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Durante
décadas, lo cazaron
sin control. Hoy, el pichi
ciego está en grave
peligro. |
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El daño que el hombre ha causado
a la naturaleza sobre todo en los últimos
cien años es muy grande. La industrialización
y la urbanización sin adecuada
planificación han hecho desaparecer
ya a miles de especies animales y han
dejado a otras 873 en grave peligro
de extinción.
Según la Unión Mundial
para la Naturaleza, de la ONU, además
de esas casi mil especies en situación
crítica, hay otras 2.869 en
estado de vulnerabilidad. Argentina
participa con 353 especies en esa
lista roja. Y Mendoza con unas 10.
En un intento de evitar que esos
animales se pierdan para siempre -con
impredecibles consecuencias para todo
el ecosistema- se instalará
en Mendoza un banco de genes, también
llamado zoológico congelado.
En ese laboratorio se almacenarán
espermatozoides, ovocitos, embriones
y tejidos de las especies que se encuentren
en la categoría de peligro
crítico o peligro.
Para comenzar, el laboratorio mendocino
-cuyo emplazamiento aún no
está definido- trabajará
con águilas coronadas, pichi
ciegos y cardenales amarillos, los
tres animales de nuestro territorio
más amenazados. La lista se
irá ampliando paulatinamente.
Así lo detalló Leopoldo
León, director de Recursos
Naturales y Renovables de la provincia.
León contó: Comenzamos
hace un tiempo a dialogar con la gente
del proyecto Asistencia a la Reproducción
y Conservación Animal (ARCA)
de Buenos Aires. Ellos vienen mañana
a Mendoza para evaluar todo y para
implementar el programa en la provincia.
Todavía no se ha establecido
dónde funcionara el laboratorio,
con complejas técnicas de crioconservación.
Pero ya se ha planificado la capacitación
para los científicos que allí
trabajarán.
Los especialistas tendrán
el trabajo de guardar material genético
en termos metálicos que contienen
nitrógeno líquido. Este
último es un elemento químico
que llega a los 195,8 grados bajo
cero, temperatura que permite mantener
los embriones, espermatozoides, óvulos
y tejidos.
La idea es usar estas muestras para
reintroducir especies extintas a causa
de la pérdida de hábitat,
cacería, de la introducción
de especies exóticas o del
uso indiscriminado de insecticidas.
ARCA está conformado por un
grupo de científicos del Jardín
Zoológico de Buenos Aires.
Ellos comenzaron a implementar en
el país la técnica de
crioconservación que se usa
en Estados Unidos, Alemania y España
hace 25 años. Y mantienen el
único laboratorio de Argentina
que se ocupa del tema. Allí,
tienen a su resguardo material genético
de 35 especies. Por ejemplo, de venado
de las pampas, yaguareté, oso
de anteojos, ciervo del Padre David,
chimpancé, cabra africana,
ciervo dama, llama, ciervo japonés,
aruí (herbívoro africano),
muflón (oveja silvestre), aguará
guazú (un cánido autóctono)
y lince. A estas especies, pronto
se les sumarán las mendocinas
en peligro.
La técnica
Antes de guardar las muestras en
los termos, hay que seguir un proceso
que comienza con la extracción
del semen de un ejemplar seleccionado.
Si el animal es dócil, se utiliza
una vagina artificial que le permite
eyacular.
Cuando los animales son más
salvajes, lo que se hace es dormirlos
y luego estimular su aparato reproductivo
con impulsos eléctricos. Así,
se contraen los músculos asociados
con la eyaculación. Cuando
el material ya es recogido, se lo
evalúa usando el microscopio.
Nadie sabe cuánto tiempo,
exactamente, puede permanecer el material
genético en los termos. Y sólo
el 70 por ciento de lo recogido sobrevive
al frío intenso y se puede
utilizar para la reproducción.
El 30 por ciento restante, por su
inutilidad, es desechado.
Miguel Rivolta, director ejecutivo
del proyecto comentó que el
problema con el nitrógeno líquido
es físico. Cuando se congela
material genético, se forman
cristales que dañan la membrana
de las células. Por eso, hay
que usar sustancias crioprotectoras
que disminuyen este deterioro y permiten
que haya un alto porcentaje de células
que no se dañaron y que serán
útiles para poder fecundar.
28 de abril de 2003
Fuente:
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