El
Perú es un país de extraordinaria variedad de recursos vivos y
ecosistemas, que hoy se conocen como diversidad biológica o
biodiversidad, y por esto está entre los países megadiversos del
planeta, y entre estos ocupa uno de los cinco primeros sitiales. La
diversidad de recursos genéticos también es un logro de los grupos
humanos, que durante un proceso de, al menos, diez mil años, han
domesticado plantas nativas, las han seleccionado y adaptado a los
pisos ecológicos, y han domesticado especies de la fauna.
El Perú posee una alta diversidad genética por ser uno de los centros
mundiales de origen de la agricultura y la ganadería, y, en
consecuencia, es uno de los centros más importantes de recursos
genéticos de plantas y animales. Los recursos genéticos presentes en el
país son de importancia estratégica para el mundo moderno y el Perú, en
este aspecto, juega y puede jugar un rol decisivo de importancia
global. La biodiversidad del Perú incluye 395 especies de reptiles, 403
de anfibios, dos mil de peces, y cuatro mil de mariposas, entre otras
muchas especies de aves, y otros animales. También es uno de los países
más importantes en recursos genéticos de plantas de usos conocidos, que
suman unas 4.500 especies.
Posee 182 especies de plantas nativas domésticas, con centenares y
hasta miles de variedades, de las que 174 son de origen andino,
amazónico y costeño y 7 de origen americano, y que fueron introducidas
hace siglos. Además posee las formas silvestres de esas plantas. Por
ejemplo, en el territorio peruano existen cerca de 85 especies de papas
silvestres y 15 de tomates.
Es el primer país en variedades de papa (9 especies domesticadas y unas
3.000 variedades), de ajíes (5 especies domesticadas y decenas de
variedades), de maíz (36 ecotipos), también muchas variedades de
granos, tubérculos y raíces andinas. Es el mayor centro de diversidad
genética de algodón de América del Sur, centro de origen del algodón
peruano (Gossypium barbadense), que es un insumo de material genético
imprescindible para el mejoramiento de los algodones cultivados, como
el Pyma y el Tangüis.
Tiene un muy alto sitial en frutas (623 especies), plantas medicinales
(1408 especies), ornamentales (1600 especies), cientos de cucurbitáceas
y otras plantas alimenticias (unas 1200 especies).
Posee cinco formas de animales domésticos propios: la alpaca, forma
doméstica de la vicuña (Lama vicugna) y cruzada con llama; la llama,
forma doméstica del guanaco (Lama guanicoe); el cuy, forma doméstica
del poronccoy (Cavia tschudii); el pato criollo, forma doméstica del
pato amazónico (Cairina moschata); y la cochinilla (Dactilopius coccus).
Como consecuencia, el Perú es un país de gran importancia global por
haber dado al mundo cultivos y animales domesticados de suma
importancia, en especial la papa y variedades de maíz, que son dos de
los cuatro cultivos alimenticios más importantes a nivel mundial.
Conocimientos tradicionales asociados a la biodiversidad
El Perú posee una alta diversidad de culturas y cuenta con 14 familias
lingüísticas y al menos 44 etnias distintas, de las que 42 se
encuentran en la Amazonía. Estos grupos aborígenes poseen conocimientos
importantes respecto a usos y propiedades de especies; diversidad de
recursos genéticos (4.400 plantas de usos conocidos y miles de
variedades), y sus técnicas de manejo.
Valor estratégico de la biodiversidad peruana
El Perú, en el sentido convencional, no tiene una posición estratégica
a nivel mundial que le otorgue importancia resaltante en el mercado
geopolítico global. En efecto, no es un país con mayores recursos
energéticos, como los países árabes; no domina rutas estratégicas para
el comercio mundial en forma de estrechos o canales, como Turquía,
Egipto o Panamá; no tiene un desarrollo tecnológico de importancia
global; no tiene una posición de poder por patentes y aspectos
relacionados; y no juega ningún rol en el mercado de capitales.
En consecuencia las grandes potencias mundiales no lo ven ni como una
amenaza para la seguridad global, ni lo consideran un país objetivo
para garantizar la seguridad y estabilidad globales, y tampoco hacerlo
objeto de apoyos especiales en forma de inversiones y rescates
financieros.
