delfino-terapia no es
más que un negocio para esconder
el carácter comercial de este
tipo de prácticas, se explota
a los delfines y se arriesga al público
innecesariamente. El buceo con cetáceos
cautivos NO DEBE ser permitido.
Gabriela M. Bellazzi
(WEF/Fundación Tierra Salvaje,
Argentina)
Cathy Williamson (Whale and Dolphin
Conservation Society, Reino Unido)
Elsa "Yayais" Cabrera (Centre
for Marine Mammals Research Leviathan,
Chile)
Los que quieran
obtener mayor información o
hacer llegar su protesta en contra
del nado con delfines cautivos y la
implementación de programas
de "delfinoterapia", dirigir
un fax a Dirección de Recursos
Ictícolas y Acuícolas,
Lic. Oscar Padín (011) 4348-8534
y por favor hacer llegar una copia
por mail a info@wef.org.ar
¡¡Muchas gracias!!
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