Corresponde a
un homínido de siete millones
de años.
"Sentí
una emoción indescriptible.
Tenía entre mis manos el comienzo
del linaje humano, ¡algo que
había buscado durante veinticinco
años...!"
.
Así recordó ayer Michel
Brunet, de la Universidad de Poitiers,
Francia, el logro de su vida: el hallazgo,
hace exactamente un año, del
cráneo completo del más
antiguo antepasado del ser humano
conocido hasta el momento, mientras
lideraba una misión paleoantropológica
de científicos franceses y
del Chad.El descubrimiento, que hoy
se publica en la tapa de la revista
científica Nature, se considera
de una importancia crucial para reconstruir
el árbol genealógico
de la especie humana; entre otras
cosas, porque permite entrever un
período de la historia natural
del que no se sabía hasta ahora
prácticamente nada y porque
agrieta un tanto los cimientos del
edificio bellamente construido de
la evolución.
Según escribe
Bernard Wood, de la Universidad George
Washington, en una evaluación
del significado científico
del hallazgo, "este único
fósil puede cambiar fundamentalmente
la forma en que reconstruimos el árbol
de la vida".
Afirma que se trata
de un aporte comparable a la descripción
realizada por Raymond Dart, hace más
de 75 años, de uno de nuestros
ancestros remotos -el primer hombre
mono-, hallado al sur de Africa, que
respaldó la predicción
de Darwin de que las raíces
de la evolución humana se hunden
más profundamente en el continente
africano que en el resto del planeta.
Ahora, el fósil
descubierto por Michel Brunet y colegas
señala otro momento trascendente
en la búsqueda de ese instante
crucial en que los humanos nos separamos
de los chimpancés.
El cráneo
asombrosamente bien conservado, fragmentos
de quijadas y varios dientes recogidos
al norte de Chad, en el desierto de
Djurab, en la región de Toros-Menalla,
a los que se atribuye una antigüedad
de alrededor de siete millones de
años, presentan una imagen
sorprendente del miembro más
antiguo de la familia humana que se
haya encontrado hasta el momento.
Bautizado Touma,
nombre que se les da allí a
los niños nacidos cerca de
la temporada seca ( esperanza de vida
, en el idioma local goran), el espécimen
es alrededor de tres millones de años
más antiguo que el cráneo
más antiguo encontrado hasta
hoy.
Según Brunet,
que ayer presentaba su descubrimiento
en Chad, el nuevo individuo plantea
tantas preguntas como respuestas.
"Es el homínido más
antiguo que hayamos recobrado -afirma-,
de modo que la divergencia entre el
chimpancé y el ser humano debe
ser muy anterior a lo que se pensaba."
A pesar de que no
se encontraron restos de sus miembros
inferiores, el investigador francés
sugiere que las huellas óseas
del modo en que la espina vertebral
ingresa en la cabeza, si bien no prueban
que Touma era bípedo, sí
abren la posibilidad de que lo haya
sido.
Aunque la del Djurab
es en la actualidad una región
desértica y recorrida incesantemente
por vientos cargados de arena, se
supone que hace siete millones de
años Touma debe de haber vagabundeado
en las inmediaciones de un lago, rodeado
de una fauna variada. De hecho, desde
1994, los investigadores franceses
y del Chad recuperaron más
de 10.000 fósiles de vertebrados.
El nuevo homínido estaría
asociado con 42 especies. "Estaba
rodeado de una rica y abundante fauna
de peces, reptiles y mamíferos
-explicó el editor de paleontología
de Nature, Henry Gee- que incluía
hienas, tigres dientes de sable, roedores,
caballos, elefantes, cerdos, hipopótamos,
jirafas, antílopes... Había
incluso formas de vida mucho menos
familiares, como un animal similar
al cerdo, y otro que parecía
una cruza entre una jirafa y un alce."
Aunque no hay indicios
claros de cuál puede haber
sido su dieta, los molares de Touma,
cubiertos de un esmalte más
grueso que el característico
de los chimpancés, parecen
indicar que debe de haber comido menos
frutas y más fibras duras.
Por otro lado, el
hecho de que el hallazgo fue realizado
en Chad, y no en el sur ni en el este
de Africa, demuestra que nuestros
ancestros fueron criaturas que tenían
una distribución mucho más
amplia de lo que se sospechaba.
