Una investigación
de la Universidad de California señala
que los efectos de la contaminación
pueden llegar hasta el útero.
Y que los bebés de madres expuestas
a la polución tienen más
posibilidades de nacer con malformaciones.
El humo negro que sale de los caños
de escape. El aire viciado en un lugar
cerrado por decenas de cigarrillos
encendidos. Las chimeneas de las fábricas
y la quema de basurales. Todo esto,
se sabe, son potenciales peligros
para la salud. Ni los bebés
que todavía no han nacido están
a salvo: un estudio realizado por
médicos de Estados Unidos señala
a la contaminación del aire
como culpable de posibles enfermedades
congénitas.
Según una
investigación realizada por
especialistas de la Universidad de
California en Los Angeles, publicada
hace pocos días en el American
Journal of Epidemiology, los efectos
nocivos del aire contaminado pueden
extenderse hasta dentro del útero.
Y los bebés de mujeres que
han estado expuestas a la polución
tienen más posibilidades de
nacer con bajo peso, problemas respiratorios
y malformaciones.
El último
estudio realizado sobre contaminación
del aire y salud, en el que se analizó
durante seis años a miles de
embarazadas de Los Angeles, señaló
que las mujeres expuestas a niveles
altos de ozono y monóxido de
carbono son tres veces más
susceptibles a tener bebés
con labio leporino, paladar hendido
o defectos en las válvulas
cardíacas. Según este
equipo de científicos, el mayor
riesgo se produce durante el segundo
mes de embarazo, cuando el feto desarrolla
la mayor parte de sus órganos
y casi toda su estructura facial.
"El aire es
el principal nutriente del organismo.
Y cuando más se necesita oxígeno
es en la vida intrauterina, en la
panza de la madre -sostiene el médico
Alberto Tolcachier, presidente de
la Sociedad Argentina de Medicina
Ambiental y miembro del servicio de
Alergia del Hospital Durand- Si queremos
un bebé que nazca saludable
y con un peso adecuado, es muy importante
cuidar la calidad del aire que se
respira durante el embarazo".
Pero algunos especialistas
recomiendan cautela: "Por el
momento no hay certeza absoluta de
que la contaminación del aire
sea una causa lineal de enfermedades
en los bebés. Los motivos de
las malformaciones son muchos y su
frecuencia es baja. No hay que pensar
que si uno vive en lugares contaminados
va a tener hijos enfermos", tranquiliza
el doctor Pedro de Sarasqueta, jefe
de Neonatología del Hospital
de Pediatría Juan Garrahan.
Según Tolcachier,
"el principal contaminante del
aire en interiores es el humo del
cigarrillo". Por eso los médicos
no se cansan de reiterar los riesgos
de fumar durante el embarazo.
El médico
Esteban Keklikian, del servicio de
Neumonología Pediátrica
del Hospital Británico, coincide:
"Algunas sustancias que consume
la madre durante el embarazo pueden
dañar al feto. El efecto que
más se conoce es el del humo
del cigarrillo". Y detalla: "Los
hijos de madres fumadoras nacen con
menor peso, porque tienen menos nutrientes,
y con las vías aéreas
y los pulmones más pequeños.
Y suelen tener una mayor manifestación
de enfermedades infecciosas respiratorias".
Se sabe, además,
que no sólo los fumadores sufren
los efectos del tabaco, sino también
quienes respiran el humo de cigarrillos
ajenos. "Estos bebés nacen
con las paredes de los bronquios crónicamente
inflamados. Aunque es irreversible,
no quiere decir que van a estar enfermos
toda su vida, pero sí que serán
más susceptibles", aclara
Keklikian.
Los científicos
apuntan además contra otras
sustancias contaminantes del aire
que pueden resultar nocivas. En espacios
cerrados, algunos sistemas de calefacción,
como estufas a gas o los braseros,
pueden ser malas compañías
si no tienen una buena salida al exterior.
En espacios abiertos,
señala Tolcachier, uno de los
principales contaminantes también
es el monóxido de carbono,
que si se respira mucho desplaza al
oxígeno del cuerpo. "Además
son potencialmente nocivas las partículas
suspendidas en el aire, como el polvo,
el humo o el vapor. Y estos se potencian
entre sí", explica.
El ozono, tan necesario
en la alta atmósfera para filtrar
la radiación solar, se convierte
en enemigo cuando abunda en el aire
urbano, dice Tolcachier: "Produce
cambios permanentes en las vías
aéreas y un aumento de las
alergias y el asma.
¿Qué hacer para evitar
problemas en el bebé por nacer?
Según los especialistas, lo
más importante es la educación
y la prevención. Las principales
recomendaciones son decir no al cigarrillo
y evitar lugares donde se fuma.
Tolcachier agrega
que conviene no caminar por calles
angostas con mucho tránsito
y elegir las avenidas, donde el aire
se dispersa más. Aunque evitar
la contaminación en las calles
no resulta sencillo, los médicos
aseguran que es posible respirar aire
más limpio.
Riesgo en chicos
argentinos
En la Argentina,
el efecto nocivo de los contaminantes
sobre la salud se hizo carne en varias
familias del Gran Buenos Aires, que
viven frente al relleno sanitario
del CEAMSE (Coordinación Ecológica
Area Metropolitana Sociedad del Estado),
en Villa Dominico. Hace pocas semanas,
decenas de vecinos hicieron una protesta
para denunciar que 19 chicos de ese
barrio sufren algún tipo de
leucemia, y señalaron como
causa a las sustancias tóxicas
que emanan desde allí cada
día.
Aunque no pudo
comprobarse una relación directa
entre esas emanaciones y las enfermedades
que sufren los chicos -uno de ellos
murió hace pocas semanas-,
los vecinos están en pie de
guerra y aseguran que no quieren "seguir
respirando veneno".
En el CEAMSE admitieron
que de ese relleno sanitario emanan
olores desagradables. Pero aseguraron
que "el mal olor no produce cáncer",
y que no se puede afirmar que esa
sea la causa de la leucemia de los
vecinos. Además, en esa misma
zona confluyen emanaciones tóxicas
de distintas fuentes. Por allí
pasa el arroyo Santo Domingo, que
recibe residuos químicos de
las curtiembres.
Y también
está cerca el polo petroquímico
de Dock Sud, que larga al aire sustancias
que pueden incidir sobre la salud.
Aunque la responsabilidad
del relleno sanitario en la leucemia
de esos chicos no está comprobada,
los vecinos tienen una certeza: las
sustancias que respiran todo el tiempo
los afecta. Y exigen medidas para
evitar más muertes.
31 de diciembre de
2001
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