Setenta organizaciones
ambientalistas advirtieron que
la Argentina podría convertirse
en "un basurero nuclear
a nivel internacional",
si Diputados convalida el acuerdo
entre el Instituto de Investigaciones
Aplicadas (Invap) y Australia,
que incluye el reprocesamiento
de los residuos generados por
el reactor de uso pacífico
que nuestro país construye.
El tema surge
nuevamente al tener que ser
tratado en la Cámara
de Diputados en marzo próximo.
El acuerdo fue aprobado por
el Senado el 7 de noviembre
último, con el apoyo
unánime de todas las
bancadas. En aquella oportunidad,
el senador Eduardo Menem (PJ-La
Rioja), como titular de la Comisión
de Relaciones Exteriores, lo
defendió enfáticamente.
Hace tres
años, la empresa rionegrina
ganó la licitación
por 180 millones de dólares,
a la que se habían presentado
empresas de Francia, Alemania
y Canadá.
Se trata de
la exportación de tecnología
nuclear con fines pacíficos
más importante de nuestro
país, pero en una de
sus cláusulas dice que
en el futuro, si Australia lo
pide, los elementos que gaste
el reactor "pueden ser
procesados y acondicionados
en la Argentina para su almacenamiento
en Australia". El ingreso
de sustancias radiactivas está
expresamente prohibido por la
Constitución de la Nación
y por la ley 24.051 de residuos
peligrosos.
"Los
dictámenes que avalaron
el acuerdo deberían ser
considerados nulos, ya que no
tuvieron acceso al contrato
firmado por Invap, y están
contradiciendo una prohibición
clara y amplia de la Constitución
nacional en materia de residuos
nucleares", opina el abogado
constitucionalista Daniel Sabsay,
director de la Fundación
Ambiente y Recursos Naturales
(FARN).
Juan Carlos
Villalonga, encargado de asuntos
nucleares de Greenpeace, se
queja por la forma en que se
aprobará ese acuerdo:
"Es la historia de países
ricos que pretenden exportar
basura nuclear a los pobres:
están a punto de convalidar
un acuerdo con la Ansto (Australian
Nuclear Science and Technology
Organization) en el que la empresa
rionegrina se comprometió
a hacerse cargo del acondicionamiento
de la basura nuclear",
indicó Villalonga.
En la actualidad,
solamente Inglaterra y Francia
efectúan el reprocesamiento
del combustible gastado, para
clientes como Japón,
que lo envían a través
del mar en buques especiales.
Un informe
de la Fundación para
la Defensa del Ambiente (Funam)
declara: "En primer lugar
formaliza compromisos sobre
tecnologías y procedimientos
que la Comisión Nacional
de Energía Atómica
(CNEA), subcontratista de Invap,
todavía no desarrolló.
Recordemos que a los fines prácticos
el combustible nuclear de uranio-siliciuro
previsto en el contrato no tiene
desarrollo comercial en la Argentina
y que todo combustible gastado
de uranio-siliciuro es basura
radiactiva".
"En segundo
lugar, y esto es lo más
grave, el acuerdo institucionaliza,
por primera vez, el reprocesamiento
de combustible nuclear gastado
procedente de otros países",
concluye.
19 de febrero
de 2002
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