Siempre hay
causas predisponentes y causas desencadenantes.
En este caso, la exposición
a plaguicidas es el desencadenante,
pero como predisponente está
el hecho de que el barrio fue edificado
en un lugar no muy salubre, donde
no hubo planificación urbana
y donde durante 20 años la
gente tomó agua intoxicada,
entre otras tantas cosas que han producido
efectos acumulativos, dijo Edgardo
Schinder, fundador y presidente de
la Sociedad Argentina de Medicina
Ambiental.
Ayer, los vecinos
de barrio Ituzaingó Anexo recibieron
la visita del especialista, quien
viajó a Córdoba para
realizar un estudio piloto para determinar
la vinculación de factores
ambientales con la inusual tasa de
enfermedades que padece la población
del barrio.
Como parte de este
estudio, Schinder recorrió
los campos cercanos al barrio, donde
se estuvieron realizado trabajos de
fumigación, interrogó
a los vecinos del lugar y revisó
clínicamente a las personas
afectadas por leucemia y otros tipos
de cáncer, como así
también a quienes padecen problemas
respiratorios o de alergia.
Muestra
El objetivo de este
estudio piloto es tomar como muestra
una parte de la población del
barrio, afectada por estas patologías
ambientales para, según explicó
el profesional, ajustar el método
y, en fecha breve, realizar un estudio
epidemiológico más exhaustivo.
Catástrofe
ambiental
De acuerdo a la
primera impresión del profesional,
aunque las causas recién se
conocerán una vez realizado
el estudio epidemiológico programado,
en Ituzaingó Anexo hay
un grave problema ambiental, y la
prevalencia de enfermedades supera
lo esperable para la población.
Acá
se está viendo algo que ya
apareció en algunos países
desarrollados, en lo que se dio a
llamar zonas de catástrofe
ecológica o ambiental,
indicó el presidente de la
Sociedad Argentina de Medicina Ambiental.
En ese sentido,
Schinder dijo que casi toda
la provincia de Córdoba es
zona de riesgo ambiental elevado,
debido a la cantidad de industrias
que tienen emisiones tóxicas,
a la contaminación del suelo
por plaguicidas y a la contaminación
de suelos naturales por arsénico
y flúor.
Si bien esto
es propio de todo el país,
Córdoba es una de las zonas
más afectadas por esta realidad,
explicó el profesional, quien
además sostuvo que en cuanto
a plaguicidas, no es que no
exista una legislación, sino
que no se cumple ni se realizan los
controles debidos.
22 de enero de 2003
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