El Grupo Consultivo Internacional sobre Investigación Agrícola (CGIAR)
reúne a 15 centros de investigación agrícola de todo el mundo. Está
financiado por organizaciones internacionales, entre las que figuran la
UE, los gobiernos nacionales y las fundaciones de investigación
privadas.
"Los países en desarrollo, que ya son el hogar de la mayoría de las
personas pobres y desnutridas del mundo y que han contribuido
relativamente poco a las causas del calentamiento global, son los que
más se verán afectados por el cambio climático y los que más van a
sufrir las consecuencias negativas", declaró el Dr. Louis Verchot, del
Centro Mundial Agroforestal.
Según el Dr. Robert Zeigler del Instituto Internacional de
Investigación sobre el Arroz, el cambio climático hará todavía más
difícil cumplir con los retos de la reducción de la pobreza y el de
producir alimentos en cantidad suficiente para alimentar a la creciente
población. "Los medios de sustento de miles de millones de personas de
los países en desarrollo, principalmente en los trópicos, se verán
gravemente desafiados con el descenso de las cosechas debido a que las
estaciones de cultivo se acortarán", comentó.
Un estudio reciente demostró que los aumentos de temperatura y los
cambios en los modelos de precipitaciones reducirán los periodos de
cultivo en más de un 20% en algunas partes del África subsahariana. En
esta situación de alto riesgo se encuentran países de África Oriental y
Central como Ruanda, Burundi, Etiopía y Níger, que son ya los países
más pobres del continente.
Otro estudio prevé que debido a la mayor sequedad del clima, las
extensiones de cultivo donde crece el mejor trigo de India se reducirán
a la mitad para el año 2050. Las cosechas disminuidas dejarán en grave
riesgo de hambre al menos a 200 millones de personas.
"Los países pobres dependen de manera abrumadora de los recursos
naturales y, dada su limitada capacidad financiera o institucional para
adaptarse a un profundo cambio, se encuentran en serio riesgo", declaró
el Dr. Zeigler.
La nueva agenda sobre el cambio climático señaló que los centros de
investigación se centrarán en el desarrollo de cultivos preparados para
el clima (climate-ready crops), en ayudar a los agricultores a utilizar
sus recursos de manera más eficiente y en gestionar la aportación de la
agricultura al cambio climático.
Los investigadores ya están desarrollando variedades de cultivos que
son capaces de soportar el aumento de las temperaturas, las sequías y
las inundaciones. En los trópicos, muchos cultivos están aproximándose
o ya han alcanzado su óptimo térmico. Esto significa que incluso un
aumento de un grado centígrado de temperatura durante la estación de
cultivo puede producir un descenso significativo de las cosechas.
En otras partes del mundo el aumento de las lluvias acarreará problemas
a los agricultores del arroz. Los investigadores están desarrollando
variedades de arroz que son capaces de sobrevivir sumergidas durante
periodos prolongados, así como variedades que son más eficaces a la
hora de convertir la luz solar y el carbono en grano.
Para regiones como la de África Meridional, que se enfrentan a una
disminución de las lluvias y a más sequías, los investigadores están
desarrollando un maíz que puede tolerar periodos prolongados de sequía
y suelos infértiles.
Los investigadores darán relevancia también a la mejora de métodos y
técnicas agrícolas a fin de que los agricultores puedan hacer un uso
completo de sus recursos limitados de suelo y agua. En muchos sistemas
agrícolas, el 70% de la lluvia que cae sobre los cultivos o bien se
evapora o se escapa de la tierra no pudiéndola aprovechar las plantas.
Los investigadores están buscando formas de mejorar la recogida de agua
de lluvia y los sistemas de embalse y perfeccionar la tecnología de
irrigación por goteo, que aporta la cantidad adecuada de agua en el
lugar apropiado y cuando es necesario. Existen también técnicas de
gestión del suelo que se están desarrollando y que aumentarán la
capacidad de retención de agua del suelo.
La tercera área de investigación analizará cómo los agricultores pueden
contribuir a la reducción global del carbono atmosférico. Entre los
proyectos de ésta área figura ayudar a los agricultores a que
participen en los proyectos de secuestro de carbono, y facilitar a los
agricultores que practican la agricultura itinerante que se ganen la
vida a partir de los bosques en vez de destruirlos.
Los investigadores destacan, sin embargo, que aunque sus esfuerzos
ayudarán a los agricultores a adaptarse al cambio climático, la
reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero debe seguir
siendo una prioridad.
"Anticipar y planificar el cambio climático es un imperativo para los
agricultores de los países pobres si quieren evitar los descensos
previstos en las cosechas de los cultivos de alimentos más importantes
del mundo", declaró el Dr. Verchot. "Sin embargo, la adaptación no es
un sustituto a la reducción de los nuevos gases de efecto invernadero y
a la eliminación de los existentes en la atmósfera, nuestra única
opción a largo plazo".
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