Naciones Unidas.
Concientizar sobre la importancia
que tiene el agua potable, un
bien que no poseen 1.200 millones
de personas en el mundo, será
una de las principales tareas
de las Naciones Unidas durante
el año 2003.
Así
lo aseguró hoy la vicesecretaria
general de la ONU, Louise Frechette,
en un acto celebrado en la sede
de la organización en
Nueva York para presentar el
2003 como el Año Internacional
del Agua Potable.
La gravedad
de la situación del agua
potable llevó a la Asamblea
General de la ONU a decidir,
en febrero del 2001, la oportunidad
de ese año internacional.
Según
los datos facilitados por la
organización internacional,
1.200 millones de personas no
poseen agua potable y 2.400
millones carecen de alcantarillados
e infraestructuras para el tratamiento
del agua.
Esas carencias
provocan la muerte diaria de
6.000 niños, que fallecen
por enfermedades relacionadas
con consumir agua sin las necesarias
condiciones de salubridad. Además,
se estima que un 80 por ciento
de todas las enfermedades que
se registran en el mundo en
desarrollo está provocado
por esa ausencia de agua potable.
Los desequilibrios
entre países ricos y
pobres son enormes, según
la ONU, que señala que
cada vez que alguien usa una
cisterna en occidente usa tanto
agua como la que consume una
persona del tercer mundo para
beber, cocinar, lavarse y limpiar
durante todo un día.
El consumo
del preciado líquido
ha duplicado el ritmo de crecimiento
de la población durante
el último siglo, pese
a que hay lugares en el mundo,
como Oriente Medio, el norte
de Africa y el sureste asiático
que tienen una deficiencia crónica
de agua.
Y para empeorar
las cosas, el 90 por ciento
del agua residual que se produce
en el tercer mundo se devuelve
al medio ambiente sin tratar,
lo que contamina otras fuentes
de agua potable.
La ONU recuerda
que el agua potable es un bien
escaso, ya que aunque la superficie
de la tierra está cubierta
por agua, sólo una fracción,
un 2,5 por ciento, es agua dulce,
de la que el 70 por ciento se
encuentra en los casquetes polares.
Ello significa
que menos de un 1 por ciento
del agua dulce es accesible
para el uso humano.
"La amenaza
-para la salud, la seguridad
alimentaria y el medioambiente,
para la estabilidad en si misma-
es clara. Si dejamos que todo
siga igual, en sólo dos
o tres décadas dos tercios
de la población mundial
vivirá una moderada o
grave escasez de agua",
dijo Frechette en el acto de
lanzamiento del Año Internacional.
"Naturalmente,
no hay necesidad de informar
a la gente acerca de la importancia
del agua en nuestras vidas;
ese entendimiento es parte fundamental
de estar vivo. Pero necesitamos
extender el conocimiento acerca
de la crisis del agua actual
y futura", explicó
Otro de los
objetivos que se pretende con
la iniciativa del Año
Internacional es el de un "diálogo
pacífico", según
Frechette, ya que "se dice
a menudo que las crisis de agua
y escaseces llevarán
en algún momento a un
conflicto armado por este precioso
recurso".
No obstante,
indicó que "los
problemas de agua pueden ser
también un catalizador
para la cooperación"
y recordó que "dos
tercios de los ríos más
caudalosos son compartidos por
muchos estados".
Con el Año
Internacional, también
se pretende ayudar a lograr
uno de los objetivos de la Declaración
del Milenio, en la que los jefes
de Estado de todo el mundo se
comprometieron a reducir a la
mitad en el año 2015
el número de personas
que viven sin agua potable.
13 de diciembre
de 2002
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