Una multitud, posiblemente
alentada por el alcalde de una ciudad
amazónica de Brasil, atacó
violentamente ayer a un grupo de militantes
de la organización ambientalista
Greenpeace y a un equipo de reporteros
de la red televisiva Récord que
realizaban un reportaje sobre la invasión
de madereros y la tala ilegal de árboles
en la región sudoeste del estado
de Pará.
Paulo Adario, coordinador de la campaña
Amazonia de Greenpeace, dijo que la
agresión se produjo en el aeropuerto
de la ciudad de Porto de Moz, cuando
los ambientalistas y periodistas se
preparaban para viajar a San Pablo
con los videos que demostrarían
las actividades ilegales de los madereros.
Los periodistas habían registrado
imágenes para un reportaje
sobre la vida de las comunidades ribereñas
de la región de Jaraucú,
que denunciaron la invasión
de sus tierras por parte de madereros.
"Esta es una tierra sin ley.
Es vergonzoso que la ausencia del
Estado permita que representantes
del poder público, como el
alcalde de Porto de Moz, se porten
como verdugos de la población
que deberían proteger",
declaró Paulo Adario a la agencia
brasileña Estado.
El alcalde y su hermano
En junio de 2000, un cronista estuvo
realizando una serie de notas en esa
región amazónica. Al
llegar a Porto de Moz a bordo de un
barco de esa organización ecologista,
fueron recibidos con un cartel que
decía: "Vivan las Fuerzas
Armadas, afuera Greenpeace".
Por entonces, el alcalde era el mismo
que ahora, Gerson Campos, quien ayer
negó que hubiese estimulado
la agresión al grupo y acusó
a Greenpeace de intentar volcar la
opinión pública contra
las autoridades municipales.
El hermano del alcalde, André
Campos, es maderero y hace pocos días
fue multado por agentes del Instituto
Brasileño de Medio Ambiente
(IBAMA) en un equivalente a 58.000
dólares por tala ilegal de
árboles en la región.
Un incidente entre André Campos
y ribereños, ocurrido hace
dos días, parece haber sido
el motivo del ataque a los reporteros
y ambientalistas de ayer.
El viernes pasado, un barco de Greenpeace
y otras cinco pequeñas embarcaciones
de habitantes de la región
que se oponen a la deforestación
habían bloqueado el paso un
barco que transportaba gran cantidad
de árboles talados ilegalmente
y que era comandado por el hermano
del alcalde.
Según Adario, durante la madrugada
del sábado, Campos intentó
romper el bloqueo embistiendo con
su barco a los ribereños. Según
contó, la tragedia pudo ser
evitada porque los militantes de Greenpeace
lograron retener el barco del maderero
durante el tiempo suficiente para
permitir la retirada de los manifestantes.
Gracias a esa maniobra, las 86 personas
que ocupaban las embarcaciones en
su mayoría niños, mujeres
y ancianos escaparon de ser
alcanzadas por el barco.
"De no haber sido por Greenpeace,
nosotros habríamos muerto.
Cuando empezamos a gritar por socorro,
ellos pusieron sus propios equipos
ante aquel inmenso barco lleno de
maderas para salvar nuestras vidas",
dijo una de las manifestantes, Letrizia
Duarte, a la agencia Estado.
Funcionarios del Instituto Brasileño
de Medio Ambiente y Recursos Naturales
Renovables (IBAMA) llegaron ayer a
la región y comprobaron el
retiro ilegal de madera por parte
del hermano del alcalde.
23 de setiembre de
2002
Fuente:
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