Los ecologistas
denuncian que esa política
destruirá el hábitat
de especies locales.
Washington. (EFE).- El presupuesto
para el año fiscal 2004, presentado
por el presidente de EE.UU., George
W. Bush, pide al Congreso que permita
la explotación de recursos
petrolíferos en el Refugio
Artico Nacional de Vida Salvaje, en
el noreste de Alaska.
La propuesta de Bush, que en el pasado
fue un alto ejecutivo petrolero, contempla
el alquiler en 2005 de entre 162.000
y 243.000 hectáreas en la llanura
costera de Alaska, de las 7,7 millones
de hectáreas del refugio. El
Gobierno federal ingresaría
2.400 millones de dólares por
las tasas de alquiler del terreno,
según los cálculos de
la Casa Blanca.
La idea de instalar bombas de extracción
en el Refugio no es nueva; desde hace
años grupos de medio ambiente
y la industria petrolera libran una
batalla en Washington para defender
sus intereses.
El Club Sierra afirma que el desarrollo
de la industria petrolífera
"industrializará un área
única y salvaje que es el corazón
biológico del Refugio Artico".
La organización medioambiental
mantiene que esta política
destruiría el hábitat
de especies como el caribú,
el oso polar y varios tipos de pájaros
migratorios.
Los ecologistas citan el ejemplo
del norte de Alaska, región
abierta a la explotación industrial,
donde se produce un vertido de petróleo
cada día, hay 55 puntos de
almacenamiento de desecho contaminado
y el aire contiene el doble de óxido
de nitrógeno que en Washington.
Los defensores del medio ambiente
ganaron una batalla el año
pasado cuando el Senado, que estaba
controlado por los demócratas,
rechazó un plan similar para
permitir a las empresas petrolíferas
llevar sus máquinas al Refugio
ártico. Sin embargo, desde
enero, tanto la cámara alta
como la baja del Congreso están
dominadas por los republicanos.
El Gobierno de EE.UU. calcula que
el Refugio podría contener
entre 5.700 millones y 16.000 millones
de barriles de petróleo. Si
el proyecto es aprobado por el Congreso,
la industria petrolera tardará
unos ocho años en producir
el hidrocarburo a su máxima
capacidad,
4 de febrero de 2003
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