Las investigaciones
realizadas han demostrado que los altos
niveles de contaminación atmosférica
no sólo irritan los pulmones,
sino que también afectan al aspecto
físico. La empresa de cosméticos
LOreal tiene intención
de investigar la posibilidad de elaborar
en un futuro productos para el cuidado
de la piel adaptados a las condiciones
locales.
Para ello, se va a servir de los
mapas elaborados por la ESA, junto
con datos sobre la radiación
ultravioleta.
En la actualidad, es bien conocida
la influencia directa de los rayos
ultravioletas (UV) en el envejecimiento
de la piel, pero los efectos nocivos
de la contaminación atmosférica
sobre ella son más difíciles
de cuantificar fuera del laboratorio.
L'Oreal llevó a cabo estudios
de campo a propósito de esta
materia, para los que contrató
a un equipo de 2.800 personas entre
científicos y personal de apoyo.
En 1999, la empresa de cosméticos,
en colaboración con el Centro
regional de lucha contra el cáncer
de Francia y el Instituto Nacional
de Salud Pública de México,
inició un estudio de nueves
meses de duración en Ciudad
de México (una de las ciudades
más contaminadas del mundo)
y alrededores. Para estudiar los efectos
del ozono y del óxido nítrico
en la piel, los responsables del estudio
compararon un grupo de 96 personas
de un distrito muy contaminado con
un grupo de 93 personas residentes
en una zona urbana a 75 km de distancia,
menos expuesta a la contaminación.
"Encontramos muchas diferencias
entre los dos grupos", explicó
François Christiaens, de L'Oreal.
"Observamos una mayor oxidación
del sebo (secreción aceitosa
que lubrica y protege la piel y el
cabello) y pieles particularmente
secas o grasas en los voluntarios
residentes en Ciudad de México".
Christiaens explicó que los
efectos de la contaminación
son de carácter "cosmético",
ya que alteran la suavidad y el brillo
de la piel y del pelo, y que pueden
llegar a ser más graves, porque
la oxidación pone en peligro
las defensas naturales de la piel,
pudiéndose producir irritaciones
y reacciones alérgicas.
Se encontraron diferencias tan acusadas
entre los residentes en zonas situadas
a menos de cien kilómetros
de distancia, que creció el
interés de los científicos
por obtener información más
precisa sobre los niveles de contaminación
atmosférica de las distintas
regiones. Esto hizo que aumentase
el interés por los datos obtenidos
vía satélite, método
que ya se utilizaba para la previsión
de la radiación UV.
"Hoy en día, las dosis
de radiación UV se recogen
desde puntos terrestres o proceden
de modelos, pero la cobertura es escasa
y los datos transmitidos son limitados",
afirmó Christiaens. "Pero
los datos obtenidos vía satélite
nos proporcionan mapas globales de
los niveles de radiación UV,
que podemos utilizar para determinar
dosis que se ajusten a la realidad,
así como para ajustar las dosis
simuladas en los ensayos realizados
en el laboratorio".
A partir de otoño del año
que viene, L'Oreal recibirá
regularmente mapas de alta resolución
actualizados relativos a las dosis
de radiación UV y a los niveles
de contaminación globales como
parte de un proyecto de gran alcance
del Programa de usuarios de datos
(PUD) de la ESA denominado TEMIS (Tropospheric
Emission Monitoring Internet Service,
Servicio de Internet de control de
emisiones troposféricas). Este
proyecto, gracias a instrumentos de
medición atmosférica
situados en el espacio, como SCIAMACHY,
registrará gráficamente
las concentraciones globales de gases
residuales, aerosoles y radiación
UV para una gran variedad de usuarios
finales.
"Queremos que nuestros métodos
se basen en métodos de tecnología
punta", concluyó Christiaens.
"Esperamos obtener datos más
precisos sobre las dosis de radiación
UV terrestre y los niveles de contaminación,
en unas coordenadas geográficas
más reducidas y teniendo en
cuenta también la nubosidad.
Como consecuencia, podremos perfeccionar
nuestros experimentos en laboratorio
para ofrecer productos más
personalizados a los clientes".
26 de agosto de 2003
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