El fenómeno traería de cabeza al propio Charles Darwin. Las ovejas Soay, una raza silvestre que habita en la remota isla escocesa de Hirta, en el archipiélago de San Kilda, son cada vez más pequeñas. Para los científicos, esta extraña forma de evolución resultaba un misterio, ya que la naturaleza marca el camino contrario: individuos más grandes y fuertes para garantizar la supervivencia de la especie. Sin embargo, un nuevo estudio que publica esta semana la revista Science no sólo confirma que las ovejas menguan en cada generación sino que proporciona evidencias de que el enigmático factor que las hace empequeñecer es nada menos que el cambio climático.
Al parecer, como los inviernos en la isla son cada vez más suaves, las condiciones de vida se han vuelto más fáciles para los animales, lo que significa un crecimiento más lento. Ya no tienen que esforzarse tanto. Los ejemplares más pequeños tienen más probabilidades de sobrevivir durante las épocas más frías que hace algunos años. A esto se une el recién descubierto «efecto de madre joven», por el que las ovejas menos añosas producen crías más pequeñas. Al final, el tamaño medio de las Soay disminuye como una respuesta a los cambios ambientales. En Hirta, la clásica teoría evolutiva pierde su razón de ser. Si le hacemos caso, el tamaño medio de las ovejas debería aumentar, ya que los animales más grandes tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse, y las crías tienden a parecerse a sus padres. Pero en la isla, el promedio de tamaño del cuerpo de las ovejas se ha reducido en aproximadamente un 5% en los últimos 24 años. Un equipo de investigación de las universidades de Leeds, Cambridge, Edinburgo y Stantford analizó el tamaño corporal y los datos de historia de vida de las ovejas Soays en Hirta durante un período de 24 años. Encontraron que las ovejas de la isla no estaban creciendo tan rápidamente como lo hicieron en el pasado, y que las ovejas más pequeñas tenían más probabilidades de llegar a la edad adulta. Esto disminuía el tamaño medio de la población. Para Tim Coulson, principal autor del estudio y profesor de Ciencias de la Vida en el Imperial College de Londres, esto se debe a que los inviernos son más cortos y suaves a causa del cambio climático mundial. En estas condiciones, para los corderos no es necesario ganar tanto peso para sobrevivir a su primer año de vida como sí ocurría cuando los inviernos eran más fríos. «En el pasado, sólo las ovejas grandes y sanas que habían ganado peso en su primer verano podían sobrevivir los duros inviernos de Hirta. Pero ahora, debido al cambio climático, la hierba de los alimentos está disponible para más meses del año, y las condiciones de supervivencia no son tan difíciles», explica. Fuente: ABC.es El último comentario se muestra en esta página, los anteriores podrás leerlos en las páginas subsiguientes. Todos los comentarios requieren de la aprobación del administrador. No se publicarán consultas, las que sugerimos realizar a través del formulario de contacto. Sólo los usuarios registrados pueden escribir comentarios. Por favor valídate o regístrate. Powered by AkoComment 2.0! |