Sin embargo, el Perú es uno de los países más destacados en diversidad
biológica y se ubica entre los tres primeros países megadiversos por la
superficie de bosques tropicales (cuarto a nivel global); es el primer
país en recursos genéticos de plantas domesticadas (182 especies), de
usos conocidos (4.400 especies); y posee ecosistemas de importancia
global (bosques tropicales húmedos, bosques secos, punas, bosques de
neblina, mar frío, entre otros).
Este sitial del país en biodiversidad le otorga una importancia
estratégica a nivel global porque el siglo XXI será el siglo de la
biotecnología y de la ingeniería genética. Este aspecto debe ser
rescatado y desarrollado por el país en forma estratégica para
transformar la biodiversidad en una ventaja competitiva. El país puede
jugar un rol muy importante en las negociaciones internacionales sobre
la biodiversidad y los recursos genéticos, y en todo lo relacionado a
los aspectos referidos al mantenimiento del equilibrio del carbono en
la atmósfera.
En consecuencia, el país debe mejorar su capacidad de negociación en
todo lo relacionado a la seguridad alimentaria mundial; a la seguridad
de la salud (plantas medicinales); y a la seguridad global en lo
referente al cambio climático.
Diversidad biológica y TLC
En las negociaciones del TLC, con relación a la biodiversidad, el Perú
debería lograr que Estados Unidos reconozca nuestra importancia en lo
referente a los recursos genéticos, los conocimientos tradicionales,
los servicios ambientales, los bosques y otros aspectos importantes
para el bienestar de la humanidad. Así como en el Perú se reconoce el
enorme aporte de los Estados Unidos de Norteamérica, en el ámbito de la
ciencia y de la tecnología. Y también entiende la necesidad de proteger
los derechos sobre los inventos y las patentes.
Pero, en base a una justa y armoniosa relación mutua, los Estados
Unidos de Norteamérica también deben reconocer el esfuerzo milenario
del pueblo peruano y aceptar que el acceso a nuestra biodiversidad y a
los conocimientos asociados, no podrá hacerse sin que medie una
adecuada contraprestación económica y programas de cooperación para su
conservación y desarrollo.
Los Estados Unidos de Norteamérica tiene posiciones muy claras y
desfavorables para el país. A través de ellas no reconoce los derechos
de los agricultores y los conocimientos tradicionales. Es lógico,
puesto que ese país no ha ratificado el Convenio sobre la Diversidad
Biológica (Río 1992) y, en consecuencia, no reconoce el derecho de los
países de origen de los recursos genéticos. Como tampoco ha ratificado
el Protocolo de Kyoto como un mecanismo de reducción de emisiones y
para detener el cambio climático.
También Estados Unidos insiste en las patentes de organismos vivos para
favorecer a sus empresas, que están desarrollando agresivos programas
de biotecnología y de patentes sobre los recursos genéticos. Para
lograr sus objetivos las empresas necesitan de los recursos genéticos
de otros países y tratarán de obtenerlos de cualquier manera. Esta
posición y el enorme poder de Estados Unidos en patentes, pueden
conducir a la apropiación de los recursos genéticos de otros países,
entre ellos el Perú, y por lo que al fin cuentas –en un futuro no muy
lejano- tendremos que pagar regalías por recursos genéticos propios a
las empresas de ese país.
Por otra parte, los Estados Unidos a través de sus instituciones no
gubernamentales ven la conservación de la Amazonía, y sus ecosistemas,
como un bien común para la humanidad, y nos tacha de países
irresponsables por la pérdida acelerada de los bosques amazónicos. Esto
hace deducir que en el futuro, como ya sucedió en el pasado, los
Estados Unidos consideren a la Amazonía como un objetivo estratégico
para su bienestar y al servicio de sus intereses (internacionalización
de la Amazonía). La estrategia peruana en las negociaciones del TLC en
lo referente a la diversidad biológica debe ser concreta, prudente e
innovadora. El país, de ninguna manera, puede ceder posiciones más allá
de lo establecido en el Convenio sobre la Diversidad Biológica y las
Decisiones de la Comunidad Andina de Naciones -CAN- sobre acceso a los
recursos genéticos. Por el contrario, debería usar su posición
favorable y estratégica, en lo referente a biodiversidad, para lograr
compromisos para cooperación científica, tecnológica y asistencia
financiera para la conservación de los bosques y áreas naturales y
protegidas. Con firmeza los negociadores peruanos deben insistir en que
cualquier patente originada en base a recursos genéticos peruanos,
obtenida sin el consentimiento previo y el acceso de forma legal, no
será reconocida por el Estado peruano.
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