Las cosas negativas, como la crisis financiera que nos sacude, tienen también su lado positivo y es que según un nuevo estudio, el nivel de emisiones de gases invernadero se ha reducido últimamente.

La recesión económica internacional ha conducido al descenso en las emisiones de gases invernadero más acusado de los últimos cuarenta años, según un nuevo estudio publicado por la Agencia Internacional de Energía (IEA). Concretamente las emisiones cayeron un 2,6%, una reducción ‘imprecedente’ que en opinión de la IEA debería aprovecharse como una oportunidad para combatir el cambio climático.

Un equipo de científicos ha descubierto que una mayor conductividad eléctrica en ciertas partes del manto terrestre puede indicar la presencia de agua muy por debajo de la superficie de nuestro planeta. Estos investigadores han creado el primer mapa global tridimensional de conductividad eléctrica en el manto.

Las áreas de alta conductividad coinciden con zonas de subducción, o sea lugares donde las placas tectónicas son empujadas una debajo de la otra.

El último bosque virgen del mundo, el bosque boreal (conocido también como taiga), que se extiende a lo largo de extensas franjas de Rusia, Canadá y otros países nórdicos, está bajo creciente amenaza, según ha constatado un equipo internacional de investigadores.

Los investigadores, de la Universidad de Adelaida en Australia, la Universidad Conmemorativa de Terranova en Canadá y la Universidad Nacional de Singapur, han lanzado un llamamiento a la preservación urgente de los terrenos de bosque boreal que aún existen, con el fin de asegurar la biodiversidad e impedir la pérdida de este importante sumidero global de carbono.

El 41 por ciento de la superficie terrestre está clasificado como tierra seca, y una de cada tres personas vive en zonas secas. Por ello, los ecosistemas en esos sectores son ámbitos de especies en peligro de extinción, como la planta de aloe vera, elefantes y gatos salvajes.

La desertificación, la degradación del suelo y la sequía amenazan con poner en riesgo la seguridad humana, lo que se ve incrementado en el escenario de cambio climático actual, que según la ONU podría condenar a casi la mitad de la población mundial a vivir en áreas con estrés hídrico en el año 2030.