La
producción mundial del petróleo es cerca a 80 millones de barriles por
día. Según los expertos, la próxima década será de 100 millones.
Estados Unidos sólo tiene el 5% de la población mundial, pero consume
el 25% de la producción global del petróleo. La conservación solo es
predicada en tiempos electorales, pero casi nunca practicada. Casi el
70% del petróleo que consume, es usado en transportes. Una gran parte
de esta energía, es derrochada por vehículos grandes de baja eficiencia
energética (camiones, SVUs, etc.) La producción doméstica cubre
aproximadamente el 40% de sus necesidades, el resto es importado.
EEUU importa casi 15 millones de barriles de petróleo al día,
principalmente de medio oriente (Arabia Saudita) y Venezuela. Cada día
usa cerca de 850 millones de galones de productos del petróleo,
aproximadamente 3 galones por persona. Cada día, 200 millones de automóviles
se tragan el 11% de la producción mundial de petróleo (6-7 % es usado
por otros medios de transporte). Según la Oficina de Energía Nuclear
del Departamento de Energía, para el año 2025 se necesitaran 335 mil
millones de watts adicionales, que equivaldría a la construcción de
50-60 nuevas plantas de electricidad. EEUU necesitará aprox. 335 mil
millones de watts para el año 2025
China ha emergido como serio competidor de recursos naturales a nivel
mundial. Lástima que los chinos llegan en el momento que ya no se
descubren grandes pozos petrolíferos y el petróleo (al igual que el gas
natural) barato ya es cosa del pasado.
China, la nueva potencia. China se ha convertido en el segundo
consumidor de energía en el mundo, después de EEUU (desplazó al Japón).
Como resultado, es el segundo contaminador de gases invernaderos en la
atmósfera que causan el calentamiento global y variaciones climáticas.
Es responsable de aproximadamente 14% de los contaminantes metano y
dióxido de carbono. Aprovechando su sistema laboral socialista, en
alianza con transnacionales de EEUU y Europa, usa el capitalismo de
Estado para lograr su meta de cuadruplicar su producto bruto interno
para el 2020 (declaración Xiaokang Sejuí o sociedad opulenta). Ese
objetivo sólo lo puede alcanzar duplicando sus necesidades energéticas.
Sólo del 2001 al 2004, el crecimiento económico de China con un 9%
anual, significa el 33% del crecimiento global (el doble de EEUU). Como
resultado, ha generado el crecimiento de una clase burguesa con una
voracidad fuera de control para el consumo de energía (automóviles SVUs,
artefactos eléctricos, etc.). Sólo el 2003, compró el 40% de todo el
cemento producido en el mundo y el 90% del acero (NR&R, Winter
2005). El 2002 ya habían 10 millones de automóviles privados en China y para
el 2015 crecerá a 250 millones (sobrepasando a EEUU en cerca de 20
millones), la industria aeronáutica crecerá en un 200% para el 2014.
Existe una masiva demanda de energía en China.
La Agencia Internacional de Energía reporta que China consume más de 6
millones de barriles de petróleo al día. El 2003, cerca al 70% de las
nuevas plantas eléctricas en el mundo se construyeron en China. Pese a
ese esfuerzo, el 2004 varias regiones autónomas de China han
experimentado cortes de energía y racionamiento eléctrico afectando la
producción y a los usuarios. China, es el primer productor y primer
consumidor de carbón en el mundo (le provee de 60-70% de sus
necesidades y tiene reservas para cientos de años). Pero los altos
gastos en salud en los trabajadores y comunidades cercanas (debido a la
contaminación del aire), China se vio obligado a buscar otras fuentes
de energía. En su 10mo Plan Quinquenal (2001-2005) promueven el uso del
gas natural, la energía nuclear, hidroeléctricas, y otras energías
renovables.
El gas natural no es la fuente principal de energía de China. Las
reservas de gas llegan a 53.3 trillones de pies cúbicos o Tpc (billones
en español) y sólo representa el 3 por ciento del total de energía
consumida. Se proyecta duplicar el uso de gas natural para el 2010. Con
ese propósito, se construye un gigante gaseoducto de 4,200 kilómetros
que conectará la provincia de Xinjiang en el oeste con Shanghai. El
proyecto se completará el 2007. Este gaseoducto transportará el gas
importando de Irán (US$29 mil millones de LNG durante 25 años). Hay
planes para construir 9 terminales de gas natural en los próximos años
en China.
