Las embarcaciones
pesqueras que operan dentro de
la zona de exclusión económica
argentina tuvieron el martes pasado
una alerta inusual. Fue cuando
los radares comenzaron a indicar
que algo "muy grande"
navegaba hacia al norte, frente
a la costa de Mar del Plata. Nada
alarmante teniendo en cuenta la
velocidad a la que se desplazaba,
a unos 2 kilómetros por
hora. Pero, la incógnita
se develó recién
ayer: se trata de un témpano
de hielo de unos 700 metros de
largo, 100 de ancho y entre 60
y 80 metros de altura.
Lo avistó el pesquero
de bandera uruguaya Río
Solís, desplazándose
a 123 millas de la costa (unos
220 km). Es imposible divisarlo
desde las playas, tomando en
cuenta que una milla marina
equivale a 1.852 metros; los
marineros del Río Solís
lograron verlo desde la cubierta
del barco, a unas 3 millas,
poco más de 5 kilómetros.
Ayer, la delegación
marplatense de la Prefectura
Naval Argentina informó
que el enorme témpano
no afecta en nada a la navegación
y que, aunque no suelen llegar
hasta aquí, los desprendimientos
de los glaciares navegando en
aguas del Mar Argentino son
muy usuales.
"Esto es algo que ocurre
normalmente, no complica en
nada nuestro trabajo, pero tampoco
podemos dejar de prestarle atención",
informó Prefectura Naval.
Los buques tienen la obligación
de informar a los prefectos
navales cuando sus radares detectan
"elementos extraños",
para evitar inconvenientes en
las operaciones de las embarcaciones.
Desde la costa, Prefectura hace
un seguimiento buque a buque,
y determina cual es el que se
encuentra más cerca de
la zona.
El tamaño del témpano
se estableció a partir
del eco zonda del radar, también
la velocidad de navegación
que en este caso es de, aproximadamente,
1.700 metros por hora. Los parámetros
que el pesquero uruguayo Río
Solís dio a conocer a
la Prefectura fueron sorprendentes:
poco más de 700 metros
de largo y entre 60 y 80 metros
de alto, medido desde la superficie.
Pero es aún más
grande, ya que "la ley
del hielo", como suelen
hablar informalmente los marinos,
indica que hacia abajo un témpano
triplica su tamaño.
Lo curioso, según explicó
Rudy Jordán, suboficial
de la delegación local
de la Prefectura Naval, es que
el témpano "viene
marcando un récord"
de navegación, debido
a la distancia que llegó
a recorrer. Es que, contó,
"los bloques que se desprenden
de los glaciares no llegan hasta
esta altura de la costa porque
se derriten antes, afectados
por las corrientes tropicales".
Es entre enero y noviembre
cuando se producen los desprendimientos.
Esos témpanos se desplazan
ayudados por las gélidas
corrientes que vienen del sur,
hasta que confrontan con las
que provienen de Brasil, de
aguas cálidas. Tal confluencia
de mareas frías y tropicales
se da a esta altura de la costa,
y al ingresar en ella el tamaño
del témpano empieza a
disminuir. Esas son sus últimas
horas.
Una vez detectado, la Prefectura
se encarga de transmitir partes
cada seis horas a todas las
embarcaciones que se encuentran
operando en ese sector. Así
se informa sobre la latitud
y longitud donde está
ubicado el témpano y
la dirección que va tomando.
Es una frecuencia que sintonizan
obligatoriamente todos los buques
por razones de seguridad. El
último parte de ayer
dio a conocer que se encontraba
a 123 millas de la costa, apuntando
su "proa" hacia fuera
de las 200 millas de jurisdicción
argentina, con dirección
a aguas internacionales.
"Ahora ya lo tenemos controlado
con radares, tanto los de los
guardacostas como los de las
distintas embarcaciones que
se hallan en la zona",
dijeron en la oficina de Comunicaciones
de la Prefectura Naval.
Se estima que en los próximos
10 o 12 días el inmenso
islote de hielo desaparecerá,
sin siquiera dejar una estela
en el agua. Entonces, será
apenas una anécdota más
para los hombres de mar.
21 de noviembre
de 2002
Fuente:
|