Activistas de la organización
Greenpeace se acercaron ayer a la zona
del Parque Nacional Los Glaciares, en
Santa Cruz, con el objetivo de hacer
un llamamiento a los países industrializados:
que fortalezcan los acuerdos para proteger
el clima. Allí, sobrevolaron
el glaciar Perito Moreno con un globo
aerostático, que desplegaba un
mensaje: "Bush & Cía
- Desastre climático".
Fue una manera de reclamar la puesta
en vigencia del Protocolo de Kyoto
y oponerse al anuncio del gobierno
estadounidense de que no lo ratificará.
"Debemos lograr que ese acuerdo
entre en vigencia aun sin Estados
Unidos explicó el ambientalista
Juan Carlos Villalonga. Pero
sucede que Bush no está solo
en esa decisión, lo acompañan
un número importante de corporaciones
petroleras, como la Exxon, y hay otros
países como Japón y
Australia que están amenazando
en retirarse del Protocolo",
agregó.
Según el Panel Intergubernamental
de Cambio Climático de la ONU,
los efectos del problema mundial llevarán
a que en la Pampa Húmeda de
la Argentina disminuyan los rindes
del trigo, la cebada y el maíz
y aumenten los de la soja. Y habrá
más inundaciones. En la zona
de Cuyo, habrá sequías.
Además, se prevé que
la región mesopotámica
sufra más tormentas e inundaciones
frecuentes. Y que el noroeste aumente
su aridez.
Qué establece el protocolo
de Kyoto
Los países miembros de la
ONU intentan decidir en Bonn si entra
o no en vigencia el Protocolo de Kyoto.
El acuerdo que ahora Japón
se resiste a ratificar se firmó
en la 3 Conferencia sobre Cambio Climático
de la ONU celebrada en 1997 en la
ciudad nipona de Kyoto. Allí
se fijaron por primera vez cuotas
para la reducción de las emisiones
de gases causantes del efecto invernadero.
Sin embargo, introdujo los mecanismos
para flexibilizarlos.
Los gases cuyas emisiones se deben
restringir porque son los causantes
del efecto invernadero son seis: el
principal es el dióxido de
carbono, pero también están
en la mira el metano, el óxido
nitroso, los hidrofluorocarbonos,
perfluorocarbonos y sulfuros hexafluoruros.
Las cuotas de reducción comprometen
sólo a los países industrializados,
que en su conjunto deberán
reducir las emisiones en un 5,2 por
ciento con respecto a los niveles
de 1990 entre el año 2008 y
el 2012. A la Unión Europea
le corresponde un ocho por ciento;
a los Estados Unidos, un siete por
ciento y a Japón, un seis por
ciento. El Protocolo no establece
obligaciones para países en
desarrollo, como la Argentina.
Las posturas contrapuestas de la Unión
Europea que defiende el abandono
del sistema energético dominante
actual (depende de los combustibles
fósiles, como el petróleo)
por otro basado en energías
limpias y el llamado "grupo
paraguas", encabezado por Estados
Unidos, han frenado los avances en
la lucha contra el cambio climático
desde el principio, pero la decisión
estadounidense de abandonar el protocolo
ahondó aún más
la grieta.
13 de julio de 2001
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