En los últimos 50 años,
gracias a la invención de la
escafandra autónoma por parte
del comandante Cousteau y el ingeniero
Gaignan, los buceadores hemos podido
sumergirnos cómodamente en el
mar hasta los 50 o 60 metros.
Aparte de admirar la belleza de los
diferentes hábitats marinos,
hemos constatado con tristeza su degradación
y la disminución de especies
en muchos de ellos.
El principal culpable de esta disminución
es el hombre, que está esquilmando
los mares a través de la sobrepesca.
Se pescan al año más
de 100 millones de tiburones, para
utilizar únicamente sus aletas,
que alcanzan precios elevados en Oriente
para elaborar la tristemente famosa
sopa de aleta de tiburón.
China consume 30 toneladas de peces
coralinos, pescados en muchas ocasiones
con dinamita, que lógicamente
destruye todo el arrecife.
Las modernas técnicas de pesca
permiten buscar a mayor profundidad
los peces que ya no encontramos en
la superficie, y nuevas especies como
la merluza negra llegan a los mercados
pero ya empiezan a escasear en sus
caladeros de origen. Las redes de
arrastre que se utilizan a gran profundidad
no discriminan y arrasan todo lo que
encuentran a su paso, degradando los
fondos marinos, donde, entre otras
especies, crecen esponjas que sintetizan
sustancias que pueden curar ciertos
tipos de cáncer.
El mar nos ofrece infinidad de recursos,
pero éstos no son inagotables,
y la extracción pesquera se
debe gestionar correctamente. Se está
intentando poner en marcha un proyecto
internacional que sería uno
de los proyectos biológicos
más ambiciosos económicamente
que han existido: el Census of Marine
Life. Consistirá en analizar
el estado actual de las poblaciones
de organismos marinos, su evolución,
y las medidas a adoptar para que no
desaparezcan.
Algunas de las soluciones pueden
ser la acuicultura y las reservas
marinas. Los acuarios aportamos nuestro
granito de arena criando muchas especies
en cautividad que pueden repoblar
el medio natural. Ejemplos como el
de las ballenas, cuya protección
evitó la desaparición
de algunas especies, nos hacen ser,
pese a todo, optimistas de cara al
futuro.
4 de abril de 2003
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