En
la reserva ecológica Las Dos Hermanas, cercana a la localidad de Arias,
están preocupados porque no se ha incrementado la cantidad de ñandués
en los últimos años, pese a los programas de reproducción existentes.
La caza ilegal y la matanza por perros salvajes serían las causas de
esta situación.
La población de ñandúes que habita en la reserva ecológica Las Dos
Hermanas continúa sufriendo los ataques de los cazadores y, en
consecuencia, el número de estos animales no consigue incrementarse
como quisieran los encargados del establecimiento ecológico.
Tal como lo publicara el diario La Mañana tiempo atrás, los factores
que restringen el hábitat normal de estas aves “están relacionados con
los humanos y los perros que son abandonados en el lugar, quienes se
alimentan de éstos”.
El guardaparque Carlos Corbella, manifestó su preocupación respecto a
la situación que atraviesa la reserva ya que en los últimos períodos no
se ha podido incrementar la población de ñandúes que habitan el lugar.
“Las principales causas están relacionadas con la caza ilegal que se
produce todos los años, algo que se vuelve imposible de controlar por
las dimensiones que tiene la estancia”, expresó, haciendo referencia a
las más de 4 mil hectáreas que están comprendidas en Las Dos Hermanas.
Durante la temporada de caza es muy común encontrar personas que salen
a perseguir animales por la zona e ingresan a la reserva con el fin de
disparar a los ñandúes que viven allí.
“Tenemos un total aproximado de 100 aves de este tipo, y a pesar que
los factores naturales no alteran su hábitat se mantiene en número”,
aseguró Corbella. Y agregó que “tiempo atrás teníamos entre 30 y 40 más
por año, mientras que ahora la cantidad es más o menos la misma
siempre”.
Asimismo, el guardaparque de la reserva consideró que otro de los
factores negativos es el incremento de perros salvajes que rondan en la
estancia últimamente. “Muchos cazadores pierden sus animales en el
lugar y éstos tienen la necesidad alimentarse viendo a los ñandúes como
una posibilidad para satisfacerse”.
Los coordinadores optaron por adquirir un arma como medida de
protección de los canes pero desde hace más de un año están tramitando
la documentación correspondiente para poder utilizarla.
Respecto a la seguridad del lugar, desde la reserva aseguraron que “el
control y vigilancia en una actividad muy comprometida por cuanto en
pueblos y zonas rurales todos se conocen y esto, en algunos casos,
atenta contra la eficiencia”.
Las tareas se concentran principalmente en recorridas preventivas
dentro y fuera del área, ocasionales y sorpresivos controles de caminos
(especialmente en época de caza) junto a la Policía de la jurisdicción.
Un lugar único
Pese a que no hace muchos años era común ver estos animales en los
campos cercanos a las rutas del sur de Córdoba, en la actualidad la
estancia Las Dos Hermanas es uno de los pocos campos en donde aún vive
esta especie, que se halla en serio peligro de extinción.
Para mejorar el estado de conservación de la población silvestre, se
practicó la reintroducción de ejemplares en 1998, en el marco de un
proyecto de la Universidad Nacional de Córdoba.
Desde entonces se realiza un seguimiento de la evolución de la
población de ñandúes pero en los últimos años no se ha observado un
crecimiento óptimo, lo que pone en serio peligro la existencia de estas
aves.
Las Dos Hermanas está ubicada en el sudeste de la provincia de Córdoba,
a 15 kilómetros de Arias, localidad que se encuentra en el km 410 de la
Ruta Nacional 8.
La superficie comprendida es de 4.189 hectáreas, de las cuales 2.267
tienen aptitud agrícola, y el resto son campos naturales con cañadas
salitrosas aptos únicamente para la cría de ganado.
Toda la estancia está comprendida en la Reserva Provincial “Laguna Las
Tunas”, creada mediante ley Nº 7890/90 de la legislatura provincial.
Al mismo tiempo, en la zona baja, se ha declarado como Refugio de Vida
Silvestre (cerca de mil hectáreas) mediante un convenio entre la
Fundación Vida Silvestre y la Fundación Rachel y Pamela Shiele.
En todo el establecimiento se desarrollan tareas de educación,
investigación y control con el objetivo de proteger la flora y fauna
autóctonas.
El guardaparque Nacional Carlos Corbella, quien además es técnico
universitario en el manejo de áreas protegidas, reside en el predio y
tiene a cargo el desarrollo de las actividades.
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Votos Escrito por Invitado el 2013-03-07 12:03:20 ¡Que hermosa ave! Espero que se preserve esta especie. |
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