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Cualquier
espacio del patio es bueno
para que nunca falten ver-duras
en la mesa familiar. |
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La huerta orgánica constituye
para la familia la forma natural y económica
de producir verduras sanas durante todo
el año. Estos días son
particularmente propicios para preparar
la siembra directa e indirecta para
la temporada otoño invierno que
se avecina.
Una familia de cuatro a cinco miembros
no necesita contar con un terreno
amplio para obtener hortalizas frescas,
ya que una buena producción
se puede lograr en un área
reducida del patio hogareño.
Lo aconsejable es realizar un buen
trabajo de la tierra y respetar tres
principios fundamentales: la asociación
de plantas; una rotación adecuada
y la correcta utilización de
abonos orgánicos.
Cuatro o cinco canteros o tablones
son suficientes. Una vez que el terreno
esté limpio de yuyos, cascotes
y vidrios, lo conveniente es marcar
los canteros con estaca e hilos. Para
caminar sin problemas conviene dejar
senderos de 30 a 40 centímetros
de ancho entre canteros.
El Inta Pro Huerta Córdoba,
aconseja no dar vuelta la tierra ya
que la mejor, por poca que sea, es
la más superficial. Una vez
realizada la remoción del terreno
a sembrar, se desmenuzan los terrones
grandes de tierra con la azada y aquellos
que no se puedan desmenuzar se dejan
a un costado del cantero. Finalmente
se rastrilla emparejando la superficie.
Entonces se está en condiciones
de sembrar.
La incorporación de abonos
orgánicos es otra de las maneras
de mantener la fertilidad de la tierra
lo que, sumado a una adecuada rotación
y asociación de plantas, asegura
una producción continua toda
el año.
El abono compuesto se denomina así
porque se logra con la mezcla de restos
orgánicos (residuos de cocina,
yuyos, paja, estiércol, ceniza)
y tierra. Se obtiene en forma casera
y en pocos meses se convertirá
en un abono rico con el
cual se alimentarán las plantas
con sorprendentes resultados.
Para preparar el abono compuesto
son de utilidad: cáscaras de
frutas, restos de verduras, cáscaras
de huevo, yerba, te, café,
huesos molidos y hojas en general.
No deben utilizarse: vidrios, huesos
enteros, carne, grasas, plásticos
ni latas.
La pila de elementos propicios debe
ser regada para asegurar una buena
cantidad de humedad, protegiéndola
con algún material (plástico
o chapa) para evitar que la lluvia
perjudique la fermentación
del preparado.
La siembra
Tanto para la temporada otoño-invierno
o primavera-verano, la siembra se
realiza en forma directa o por almácigos.
A partir de febrero se puede sembrar
en forma directa lechuga, habas, arvejas,
remolacha, acelga y espinaca. El ajo
también es de siembra directa
y se aconseja en Córdoba sembrar
el ajo rosado, colocando
en el surco un diente cada 15 ó
20 centímetros.
En la presente temporada la producción
de brócoli, coliflor, repollo;
puerro y cebolla, se realiza a través
trasplantes. Los almácigos
se pueden hacer en cajones, en bandejas
o en hueveras. En ellos
se coloca tierra gorda, bien refinada,
ubicándoselos sobre ladrillos
en un lugar abrigado y con luz. En
este mes se aconseja mantenerlos a
media sombra, para atenuar
la acción del sol, en época
de elevadas temperaturas.
En el caso de las hortalizas de hojas
es conveniente efectuar el trasplante
cuando la plantita tiene 3 ó
4 hojas. Para germinar tardan de 15
a 20 días y por eso el trasplante
se hace a los 30 a 45 días
de la siembra.
Al puerro y la cebolla es conveniente
trasplantarlos al lugar definitivo
de cultivo, cuando el tallo alcance
los 10 centímetros.
Asociación de cultivos
Asociar los cultivos significa sembrar
o plantar juntas aquellas plantas
que, por uno u otro motivo se complementan
beneficiándose entre sí.
Los alimentos se producen imitando
modelos que se dan en la naturaleza,
donde ciertas plantas crecen mejor
estando en compañías
de otras. No todas se llevan igualmente
bien, por lo que es conveniente conocer
las buenas y malas compañías
entre los vegetales.
Un ejemplo de asociaciones está
dado entre plantas de raíz
(remolacha, zanahoria) y verduras
de hojas (lechuga, escarola, espinaca)
que extraen nutrientes de distinta
profundidad. En otros casos algunas
plantas repelen insectos, mientras
que otras hospedan insectos benéficos.
Un ejemplo de asociación en
este caso lo constituyen el puerro
o cebolla con zanahoria; la albahaca
con tomate y la remolacha con repollo.
Los insectos
A la hora de controlar el ataque
de los insectos a la huerta familiar
también es conveniente acudir
a los preparados caseros, de fácil
preparación .
Purín de ortigas: es básicamente
preventivo del ataque de los insectos.
En un recipiente no metálico
se dejan macerar, durante dos días,
100 gramos de ortiga en 10 litros
de agua. Después se pulveriza.
Solución de tabaco: Controla
cochinillas, pulgones y gusanos. Para
su preparación, macerar 50
gramos de tabaco en 1 litro de agua,
agregándole 10 gramos de jabón
blanco. Se pulveriza diluyendo en
4 litros de agua.
Alcohol de ajo: Se utiliza ante el
ataque de ácaros, pulgones
y gusanos. Seleccionar 4 ó
5 dientes de ajo, medio litro de alcohol
fino y medio litro de agua. Pasarlo
por la licuadora durante 3 minutos
y luego se cuela y conservarlo tapado
en la heladera, hasta el momento de
su utilización.
Solución de querosén
y jabón:
Se usa contra pulgones y gusano.
Para su preparación se necesita
50 centímetros cúbicos
de querosén; 25 gramos de jabón
blanco y 1 litro de agua. Hervir el
jabón en agua hasta diluirlo.
Mientras hierve agregar el querosén.
Mezclar enérgicamente hasta
lograr una emulsión cremosa.
El Inta Pro Huerta Córdoba,
aconseja también para evitar
que los gusanos ataquen las verduras
de hoja, rodearlas con ceniza de madera.
16 de febrero de 2003
Fuente:
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