Los líderes que se reunirán en diciembre en Copenhague para debatir el cambio climático, tal vez jamás hayan oido hablar de Antofagasta de la Sierra, de Santa Victoria Oeste o de Tartagal.

Pero en escuelas de éstas y otras comunidades apartadas del noroeste argentino, los niños se están planteando preguntas como: ¿qué es el cambio climático?, ¿cómo afecta mi localidad?, ¿qué puedo hacer?

Si imaginar un mundo sin energía eléctrica nos traslada inmediatamente a un escenario de terror (sin agua, sin heladeras, sin microondas, sin ascensores, sin cines... ¡sin Internet!), la producción de esta fuerza que infunde vida a la civilización tal como la conocemos plantea uno de los problemas actuales de más difícil solución, porque combina desde aspectos tecnológicos hasta políticos, económicos y culturales.

El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, llamó mediante un videomensaje difundido por el Secretariado de la ONU en Bonn a todos los habitantes del mundo a tomar parte en un “apagón” como modo de lucha simbólico contra el cambio climático.

El 90% de los estadounidenses considera que su país debe tomar medidas para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y atajar el problema del calentamiento global; incluso un 34% opina que EE UU debe hacer un esfuerzo importante aunque tenga un coste económico significativo, según un estudio realizado por dos universidades estadounidenses (Yale y George Mason).