Con barbijos
y durante casi una hora, diez parejas
bailaron frente a la Legislatura porteña
pidieron que prohiban la incineracion
de residuos patológicos.
La idea era simple:
llamar la atención de los legisladores.
Para eso, diez parejas de bailarines
de la asociación ecologista
Greenpeace se plantaron ayer frente
a la Legislatura porteña. Con
barbijos, bailaron durante casi una
hora para pedir que se vote el proyecto
de ley que prohíbe la incineración
de residuos patológicos. Esa
-explicaron- es una de las principales
fuentes de liberación de sustancias
cancerígenas al medio ambiente.
Cerca de las 12,
la vereda de Perú 160 se llenó
de bailarines de tango.
Justo frente a
la entrada de la Legislatura, secolocaron
los parlantes para que la música
se pudiera escuchar bien fuerte. En
un cartel enorme fileteado se podía
leer: "Incinerar nos enferma
de cáncer". Las parejas
empezaron a dibujar ochos sobre el
asfalto. Ellos, vestidos con trajes
oscuros. Ellas, con polleras negras
y zapatos de tacos altos. Y todos
con barbijos para protestar por los
perjuicios que produce en la salud
la incineración de residuos
patológicos.
"Necesitamos
llamar la atención de los legisladores
que no están en el tema para
concientizarlos de lo importante que
es que se promulgue la ley contra
la incineración de residuos
patológicos", contó
Verónica Odrizola, de Greenpeace.
Esta semana se va a tratar un proyecto
de ley que apunta a frenar la incineración
de esos residuos y le impide al Estado
la contratación de las empresas
de incineración para el tratamiento
de los residuos de los hospitales
municipales.
El proyecto de
ley lleva la firma de los diputados
Beatriz Baltroc (ARI), Juliana Marino
(Peronismo Independiente) y Miguel
Doy (Forja 2001). "Debía
ser tratado mañana (hoy), pero
por la huelga no vamos a sesionar.
Queremos que el viernes se trate sobre
tablas", dijo Doy.
"Hay acuerdo
de bloques para que se apruebe la
ley", anticipó la socialista
Clori Yelicic, presidenta de la Comisión
de Salud.
Según explicaron
ayer los manifestantes de Greenpeace,
el proceso de incineración
emite sustancias cancerígenas
al medio ambiente, como las dioxinas.
Estas pertenecen a un grupo de sustancias
consideradas internacionalmente como
"altamente nocivas para la salud".
Y la más tóxica del
grupo fue catalogada por la Organización
Mundial de la Salud como "cancerígeno
humano conocida".
Greenpeace asegura
que el 82% de los hospitales municipales
incinera sus residuos, la mayoría
en empresas que están en el
conurbano. La incineración
se hace en hornos que tienen unas
chimeneas gigantes. Por esas chimeneas
sale un humo blanco, espeso. Allí
se liberan las distintas sustancias
que contaminan el medio ambiente y
provocan daños en la salud.
"La incineración
de residuos patológicos debe
terminar y hay que optar por otros
caminos, que significan una mejora
en la separación de los residuos
dentro del hospital y tecnologías
de tratamientos menos peligrosas",
dijo Odrizola. En Greenpeace también
afirmaron que el Gobierno de la Ciudad
les expresó "su apoyo
a esta ley". Para los legisladores
que presentaron el proyecto no existe
ningún impedimento técnico
para que la ley no se sancione. Odrizola
concluyó: "Ellos tienen
que decidir si los hospitales seguirán
siendo el origen de problemas ambientales
y sanitarios por la incineración
de residuos".
13 de diciembre de
2001
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