El
cambio climático es uno de los principales problemas en materia
ambiental, pero también en materia económica, política y social. Es un
problema económico porque es responsable de miles de millones de
dólares que año con año se contabilizan como pérdidas económicas por la
crudeza de los fenómenos naturales; pero además porque la única manera
de mitigar el cambio del clima radica en la transformación de los
procesos productivos y de consumo, al tener que transitar de un modelo
económico depredador a un modelo económico que favorezca el desarrollo
sustentable.
El cambio climático también es un problema
político, pues se requieren acuerdos para lograr la cooperación
internacional y evitar las causas de este desequilibrio ambiental; de
ahí la urgencia de emprender un gran esfuerzo diplomático para que
todas las naciones se comprometan y reduzcan paulatinamente las
emisiones de gases contaminantes, en cumplimiento de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático y su protocolo
firmado en Kyoto, Japón.
Desde de una perspectiva social, la incidencia de climas más extremos y
sus consecuencias como las inundaciones de las costas, la sequía de
amplias regiones o la propagación de algunas enfermedades, serán la
causa de un mayor empobrecimiento y, por lo tanto, de un insólito
aumento en el número de personas que se verán en la necesidad de
emigrar para encontrar alguna oportunidad de subsistencia.
Desafortunadamente, los fuertes intereses económicos y una visión
egoísta y de corto plazo han impedido que se reconozca al tema
ambiental y en especial al cambio climático, como el problema más
importante que debe enfrentar la humanidad, aun cuando queda claro que
para mitigar los cambios del clima deberemos evolucionar nuestras
relaciones económicas, políticas y sociales.
Por lo anterior, la Federación de Partidos Verdes de las Américas,
integrada por partidos y organizaciones ambientalistas de Brasil,
México, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Nicaragua y Venezuela, entre
otros miembros, firmaron el Acuerdo Ecologista Planetario, en la
reunión que sostuvieron los pasados días 12 al 15 de octubre, con
objeto de impulsar la cooperación internacional en materia de cambio
climático.
El lector podrá preguntarse cuál es el sentido de este acuerdo, siendo
que ya existe el Protocolo de Kyoto, que es en la actualidad el
principal instrumento para evitar el progresivo cambio del clima.
Empero, el Protocolo de Kyoto muestra dos importantes debilidades.
1. El Protocolo de Kyoto no ha sido ratificado por todos los países. Es
necesario recordar que Estados Unidos es el país que emite la mayor
cantidad de los gases responsables del calentamiento global (25% del
total de las emisiones mundiales). Sin la participación de Estados
Unidos y sin un adecuado cumplimiento de las metas de reducción de las
emisiones de contaminantes, por parte de los países industrializados
firmantes del acuerdo, el Protocolo de Kyoto no logrará su objetivo.
2. Además de las metas para reducir emisiones, el Protocolo de Kyoto
establece mecanismos para tratar de mantener la capacidad de absorción
del planeta del bióxido de carbono (CO2), ampliando y protegiendo la
superficie forestal. Por ello se permite que los países
industrializados "compren derechos" de contaminación a los países no
desarrollados, mediante la transferencia de tecnología o el pago de
servicios ambientales (reforestación y conservación de bosques y
selvas).
Sin embargo, dichos mecanismos no garantizan la conservación forestal.
Por el contrario, la destrucción y desaparición de extensas superficies
de selvas y bosques seguirá incrementándose, en tanto que no se
ofrezcan opciones de desarrollo a los países más pobres, que son
también aquellos en donde se encuentran las extensiones de selva más
grandes y donde habitan la mayor cantidad de especies. Es decir, el
Protocolo de Kyoto resultará una estrategia incompleta, si al mismo
tiempo no se garantiza la protección de las selvas y su biodiversidad.
Es por ello que la Federación de Partidos Verdes de las Américas acordó
fortalecer la cooperación con otras organizaciones, así como ampliar su
esfuerzo diplomático y la presión de la opinión pública internacional,
para invitar a Estados Unidos y otros países a ratificar el Protocolo
de Kyoto. Pero sobre todo, la firma del Acuerdo Ecologista Planetario
plantea reunir el apoyo suficiente de los ambientalistas de todo el
mundo, para solicitar a la ONU que convoque y auspicie una reunión
mundial, en la que se concrete un protocolo para detener la destrucción
de las selvas.
Como sede de dicho evento se propuso a la emblemática ciudad de
Iquitos, en Perú, ya que por dicha ciudad se accede al río y a la selva
del Amazonas.
Por estas razones, el Partido Verde Ecologista de México se sumará al
esfuerzo para promover la promulgación del protocolo de Iquitos (de
protección de las selvas) que resulta complementario del Protocolo de
Kyoto.
Jorge Emilio González M.
Presidente del CEN del PVEM
Fuente: El Universal
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