Después de
años de denuncias de organizaciones
ambientalistas, las consecuencias de
las radiaciones ultravioletas y la reducción
de glaciares se incorporaron ayer a
las agendas presidenciales de Argentina
y Chile, cuando Néstor Kirchner
y Ricardo Lagos firmaron la Declaración
de El Calafate sobre cambio climático
y capa de ozono. Si bien el documento
es obvio en su contenido, el hecho de
que el Presidente se ocupe de este tema
marca y consolida un cambio de actitud
respecto de lo hecho por los gobiernos
de los últimos años en
nuestro país, destacó
el director de Campañas de Greenpeace
Argentina.
Frente al glaciar Perito Moreno,
a bordo de un catamarán, Kirchner
y Lagos se comprometieron ayer a impulsar
y apoyar estudios conjuntos de científicos
argentinos y chilenos sobre los efectos
del cambio climático y el deterioro
de la capa de ozono en las zonas patagónicas
y en la Antártida. Efectos
tales como el aumento de temperaturas
medias, cambios en el régimen
de precipitaciones y la inusitada
intensidad del deshielo que reduce
los glaciares y los témpanos,
cuyas consecuencias adversas ya se
evidencian en el Cono Sur. Y otros
menos visibles, como el daño
provocado por el aumento de
la radiación ultravioleta sobre
seres vivos animales y vegetales,
terrestres y acuáticos de estas
latitudes.
Además del reconocimiento
de la gravedad de estos fenómenos,
el documento establece un cambio de
actitud en cuanto a la posición
elegida por ambos presidentes frente
a los países centrales, a los
que definen como los mayores responsables
de los efectos adversos sobre la ecología
mundial: Sociedades económicamente
más poderosas y muchas veces
desaprensivas en la generación
de externalidades que recaen sobre
otros pueblos y otras generaciones,
escribieron en el acuerdo.
Este es el cambio que debemos
saludar. La preocupación por
estos temas, pero más aún
la crítica a los países
industrializados. Hay que esperar
para ver cómo se actúa
a partir de este convenio. Pero no
se puede negar que hay un cambio respecto
de las tímidas actitudes de
(Fernando) De la Rúa, de la
acción nula de (Eduardo) Duhalde
y del absoluto alineamiento de (Carlos)
Menem con Estados Unidos, opinó
Juan Carlos Villalonga, director de
Campañas de Greenpeace.
En este sentido, el convenio exhorta
a los países desarrollados
que son parte del Convenio Marco de
las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático a que ratifiquen
el Protocolo de Kyoto para reducir
las emisiones de gases de efecto invernadero,
particularmente aquellos Estados
desarrollados que son los mayores
consumidores de esas sustancias y
sus precursores, para que controlen
el eficiente cumplimiento de sus compromisos
y supriman el contrabando y el uso
ilegal.
Tras firmar el convenio en el lago
Argentino, el presidente Kirchner
señaló que el
acuerdo resulta muy importante para
toda la región sur de la Argentina
y Chile ya que en la Patagonia argentino-chilena
reside gran parte de nuestro futuro,
por lo que destaco la decidida acción
del Gobierno para avanzar en respuestas
ecológicas y ambientales.
30 de agosto de 2003
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