China está por agotar sus reservas de petróleo. El 2003, tenían 23.7
billones de barriles, el 2.1 por ciento de las reservas mundiales. Este
se puede agotar la próxima década. Por esa razón, los chinos (imitando
a EEUU), construyen depósitos estratégicos de petróleo que les
abastezca petróleo por 75 días en casos de guerra o boicot. Desde el
2003, China es un importador neto de petróleo y hoy en día es el tercer
importador neto de petróleo en el mundo (importa un tercio de sus
necesidades hoy y proyecta importar la mitad el 2010 generalmente del
Medio Oriente). Como cualquier potencia, teme un boicot de sus
proveedores, un aumento del precio de la energía en el mercado, o una
agresión de EEUU (problema de Taiwán). Por esta razón, está invirtiendo
en la exploración/explotación de petróleo en el medio oriente, Africa y
la Selva peruana. También construye oleoductos en el Asia Central y
Rusia. China cuenta con los más grandes recursos hidroeléctricos en el
mundo, su proyecto mas ambicioso, la Represa (DAM) Tres Gorges, espera
producir 18 GW en 2009. Pero la operación de este gigantesco reservorio
de agua de 372 millas, bloqueará el tercer río mas largo del mundo (el
Yangtze), desplazando a más de un millón de personas, inundará mas de
240,000 acres de tierras productivas y, finalmente, sumergirá a más de
1,000 sitios arqueológicos. Pero todo ese esfuerzo, no podrá resolver
los problemas energéticos de 1.3 mil millones de chinos que crecen en
una cantidad de 10.4 millones al año, y una economía con un riesgo de
irse fuera de control. De acuerdo a la Fundación de energía de EEUU, la
energía producida por Tres Gorges sólo cubriría el uso de los nuevos
acondicionadores de aire en los próximos 5 años.
China es parte integrante de la Convención del Cambio Climático de la
ONU, ratificó la Convención de Kyoto el 2002 y su Mecanismo de
Desarrollo Limpio, en teoría, sigue las reglas para minimizar la
producción de gases que causan el calentamiento global y el cambio
climático (http://cdm.cchina.gov.cn).
El carbón, además de generar casi el doble de dióxido de carbono (CO2)
por unidad de energía que el gas natural, es responsable para que China
sea el que emita más CO2 en el mundo. El CO2 es un contaminante del
aire y causante de la precipitación del agua ácida, haciendo un daño
severo a la salud humana y al medio ambiente.
China ha adoptado leyes claves de conservación de energía (1997) y
eficiencia (1986) de EEUU y Europa, pero su cumplimiento es todavía
incierto. Muchas ciudades han decretado leyes para otorgar incentivos a
los vehículos que usan LNG y el gas natural comprimido. La protección
de los bosques será convertida en la mayor inversión ambiental de
China, por esa razón están importando madera y muebles de los países
amazónicos (Perú, Brasil,, etc.). Esa lección ambiental lo aprendieron
luego que el río Amarillo se secó en 1997 y las subsecuentes aluviones
de Yangtze produjeron muchas muertes y desolación. Como resultado,
China implementa dos leyes: la ley de Protección de Bosques y la de
Conversión de Tierras que les dieron mejores resultados. Mas de un
millón de hectáreas fueron reforestadas con la cooperación de varios
países europeos como Italia.
China es el país que tiene las más grandes inversiones de las
transnacionales, pese a las altas tarifas (impuestos y regalías que no
ahuyentan la inversión), los retornos (utilidades) son bajas y la
protección a los derechos de propiedad inadecuadas. China es miembro de
la Organización Mundial del Comercio desde diciembre del 2001. La
transformación del socialismo al capitalismo de Estado (llamado también
economía socialista de mercado) es un volcán que no tardará en
explotar. El rol del Estado y la autoridad central del gobierno, poco a
poco, tiende a declinar. Los comandos de control y protección de los
comunes declinan (al igual que las empresas estatales). La
liberalización y descentralización lleva a millones de desocupados y al
aumento de la pobreza en grandes capas de la población. La imposición
de leyes capitalistas, como las reformas al mercado dejadas por Deng
Xiaping, están agrandando la desigualdad. El sector privado ha crecido
enormemente y, a la vez, su poder político, incluyendo la corrupción.
La clase burguesa no solo pide leyes que protejan sus prácticas
corruptas y anti-laborales (despidos y bancarrotas), sino también pide
represión.
Hay una gran cantidad de trasnacionales de EEU y ONGs trabajando en
China para eliminar la protección socialista de los comunes (el derecho
a la salud, la educación, vivienda, trabajo, etc.). EEUU y cientos de
sus ONGs compiten con los gobiernos europeos y Japón que entran con
préstamos y ayudas económicas. Existen 20 agencias del gobierno de EEUU
trabajando con los chinos en proyectos de energía y el medio ambiente,
etc. Lo irónico es cuando la empresa China National Offshore Oil Corp.
(Cnooc) quiso comprar por 18.5 mil millones de dólares la compañía de
EEUU American Oil Company (Unocal), el Congreso de EEUU criticó los
tratos y los hizo abortar por razones de “seguridad nacional”. Otra
lección que deben aprender los neoliberales peruanos que impulsan el
TLC con EEUU.
Los dos motores hambrientos de energía en el mundo caminan juntos
practicando la colusión y colisión. Colusión en la caza y explotación
de los recursos naturales (minas, energía) de los países pobres, y
colisión cuando se trata de defender sus intereses económicos y
geopolíticos.
Cathy García
Cathy García, peruana, natural de Apurímac, es Doctora en Ciencias
Aplicadas. Actualmente se desempeña como catedrática de la Universidad
de Nueva York, en la especialidad de Energía y Ciencias Ambientales.
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