El cambio de
clima afecta a grandes regiones. El
tema preocupa más que el dañado
"pulmón" del Amazonas.
Durante años, lo que ocurría
en la región del Amazonas,
considerada el pulmón del mundo,
fue motivo de atención de la
comunidad científica internacional,
pero esta preocupación será
trasladada al fenómeno climatológico
del Artico, donde la temperatura se
altera rápidamente con serios
riesgos para el planeta.
El caso de Alaska y el Artico serán
examinados esta semana en una reunión
especializada que se celebrará
en Islandia, donde se analizarán
"los perturbadores" hallazgos
de un estudio elaborado sobre el cambio
del clima en la región polar
del norte.
Dicho estudio, elaborado por un grupo
de científicos estadounidenses,
confirma que los glaciares están
retrocediendo. El permafrost (superficie
de la zona septentrional del Artico)
se está derritiendo con riesgo
para las carreteras, que se hunden
paulatinamente, y los bosques, problemas
que empiezan a obligar a las poblaciones
a buscar zonas más seguras
para vivir.
El progresivo hundimiento del permafrost
ya es un problema para la industria
petrolera, sus instalaciones, ductos
y parque de transporte.
Riesgo mundial
Robert Corell, jefe de los investigadores,
anticipó a la prensa que el
estudio se convierte en una advertencia
de lo que ocurrirá en el resto
del mundo en el próximo cuarto
de siglo.
Alaska y el Artico se están
calentando rápidamente, advierte
la investigación, que recogió
y analizó los datos oficiales
sobre el cambio del clima. En Alaska,
la temperatura promedio durante todo
el año ha subido cinco grados
Farenheit desde la década del
60 y las temperaturas promedio en
invierno han subido ocho grados en
ese mismo período. Los pronósticos
de los científicos advierten
que se espera que la tierra se caliente
entre 2,5 y 10 grados Farenheit para
el 2100.
Los datos indican que el 2002 fue
el año más cálido
en la historia de Alaska, y el pasado
invierno fue el segundo más
cálido registrado, según
el National Climatic Data Center en
Asheville, que encontró que
las temperaturas de Alaska comenzaron
a subir dramáticamente en 1976.
Durante el último julio, Anchorage
registró la segunda temperatura
más alta de su historia.
El derretimiento de los glaciares
de Alaska agrega anualmente 13.200
millones de galones (un galón
= 3,7 litros) de agua derretida a
los mares todos los años. El
aceleramiento de este fenómeno
amenaza con aumentar el nivel de los
océanos más rápidamente
que lo previsto con graves problemas
para las tierras bajas y pequeñas
islas que están amenazadas
con la inundación.
Los datos oficiales indican que la
temporada de congelación en
Alaska ha bajado de 200 días
al año en 1970 a 103 días
en el 2002.
Un nuevo habitante
Otro fenómeno percibido es
la presencia del escarabajo de la
corteza del abeto en los bosques septentrionales
de la región ártica.
Este insecto, según los científicos,
se ha mantenido bajo control en su
reproducción por las bajas
temperaturas existentes en toda la
región, pero al aumentar el
calor estos insectos se multiplican
con mayor facilidad para amenaza de
la vida forestal.
4 de agosto de 2003
Fuente:
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