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La
central hidroeléctrica
convirtió las cataratas
en un "gotero". |
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La virtual desaparición de las
cataratas de Paulo Afonso, bautizadas
como el "Niágara de Brasil"
por el explorador británico Richard
Burton, es quizás la prueba más
evidente de las alteraciones a la cuenca
del río Sao Francisco para generar
energía hidroeléctrica.
"La garganta de Paulo Afonso
no parece estar llena de agua, sino
de espuma, una masa sin superficie
que choca, gira, deslumbra y brinda
una fascinante muestra de fluido en
movimiento", escribió
el explorador victoriano al visitar
el país en 1867.
Pero esta magnífica caída
de agua ha quedado reducida a un mero
goteo luego de que el curso del río
Sao Francisco que fluye a través
de la garganta, fuera alterado para
construir una inmensa represa.
Desde entonces, alrededor del 40%
de la energía que se consume
en el noreste de Brasil, proviene
de la planta hidroeléctrica
de Paulo Afonso, que como muchas de
su tipo en el país es fuente
de una fuerte controversia.
El costo ha sido tanto para la población
como para el medio ambiente, reflejado
en la desaparición de las cataratas
de Paulo Afonso, que en su momento
fueron la mayor atracción en
toda la región.
Desplazamiento
Edson Pires, uno de los principales
directivos del sistema eléctrico
en la región, reconoció
que la construcción de la represa
ha tenido algunas consecuencias negativas.
"Mucha gente fue desplazada,
y varias ciudades se perdieron bajo
las aguas de la represa que alimentan
las plantas generadoras instaladas
sobre el río Sao Francisco",
admite.
Pero aclara que se han tomado medidas
para minimizar el impacto.
"La población fue reubicada
en pueblos construidos a lo largo
del río, con nuevas casas y
proyectos de irrigación",
dice.
"Le garantizo que nadie se quedó
sin casa por culpa del lago",
agrega para resaltar a continuación
que se muestra preocupado por cualquier
impacto en el medio ambiente.
"Este es un río particular.
Su belleza, la calidad de sus aguas
son enormes y soy feliz cada vez que
puedo darme tiempo para nadar",
insiste.
Sólo con un botón
Muchos de los que trabajan en la
industria energética comparten
su visión y elogian tanto al
río como a la planta hidroeléctrica.
Incluso se ha grabado un CD con canciones
destinadas a uno y otra.
Hay quienes sostienen incluso que
las cataratas de Paulo Afonso no han
muerto para siempre.
Según Antonio Gaudino de la
Compañía de Energía
Sao Francisco, las aguas pueden correr
por la garganta en un instante, sólo
pulsando un botón.
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Herido
como las cataratas, el río
perdió la bravura
de otros tiempos. |
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"Es una catarata programada;
si la represa abre sus compuertas,
la catarata de Paulo Alfonso revivirá",
dice Gaudino.
Y agrega que los cambios en el río
sólo agregaron mayor atracción
turística a la región.
"Hay potencial para el turismo
de aventura. Aquí hay varios
cañones que se pueden usar
para saltos de bungee jumping u otras
actividades como de este tipo",
futuriza.
Según Gaudino, luego de la
construcción de otra represa
(Xingo, a unos 60 kilómetros
río abajo), los rápidos
de los ríos se detuvieron,
creció el nivel de las aguas
y esto favoreció la navegación
de varios tipos de embarcaciones.
No tan bueno
Pero la pérdida de potencia
en el curso del Sao Francisco, ha
tenido otros costos medioambientales.
En efecto, en 1867, Paulo Afonso
fue la barrera que puso fin al viaje
de Burton, ya que los rápidos
que le esperaban río abajo
hubieran destrozado su canoa.
Si lo intentara hoy, podría
llegar al Atlántico navegando
sin problemas el mismo río
cuyas aguas, en el pasado, se podían
encontrar hasta 7 kilómetros
dentro del océano.
La pérdida de la bravura del
río significa que sean ahora
las aguas del mar las que se desplazan
2 kilómetros dentro de la cuencia
fluvial, causndo erosión y
daños a la bella desembocadura
del Sao Francisco.
21 de agosto de 2003
Fuente:
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