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Un
desagüe del Saladillo
lleva líquidos
cloacales. |
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La mayoría
de los desagües pluviales
que van al río Paraná
y a los arroyos Ludueña
y Saladillo están contaminados
por la conexión clandestina
de las cloacas domiciliarias
a estos conductos que terminan
en los cursos de agua que rodean
a la ciudad.
Según
la Dirección de Hidráulica
municipal, esto genera un "alto
impacto contaminante" en
los cursos receptores. Y lo
que más preocupa es la
descarga de líquidos
cloacales que existen al norte
del balneario La Florida y la
rambla Catalunya.
Es más,
el último estudio de
análisis microbiológico
realizado en ambas playas que
tiene el municipio, elaborado
por la Facultad Católica
de Química e Ingeniería
de Rosario, recomienda "eliminar
en forma progresiva las descargas
cloacales próximas a
la zona", y en especial,
la de "los bares y restaurantes
ubicados dentro de los balnearios".
Los responsables
de Hidráulica identificaron
a los desagües pluviales
más contaminados. Ellos
son los que están ubicados
a la altura de las calles Fontanarrosa,
Martín Fierro, Pago Largo,
Ricardo Núñez,
Piaggio, Gallo, Pedriel y Vila,
que terminan en el Paraná;
el emisario 10 (sobre Olivé)
y el desagüe ubicado sobre
Batlle y Ordóñez,
que van al Ludueña y
Saladillo, respectivamente.
No es posible
determinar cuál es el
valor contaminante de cada canal,
pero se sabe que llevan agua
con materia fecal, y sospechan
que los otros desagües
(no identificados aún
como contaminados) también
podrían sufrir una situación
similar. Es decir, estarían
desaguando materia cloacal y
otros residuos, cuando sólo
deberían contener agua.
El origen
del problema
Los desagües
del casco céntrico son
pluviocloacales. Mientras que
en el resto de la ciudad, el
tratamiento es por separado,
incluso la responsabilidad del
servicio también es compartida:
los pluviales corresponden a
la Municipalidad y los cloacales
a Aguas Provinciales.
Todas las
descargas cloacales a los arroyos
y al río están
prohibidas, salvo las que están
hacia el sur de la toma de Aguas,
en barrio Arroyito. La primera
descarga "legal" es
la del Emisario 9, altura de
la calle Vélez Sarsfield,
cuyo conducto central es pluviocloacal.
Es similar al de las del centro
y del emisario de calle 24 de
Septiembre, en zona sur.
Por lo tanto,
los desagües hacia el Ludueña
y el Saladillo y lo que están
al norte de la toma de Aguas,
sobre el Paraná, no deberían
llevar materia fecal.
Pero en los
hechos "muchos vecinos,
al no tener el servicio de cloacas
en sus barrios, se conectan
en forma clandestina a la red
pluvial", indicó
Alberto Daniele, titular de
Hidráulica.
Según
las autoridades municipales,
el problema en sectores como
Alberdi y La Florida es que
las obras de cloacas ya están
terminadas, pero resulta que
el pliego de licitación
le permite a Aguas Provinciales
cobrar las obras una vez terminadas,
y la empresa no intima a los
vecinos a que se conecten. Claro
que también tiene que
ver el costo de la conexión.
Y en otros
barrios, al no contar con el
servicio de cloacas -el 43 por
ciento de la superficie de Rosario
no lo tiene-, la gente también
se engancha a los desagües
pluviales "porque los pozos
negros son muy costosos para
desagotarlos o porque las napas
freáticas están
muy altas", ensayó
Daniele.
Entonces,
hay vecinos que vierten sus
desechos a los conductos pluviales,
ya sea los viejos o los nuevos
que construyó el municipio,
fundamentalmente a partir de
la pavimentación de calles.
Zona por
zona
El sector
más crítico es
la zona norte porque los caños
van al Paraná, aguas
arriba de los balnearios. Hoy
es difícil verlos desde
el río debido a la crecida.
En la zona, para atenuar los
efectos, el municipio colocó
cámaras de cloración
que le permiten purificar a
diario las aguas de los balnearios
e implementó un sistema
de monitoreo de la calidad de
los líquidos, prolongó
los conductos Piaggio y Núñez
hasta el canal auxiliar de navegación,
y llevó adelante campañas
de concientización en
la gente.
La descarga
contaminada del Saladillo es
muy notoria debido a la presencia
de asentamientos irregulares
cerca de la costa cuya única
salida de los residuos cloacales
es el arroyo.
Y en el Ludueña,
la presencia de elementos extraños
se percibe más cuando
llueve ya que el arroyo trae
residuos de todo tipo y se concentran
en la desembocadura, según
comentaron en los clubes del
lugar.
Según
los ingenieros municipales,
es muy complejo detectar qué
domicilios están conectados
en forma irregular ya que esto
surge a partir de denuncias,
o bien se debería ir
casa por casa y verificar.
Para Hidráulica
el impacto contaminante es "alto".
Sin embargo, según el
informe de la facultad católica,
las descargas que están
muy cerca de La Florida y la
Rambla Catalunya "no afectan
significativamente" la
calidad microbiológica
del agua debido a la "concentración
moderada", de Escherichia
coli por ejemplo, que tiene
el río.
Pero es muy
claro a la hora de recomendar
que no deberían existir
más ese tipo de descargas
al Paraná.
13 de enero
de 2003
Fuente:
PÁGINAS
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