Es la conclusión
de un estudio hecho en la zona
del polo petroquímico.
Lo financió el gobierno
de Japón para la Secretaría
de Ambiente y Desarrollo Sustentable.
Aconsejan implementar una red
de alerta.
Un estudio
financiado por el gobierno del
Japón confirmó
la presencia de gases contaminantes
que pueden ser cancerígenos,
como el benceno, en la zona
del polo petroquímico
Dock Sud, en el partido de Avellaneda.
Si bien no se determinaron las
fuentes que emiten esos gases,
los expertos que realizaron
el estudio recomendaron que,
de manera urgente, se ponga
en marcha un sistema de alarma
para que se avise a los vecinos
los aumentos de esos gases peligrosos.
Este primer
análisis del aire fue
hecho en el área industrial
y sus alrededores por una empresa
privada argentina, que había
sido contratada por la Agencia
de Cooperación Internacional
del Gobierno de Japón
(JICA). Esta agencia le donó
el financiamiento del estudio
a la Secretaría de Ambiente
y Desarrollo Sustentable de
la Nación. Ayer se dieron
a conocer los resultados en
un seminario que convocó
a empresarios y vecinos. El
encuentro giró en torno
de una zona con aire enrarecido.
Se encuentra a sólo 30
cuadras del centro porteño
e incide en la vida de 40.000
vecinos. La Secretaría
de Política Ambiental
bonaerense y la Prefectura Naval,
a cargo de la fiscalización
y la seguridad del polo, tienen
una lista de 22 empresas petroquímicas
instaladas en la zona. Pero
las asociaciones vecinales denunciaron
que habría el doble y
las pusieron bajo sospecha de
estar contaminando el ambiente.
Ahora se dieron
a conocer los resultados del
estudio, realizado por la empresa
Dock Norte S.A., dedicada al
monitoreo ambiental. Por un
lado, se instalaron cuatro estaciones
de monitoreo, que trabajaron
desde octubre hasta febrero.
Así se halló que
los niveles de dióxido
de azufre, monóxido de
carbono, ozono, y material particulado
(varios de ellos emitidos por
los vehículos que circulan)
están "bastante
por debajo de los valores límite
permitidos por la legislación
bonaerense".
Además,
las mismas estaciones indicaron
que las concentraciones promedio
de óxidos de nitrógeno
"se acercan a los valores
límite". Es decir,
están a punto de superar
el nivel autorizado. Por lo
cual los expertos sugirieron
que se haga "un seguimiento"
de estos óxidos.
Pero el resultado
más llamativo surgió
cuando se "miraron"
otros gases. Para esto se tuvieron
en cuenta las denuncias de los
vecinos de Dock Sud, que están
hartos de los malos olores.
Con un analizador portátil,
que funciona con rayos infrarrojos,
se pudo determinar que en la
zona hay otra gran variedad
de gases contaminantes: benceno,
butanol, acetato vinilo, acetileno,
acrilonitrilo, butanol, estireno,
metano, tolueno y xileno, entre
otros gases. Estos gases se
encontraron a través
de varias mediciones durante
cinco minutos.
Pero los expertos
aún no estudiaron de
dónde provienen (es decir,
no se aclaró la fuente
de emisión) ni tampoco
hicieron un seguimiento continuo.
Ayer sostuvieron en su presentación:
"La enorme disparidad entre
los valores normados indica
que para los gases considerados
tóxicos, en este caso
cancerígenos, es importante
hacer todavía un estudio
cuidadoso de los niveles permitidos".
Según explicó
Carlos Rivas Roche, presidente
de la empresa que hizo el estudio,
"todavía no se sabe
de dónde vienen esos
gases problemáticos,
como el benceno. Por eso es
necesario que se implementen
una red de monitoreo permanente,
por un lado, y un sistema de
alarma para los vecinos, que
se conectaría por medio
de sensores ubicados en ocho
puntos de Dock Sud".
Una vez que
el estudio se dio a conocer,
algunos asistentes al seminario
expresaron sus opiniones. Pablo
Tarela, especialista en ingeniería
ambiental de la Facultad de
Ingeniería de la UBA,
dijo que "el estudio es
sólo un puntapié
inicial, que demuestra que el
problema de Dock Sud no son
los típicos gases contaminantes
del aire en una ciudad, como
el monóxido de carbono.
Por eso habría que apuntar
todos los cañones a los
gases que emiten las industrias
de la zona" .
Uno de los
vecinos, Jorge Hiquis, presidente
de la Sociedad de Fomento de
Dock Sud, opinó: "Creo
que es un buen estudio, pero
no satisface nuestras aspiraciones
como vecinos, ya que hay un
montón de casos de personas
con cáncer o con otras
enfermedades en la zona y todavía
no nos informan las causas del
problema".
Todavía
se aguardan según
informó ayer en el encuentro
el intendente de Avellaneda,
Oscar Laborde los resultados
de otro estudio, de tipo epidemiológico,
sobre 80 docentes y alumnos
que en noviembre tuvieron que
ser evacuados de distintas escuelas
de Dock Sud a causa del mal
olor en esos establecimientos.
21 de marzo
de 2002
Fuente:
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