El thalassodromeus
sethi vivio hace 110 millones de años.
Hace 110 millones
de años, en Brasil al
nordeste de Brasilia más exactamente,
vivió una especie de reptil
volador, que hasta ahora era desconocida
para los científicos. Tenía
una cresta ósea de más
de 60 centímetros, unas alas
de 4,5 metros y se alimentaba atrapando
peces con su pico largo y puntiagudo.
Esta especie se
describe por primera vez en el número
de hoy de la revista Science. La descubrieron
Alexander W.A. Kellner, de la Universidad
de Río de Janeiro, y Diógenes
de Almeida Campos, del Museo Ciencias
de la Tierra, de Brasil. Ellos dieron
con los restos fósiles de una
especie de reptil volador al que llamaron
Thalassodromeus sethi: la primera
palabra significa "corredor del
mar" y la segunda alude al dios
Seth del antiguo Egipto.
El primer nombre
es muy significativo. El animal un
tipo de ptesaurio vivió
hace unos 110 millones de años,
y pasaba su vida volando, gracias
a sus alas de unos 4,5 metros de longitud.
Pero también se sumergía
y buceaba a velocidades de hasta 40
kilómetros por hora para atrapar
peces.
Esta especie vivió
cuando los reptiles tuvieron su apogeo
en la era Mesozoica. Convivió
con los dinosaurios, que dominaron
el planeta por más de 240 millones
de años, junto a los reptiles
marinos.
El primer hallazgo
de pterosaurios en el mundo data del
año 1784, en la localidad de
Baviera, Alemania. Fue Cosimo Alessandro
Collini quién investigó
el fósil.
Los pterosaurios
de mayor tamaño fueron encontrados
en el continente americano en la década
de 1870. Esta investigación
esta fuertemente ligada a Edward Drinker
Cope, (1840-1897) y Othniel Charles
Marsh (1831-1899), precursores de
la exploración del oeste norteamericano
y grandes rivales entre sí.
Otros restos fueron hallados en la
Formación Santana en Brasil
y en Cerro en Chile.
Ahora, se agregó
una especie de pterosaurio más.
Era un reptil que volaba por medio
de largas alas cubiertas con piel.
Se cree que el animal vivía
en las orillas de una antigua laguna,
llamada Araripe, ubicada cerca del
océano.
Los investigadores
que hallaron al Thalassodromeus sethi
afirmaron que el cráneo de
1,2 metros de largo tenía en
su parte superior una cresta ósea
que se alzaba 78,7 centímetros
desde la parte superior de su cabeza.
Esta cresta podría haber funcionado
como timón mientras el enorme
animal volaba.
La cresta está
marcada por surcos en los que pasaban
vasos sanguíneos, sugiriendo
que el nudo superior también
ayudaba a conservar fresco al animal.
Los vasos habrían estado cerca
de la superficie de la piel y eso
permitía que el calor del cuerpo
saliera fácilmente hacia la
atmósfera.
19 de julio de 2002
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