Las Naciones Unidas
han autorizado a tres países
africanos la venta de 60 toneladas
del marfil acumulado desde que se
decretó la prohibición
de comerciar con este producto en
1989. La decisión ha sido adoptada
por los países firmantes de
la Convención sobre el Comercio
Internacional de Especies amenazadas
(CITES) en la reunión que celebra
en Santiago de Chile.
Aunque han sido
varios los países africanos
que pedían el levantamiento
de la prohibición, o márgenes
más amplios de cuotas, sólo
Botswana, Namibia y Sudáfrica
han logrado apoyos suficientes para
sacar al mercado sus stock de marfil,
procedentes de elefantes fallecidos
por causas naturales.
Botswana venderá
20 toneladas, Namibia 10 y Sudáfrica
30, pero no podrán hacerlo
hasta 2004, debido al riguroso procedimiento
que CITES quiere aplicar para evitar
cazas furtivas.
Las organizaciones
conservacionistas ya han puesto el
grito en el cielo. La prohibición
de la venta de marfil hace 13 años
supuso un hito en la historia de la
depredación colonial de los
elefantes africanos cuya población
descendió de 1,2 millones a
600.000 en sólo una década.
Desde la última reunión
de CITES en 2000 se han confiscado
50 toneladas de marfil de la caza
furtiva de 1.600 elefantes
El uso del marfil
se conoce desde 500 años antes
de Cristo. Su demanda se disparó
al pasar de 7,50 euros el kilo en
1970 a 300 en 1989. Con este versátil
producto, extraído de los colmillos
de elefantes, se han hecho joyas,
bolas de billar o teclas de piano.
14 de noviembre de 2002
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