Los bañistas
que concurran a la rambla Catalunya
tendrán que tomar precauciones:
no sumergir la cabeza en el
río, no ingerir agua
y preservar a los niños.
Así lo advirtió
la Municipalidad después
de recibir una serie de estudios
que delataron niveles de escherichia
coli superiores a los normales.
Según admitió
la responsable de Epidemiología
municipal, Mónica Livorio,
en el balneario se encontraron
"más de 500 bacterias"
cada 100 mililitros de agua.
Mientras que la temporada pasada,
en este mismo lugar -y según
las mediciones del municipio-
la colonia alcanzaba 198 unidades,
dos veces y media menores.
De todas formas,
la funcionaria apuntó
que "no se ha producido
un aumento de enfermedades"
como diarreas u otitis, normalmente
relacionadas con la inmersión
en sitios no aptos para uso
recreativo.
Los análisis
fueron procesados por el Centro
de Ingeniería Sanitaria
de la Universidad Nacional de
Rosario (UNR), basados en 10
muestras mensuales que se tomaron
ni bien comenzó la temporada
veraniega. Si bien durante todo
diciembre los valores de contaminación
se mantuvieron dentro de los
parámetros normales,
en enero se dispararon por encima
de los niveles considerados
aceptables.
Según
el estudio elaborado por los
profesionales de la UNR, para
considerar "buena"
la calidad del agua del Paraná
se admiten entre 200 y 400 bacterias
cada 100 mililitros de agua.
Y si estas se encuentran entre
400 y 500, la calificación
se considera "regular".
Las últimas mediciones
realizadas en la rambla Catalunya
muestran que las escherichia
coli son superiores a las 500,
mientras que en La Florida los
valores se mantienen 400 y 500
cada 100 mililitros.
Más
que el año pasado
Las cifras
contrastan notablemente con
las que constató un estudio
de la misma Municipalidad el
año pasado que arrojaron
198 bacterias en la rambla y
189 en La Florida. La pronunciada
bajante que sufrió el
río Paraná este
año, asociada a las altas
temperaturas de enero serían
los principales factores que
dispararon estos índices,
asociados indiscutiblemente
a la conexión clandestina
de cloacas a los desagües
pluviales de la zona norte.
Esta es la
primera vez que la Municipalidad
admite que la calidad del agua
de los balnearios no es satisfactoria.
Ya que cuando, en diciembre
del 2000, la subsecretaría
de Medio Ambiente de la provincia
había advertido sobre
el alto grado de contaminación
que ofrecían las playas
del Paraná, desde la
Intendencia se consideraron
sus dichos como "irresponsables"
y "poco serios".
15 de febrero
de 2002
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