La
Antártida está tan lejana como hostil. Ningún otro continente es tan
frío y está tan poco poblado. Pero aunque sea un desierto helado en el
extremo más meridional de la Tierra, la Antártida desempeña un papel
clave en los sistemas globales ya que es donde se encuentra el 70 por
ciento del agua dulce del planeta y el 90 por ciento del hielo de la
Tierra.
El papel del continente para comprender el cambio climático mundial se
puesto de relieve especialmente en los últimos años, al lanzar los
investigadores del clima serias advertencias fundadas en las señales
que obtienen de allí. La temperatura atmosférica ha aumentado sólo en
los últimos 50 años tres grados Celsius. En este sentido, sin embargo,
la lejanía de la Antártida y el pequeño lugar que ocupa en la
conciencia diaria de la humanidad va en contra de los que intentan
elevar la alarma del cambio climático.
"A veces puede ser frustrante", admite Geraint Tarling, jefe de
dinámica de ecosistemas del British Antarctic Survey (BAS). El doctor
Tarling entiende que la península Antártica no afecta directamente a la
vida de muchas personas, aunque los rápidos cambios que ocurren en los
sistemas físicos y biológicos a gran escala de los que él y sus colegas
son testigos en el Océano Sur impactarán también sobre las áreas
pobladas.
Es difícil para el doctor Tarling comprender por qué hay todavía mucha
incertidumbre sobre la cuestión del cambio climático cuando, como él
dice "la Royal Society publicó un documento de consenso que representa
la suma del conocimiento humano sobre el cambio climático, y que afirma
claramente que las pruebas son categóricas". Las incertidumbres
científicas persisten en cuanto a saber exactamente cuáles serán las
consecuencias del cambio climático, lo que puede debilitar el mensaje,
"pero sabemos que el cambio está llegando", declaró.
Su propia investigación se centra en escoger tendencias de las especies
biológicas, concretamente el camarón antártico, aunque los datos se
insertan en el marco más amplio y multidisciplinar de BAS. "Cada
estudio independiente, tanto si es sobre física atmosférica o ciencia
biológica, reúne sus propios datos, pero sólo adquiere sentido en
modelos más grandes", explica el doctor Tarling. "Son sistemas
complejos que requieren de las aportaciones de todos los equipos".
El camarón antártico crece en las zonas heladas marginales de los mares
del Sur, y sustenta a especies predadoras como los pingüinos, las
gaviotas y las ballenas. El doctor Tarling y su equipo calcularon la
población utilizando muestras de red y, más recientemente, sistemas
acústicos, y han podido ver el descenso en la especie. "Es difícil de
explicar, pero en combinación con otros datos pensamos que estamos ante
un retroceso de su hábitat, la zona helada marginal, y que muchos
camarones antárticos no consiguen llegar a la madurez. Como
consecuencia, también podemos ver un descenso de la población de
predadores como pingüinos y gaviotas".
Como se esperaba, si el hielo de agua dulce de la Antártida continúa
derritiéndose ante el ascenso de temperaturas, la ruptura potencial de
la circulación termosalina, que mantiene las latitudes norte
artificialmente calientes, tendrá un impacto masivo sobre el clima
europeo. "Comenzaremos a ver inviernos árticos en Europa del norte y
veranos saharianos en el sur", declara el doctor Tarling.
Todo ello le conduce a su tribuna improvisada, como él la llama. "Estos
cambios deben llamar la atención de las personas en general. [...]
Debemos presentar los hechos al igual que las incertidumbres, y
relacionar los cambios que están ocurriendo con las actividades de los
seres humanos que las causan". Por esta razón, el doctor Tarling
participa en un ejercicio de alcance científico que cuenta con el
respaldo de la iniciativa de la Comisión Europea "Investigadores en
Europa", que es una acción de movilidad dentro del VI Programa marco
(VIPM).
La Comisión organiza en cooperación con el Consejo Británico una serie
de manifestaciones para mejorar la comunicación entre los
investigadores y la sociedad. El doctor Tarling da conferencias dentro
de la serie llamada "cafés científicos", con las que intenta explicar
por qué el cambio climático en las regiones polares debería
preocuparnos a todos. "Si las personas toman conciencia de forma que se
interesen, es posible que lleguen a entender estos temas", declara.
Cree que es deber de los científicos intentar con más ahínco llegar al
público, pero igualmente cree en el deber de los medios por esforzarse
aún más y hacer llegar el mensaje real. "Conseguir hacerte oír en los
medios de comunicación es una forma de llegar a mucha gente, aunque a
veces extraña leer algunas de las historias a las que ofrecen cobertura
los medios".
Después de haber realizado su presentación mediante video enlace en
Lahore e Islamabad en Pakistán, el doctor Tarling visitará Bruselas,
Méjico y Estonia para difundir sus conocimientos. Es realista en cuanto
al impacto potencial de sus esfuerzos "no espero resultados inmediatos,
la educación es un proceso lento. [...] Pero es una importante forma de
internacionalizar el debate científico, que a menudo puede ser algo
cerrado o esnob".
"La participación de los jóvenes en el programa de cafés científicos es
de especial importancia", opina el doctor Tarling. "Cuesta en Europa
hacer que los jóvenes participen en la ciencia, tienes que convertirlo
en algo apasionante y mostrarles que la ciencia puede suponer una
motivación. Conque sólo unos pocos jóvenes comprendan lo que estoy
diciendo y se vayan interesados es suficiente para mí porque esto
producirá un efecto dominó".
El doctor Tarling, quien comenzó su propia carrera de investigación con
financiación del III Programa marco de la Comisión, aprecia el esfuerzo
que está haciendo la UE para promover la ciencia en la sociedad. "El
trabajo mejora, y está bien ver que la Comisión destina dinero donde
realmente lo necesita, especialmente para tratar de llegar a los
jóvenes", declara.
El doctor Tarling espera para él y sus colegas que la creciente
capacidad informática conducirá a modelos climáticos más sofisticados y
a una reducción en el nivel de incertidumbre sobre futuras
predicciones. Además, en 2007 da comienzo al año internacional polar,
en el que se espera se realizará un esfuerzo internacional para mejorar
la educación y los programas de gran alcance.
"Tener objetivos de futuro es bueno", concluye el doctor Tarling. Por
ahora, sin embargo, su objetivo inmediato es difundir el mensaje de
advertencia que recibe de las tierras salvajes del Antártico.
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