Cada vez quedan más atrás aquellos tiempos en los que el Elefante Africano campaba por buena parte del continente negro, incluso por Asia. Hoy en día, su número no sólo se ha reducido, sino que según los expertos podrían extinguirse en 15 años.
Tres lustros es el fatídico plazo. El momento en el que ya no habrá marcha atrás, el que marca la esperanza de vida de esta especie de elefantes en casi toda África, amenazada por la alarmante caza y el comercio ilegal de marfil. Un camino hacia la extinción que sólo podría detenerse tomando medidas drásticas e inmediatas para la conservación de estos animales, advierte el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW).
Los de la IFAW no exageran nada de nada. Las cifras son estremecedoras. Un ejemplo: en el año 2006, 11 toneladas de marfil fueron obtenidas para el comercio ilegal en en Taiwán y Japón. Es decir, la población, en la actualidad 600.000, disminuye en 38.000 cada año. Y, matemáticas cantan, el número de incautaciones de colmillo ilegales supera, con mucho, sus tasas de natalidad, por lo que la especie podría extinguirse totalmente dentro de 15 años, alerta Samuel Wasser de la revista Scientific American.
El principal problema de detener este paso galopante es el negocio que supone el comercio ilegal de especies silvestres, de decenas de miles de millones de dólares en todo el mundo. Porque, por increíble que pareza, 20 años después de la prohibición del comercio internacional de marfil, los elefantes en África siguen estando amenazados por la caza furtiva comercial. ¿La solución? Prohibir el comercio de marfil una vez más, y de forma global, según la IFAW.
Aún así, la IFAW no desiste en su intento de salvar a estos orejudos, y pide que la UE y los miembros de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES) dejen de apoyar las ventas de marfil legal. Y proponen acciones concretas: respaldar la propuesta de Kenya para ampliar de 20 a 9 años el actual “período de descanso” en las ventas de marfil de elefante en la próxima reunión de la CITES, en marzo de 2010.
La cosa está muy mal. Para muestra, un botón: De los 3.885 elefantes que había en el Parque Nacional Zakouma Chad en 2005, en 2009 quedan sólo 617, tiempo durante el que 11 guardas fueron asesinados por los cazadores furtivos.