Reiteradamente escuchamos comentarios sobre cambio climático, gases invernadero y sus efectos sobre la Tierra. En tanto el Siglo XX fue uno de expansión constante —sin límites aparentes, con vuelos trasatlánticos, viajes a la Luna, globalización e internet— el Siglo XXI nos muestra las fronteras de la naturaleza. La revista Scientific American nos señala que el petróleo es tan difícil de encontrar que los pozos se extienden kilómetros bajo la superficie del mar —como tristemente nos lo recordó el pozo Deepwater Horizon en el Golfo de México.

La atmósfera, antes interminable, es una plétora de gases invernadero acumulados durante dos siglos y contaminación —basta ver el cielo en la ciudad. Algunos biólogos advierten que estamos en medio de una extinción global de especies comparable con la que ocurrió cuando desaparecieron los dinosaurios.

Los pozos de petróleo, antes fácilmente detectables, ahora llegan hasta 5,500 metros de profundidad. El máximo de producción petrolera en EUA ocurrió en 1970. En México, con Cantarell ido, Pemex estima que sólo hay producción para 10 años más. Se estima que la producción mundial llegará a su máximo en 2014 y que para 2050 sólo quedará alrededor del 10% del petróleo en el mundo. (Claro, para saber cuánto petróleo hay depende de cuán diligente se busca.) ¿Qué fuente alternativa de energía real se tiene? ¿Será viable para cuando se necesite? Para 2070 seguramente habrá de substituirse el 50% de electricidad generada por carbón.

Entre los minerales, la plata es cada vez más utilizada en vendas y recubrimientos de productos. Conforme a los niveles actuales de producción, se estima que quedan 19 años más —aunque el reciclaje podría extender su abastecimiento. las reservas actuales de indio —metal similar a la plata que se usa en películas y televisiones planas— durarán 18 años más de producción. El oro —con mayor demanda en épocas de crisis— durará 20 años más en minas de fácil acceso. El carbón se considera prácticamente inagotable. Sin embargo, el caso del Reino Unido ofrece un panorama diferente. En los siglos XIX y XX creció la producción hasta su pico en 1913, y las reservas se fueron agotando. Otras partes del mundo muestran patrones semejantes. Extrapolando las tendencias registradas se ha proyectado que el mundo habrá extraído 90% del carbón disponible en 2072. [Reciclar ofrece ciertas opciones (en EUA, 80% del plomo que se utiliza es reciclado).]

La biodiversidad es igualmente afectada. En la extinción que ocurrió en los periodos Pérmico-Triásico (que duró entre 720 mil y 1.2 millones de años) desapareció 96% de las especies —equivalente de ocho a 9.6% por milenio. En la extinción del Cretáceo-Terciario (duró menos de 10 mil años; es la era en que desaparecen los dinosaurios) se perdió 75% de especies a una tasa cercana a 15% por milenio. En la era actual (11 mil años), se estima que de 1900 a 2000 desaparecieron de uno a 10% y se proyecta entre 2000 y 2100 entre dos y 20%.

La alimentación mundial igualmente quedará afectada. El cambio climático estropeará los patrones agrícolas actuales y perjudicará múltiples especies animales. En unas regiones se prevén temporadas más prolongadas de crecimiento, aumento en la frecuencia de eventos meteorológicos extremos (recordemos las sequías en partes del país y las inundaciones en Tabasco, Nuevo León y ahora Chiapas) o mayor presencia de plagas. La producción agrícola incrementará en unas regiones y decrecerá en otras. Para la década de 2080, entre los ocho países con mayor producción agrícola se estima que mejore la producción en las planicies y las Rocallosas, y el Noroeste de EU (47 y 26%), pero caiga en el Sureste y el Suroeste de EU (18 y 25%). Rusia, China y Argentina mejorarán (6.2, 6.8 y 2.2%), en tanto empeorará en Australia, India, México y Brasil (15.6, 28.8, 25.7 y 4.4%). Un factor diferente entre los siglos XX y XXI es que los precios agrícolas decrecieron en el Siglo XX para todos los granos: maíz, arroz, trigo, soya. En el Siglo XXI veremos crecimiento en los precios (recuérdese los aumentos en 2008) a medida que el crecimiento de la población supere a la productividad agrícola y no aumente el ingreso. La ingesta calórica per cápita diaria incrementará sin cambio climático pero decrecerá con él. Ello provocará que la población mundial mal nutrida de niños menores a cinco años incremente: sin cambio climático se prevén 103 millones y 129 con él. Compensar esto requerirá inversiones en biotecnología, en caminos rurales (para que los productos lleguen a los mercados) y mejoras en la eficiencia de irrigación. Las temperaturas en los países en desarrollo, predominantemente en latitudes menores, ya están cerca o se están acercando a los límites en los que el calentamiento global reducirá más que incrementará el potencial agrícola. Más aún, la agricultura es un componente más importante del Producto Industrial Bruto (lo que produce un país) que en países desarrollados. Un descenso en la productividad agrícola afectará el ingreso en esos países.

Fuente: La Crónica de hoy