Perjuicio a una
economía regional. Las 140.000
ha en las que este año se preveía
crear bosques se reducirían
a la mitad. El compromiso que el Estado
tiene con el sector ascenderá
este año a $ 65,5 millones.
Preocupa a los empresarios el quiebre
del crecimiento sostenido.
La deuda que el
Estado mantiene con los forestadores
acogidos a los beneficios de la ley
de inversiones para bosques cultivados
(N° 25.080), provocará
este año una drástica
caída del ritmo de plantación.
Como consecuencia del retraso del
subsidio previsto por la norma, la
Asociación Forestal Argentina
(AFOA) calcula que la intención
de implantar unas 140.000 hectáreas
se reduciría a la mitad y que,
de esa cifra, efectivamente se concretarían
apenas entre 40 y 50.000 ha. Esto
supone el quiebre del crecimiento
sostenido del sector en la última
década, lapso en el que se
registraron inversiones por US$ 3.000
millones entre la actividad primaria
e industrial.
Aún más
lejos queda el objetivo de desarrollar
unas 200.000 ha por año, y
así equiparar el potencial
forestal de Chile e incluso equilibrar
la balanza comercial del sector (que
tuvo un déficit de US$ 819,14
millones en 2000).
La deuda del Estado
con los inversores acogidos al régimen
de promoción ronda los $ 25,5
millones y corresponde a plantaciones
logradas entre 1996 y 1999. El 70%
de esa área se concentra en
manos de pequeños y medianos
productores.
El peso de la deuda
resulta insostenible, dicen los empresarios,
no sólo para los inversores
(que dependen de la compensación
económica para acceder a los
insumos y servicios) sino también
para el fisco, si se tienen en cuenta
los $ 40 millones que este año
deberían empezar a pagarse
por las plantaciones efectuadas en
2000.
La primer desilusión
del sector fue el veto del Poder Ejecutivo
a un artículo de la ley de
presupuesto, que establecía
la emisión de certificados
de deuda por unos $ 25 millones, transferibles
al pago de obligaciones fiscales devengadas
o por devengar. Finalmente, el Gobierno
sólo dispuso de $ 20 millones
para subsidiar la forestación,
y la noticia impactó directamente
en las proyecciones de inversión.
"Con el tiempo, el compromiso
del Estado se torna imposible de cumplir
y, finalmente, es licuado por la inflación",
se quejó Martín Aguerre,
gerente de AFOA. "El sector ingresó
en un círculo vicioso",
evaluó.
Pensar el país
a largo plazo
"Hace más
de cuatro años que forestamos
y no recibimos ni diez centavos. La
demora de los reintegros no sólo
desincentiva la inversión sino
también la generación
de empleo", señaló
Enrique Gtz, de Bosque Andino
SA, emprendimiento ubicado al norte
de Junín de los Andes.
"Si el Estado
no cumple no podemos seguir con el
proyecto", explicó Gtz,
que este año reducirá
el área forestada de 1.000
a 300 hectáreas.
"La creación
de bosques implica un verdadero desarrollo
de la región patagónica,
es un proyecto de largo plazo que
comprende el trazado de caminos, la
organización de viveros y la
instalación de industrias.
Además, para las comunidades
mapuches, la forestación es
una fuente segura de trabajo",
comentó. Mientras espera una
señal de alivio por parte de
las autoridades del área, Gtz
señala: "Es necesario
pensar el país a largo plazo".
Curva ascendente
Según explica
Juan Escobar, gerente de la empresa
extranjera Bosques del Plata, el empuje
del sector permitió, hasta
ahora, hacer proyecciones de largo
plazo. "Con el incentivo del
reintegro estatal fue posible la rápida
expansión de la superficie
forestada y proyectar un escenario
para recibir nuevas inversiones",
señala.
El subsidio a los
bosques cultivados, apunta Escobar,
demostró hasta el presente
la importancia estratégica
que los sucesivos gobiernos le asignaban
al sector. "El desarrollo forestal
era considerado uno de los pilares
de la economía. Menem y De
la Rúa así lo manifestaron",
señaló Escobar.
"La depresión
económica de los últimos
cuatro años y la irregularidad
en el pago del reintegro afectó
gravemente la franja de pequeños
y medianos forestadores al punto que
quebró la cadena de pagos",
apuntó.
"Nos quedamos
en la mitad de la curva de crecimiento",
dice el técnico. Según
evalúa, el sector logró
aprovechar las ventajas comparativas
de la Argentina ("tanto sus condiciones
naturales como su capital humano"),
pero le faltó aprovechar al
máximo las ventajas competitivas
(desde investigación genética
hasta nuevas metodologías de
manejo silvícola).
La escasa disponibilidad
de fondos del Estado para sostener
la promoción de bosques cultivados,
"es una cuestión que excede
a la Secretaría de Agricultura",
señaló José Luis
Darraidou, director de Forestación.
"Nosotros estamos
demandando a la Secretaría
de Hacienda un incremento de los recursos
porque las inversiones ya están
realizadas y es importante la continuidad
del proceso porque el sector está
muy activo para exportar", señaló
Darraidou.
En opinión
del funcionario, la restringida asignación
de fondos es una limitación
circunstancial que deteriorará
la escala del negocio, pero que, más
allá de los reintegros, la
ley 25.080 tiene otros beneficios
importantes, como la estabilidad fiscal
por 30 años y la devolución
anticipada del IVA.
22 de mayo de 2002
Fuente:
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