Un equipo
de científicos británicos,
en colaboración con colegas
estadounidenses, han logrado
recuperar proteínas y
ADN de huesos de un mamut fosilizado
de hace unos 55.000 años
y procedente de Siberia. La
proteína se llama osteocalcina,
y está implicada en la
formación del hueso en
todos los vertebrados. Su estado
de conservación es tan
bueno que ha llevado a los investigadores
a predecir que podrán
encontrarse proteínas
en buen estado en fósiles
mucho más antiguos.
Una proteína
consiste en una cadena de varios
cientos de unidades llamadas
aminoácidos. Hay 20 tipos
de aminoácidos, y lo
que distingue a una proteína
de otra es el orden exacto (secuencia)
de los aminoácidos en
la cadena. En el caso del bisonte
siberiano, los investigadores
han logrado determinar la secuencia
completa de la osteocalcina.
Los resultados se presentan
hoy en la revista Nature.
La investigadora
principal, Christina Nielsen-Marsh,
de la Universidad de Newcastle
upon Tyne (Reino Unido), cree
que la posibilidad de secuenciar
proteínas de fósiles
supondrá un avance de
gigante en los estudios sobre
la evolución. Mientras
que el ADN sólo parece
sobrevivir durante unos 100.000
años, las proteínas
pueden aguantar en buen estado
hasta 10 millones de años.
La información
que se obtiene de esas proteínas
arcaicas equivale a la que se
podría obtener del ADN
si éste fuera tan estable.
La secuencia de aminoácidos
en una proteína está
determinada por la secuencia
de otro tipo de unidades (las
bases del ADN) en el gen correspondiente.
Con la secuencia de la proteína,
por tanto, puede saberse lo
más importante de la
secuencia del gen sin más
ayuda que un lápiz y
un papel.
14 de noviembre
de 2002
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