Hace diez millones
de años el mundo estaba lleno
de monos; cinco millones de años
más tarde habían aparecido
los primeros registros fósiles
de homínidos (es decir, miembros
de la familia humana, distintos de
los chimpancés y otros monos).
Entre ambos períodos,
el linaje humano divergió del
de los chimpancés. Pero el
registro evolutivo con que se cuenta
es frustrante: apenas unos fragmentos
que caben en una caja de zapatos.
.
"Se trata del único cráneo
relativamente completo descubierto
hasta ahora en la brecha de alrededor
de cinco millones de años que
va desde los monos ancestrales, de
hace 9 millones de años, hasta
los australopitecos, generalmente
considerados nuestros parientes cercanos,
que aparecieron hace cuatro millones",
dijo el profesor Chris Stringer, del
Museo de Historia Natural de Londres.
Por eso, los científicos esperan
que la información que ofrecen
el nuevo cráneo y las mandíbulas
revolucionará nuestra comprensión
de los orígenes humanos.
Daniel Lieberman,
paleoantropólogo de la Universidad
de Harvard y uno de los científicos
que tuvieron la oportunidad de observar
el cráneo de cerca, opina que
"esto va a tener el impacto de
una pequeña bomba nuclear".
Y Henry Gee cree
que "Touma es el más importante
descubrimiento fósil de que
se tenga memoria, tanto como el primer
hombre mono, el Australopithecus africanus,
hallazgo que fundó la paleoantropología
moderna".
La nueva cara
del pasado
Todo parece indicar
que Sahelanthropus tchadensis (nombre
científico de Touma) ofrece
una nueva cara del pasado, una extraña
mezcla de caracteres primitivos y
evolucionados que nunca se habían
visto.
Por un lado, la
cavidad craneana resulta similar a
la de los monos, pero, por otro, la
cara y los dientes -especialmente
los caninos- son pequeños,
más parecidos a los de un ser
humano. Touma también posee
arcos superciliares prominentes, de
un tipo que no se observa fuera del
género homo .
Para Wood, esta
combinación de caracteres da
por tierra con la imagen popular de
una línea evolutiva prolija
y sin desvíos desde los humanos
actuales hasta nuestro antecesor común
con los monos.
"La importancia
del descubrimiento de Brunet y colegas
tiene varios aspectos. En primer lugar,
todos los anteriores fueron fragmentos.
Este cráneo está asombrosamente
completo y nos brinda información
acerca de los dientes, el tamaño
del cerebro, la posición relativa
de la cabeza en relación con
la columna vertebral, etcétera.
Todo esto sugiere que Sahelanthropus
debe de haber tenido una postura más
erguida que la de un chimpancé."
.
Con respecto a la posibilidad de que
sea un antepasado directo de los humanos,
Wood opinó que Touma es ciertamente
un buen candidato. Pero que también
es posible que sea un primo de homínidos
más tardíos. "De
acuerdo con el modelo lineal -explicó-,
la anatomía de los homínidos
evolucionó sólo una
vez. En este modelo no hay divergencias
hasta hace alrededor de tres millones
de años. Un segundo modelo,
que yo suscribo, ve la evolución
humana como una serie de adaptaciones
sucesivas, de manera que los caracteres
anatómicos se mezclan en formas
que sólo ahora estamos comenzando
a comprender. Este modelo predice
que el bipedalismo, la destreza manual
y un cerebro grande, deben de haber
evolucionado más de una vez."
"Tanto los
humanos como los monos descienden
de un ser ancestral que no era ni
mono ni hombre -explica el doctor
Héctor Pucciarelli, investigador
del Conicet y docente de la Universidad
Nacional de La Plata-. De modo que
no podemos decir que este fósil
represente el origen del hombre, porque
no sabemos si hay restos anteriores.
Pero lo más importante es que
se haya encontrado en el centro de
Africa, lo que indica que los homínidos
habían alcanzado en esa época
mayor dispersión, diversificación
y cantidad de poblaciones de lo que
se pensaba, es decir que el mapa de
nuestros ancestros es mucho más
rico de lo que nos imaginábamos."
Sin duda, acaba
de escribirse un nuevo capítulo
de la historia de la vida.
Un mensaje de
hace 70.000 siglos
"Si Touma está
tratando de darnos algún mensaje,
es que no hay una sola forma conectar
los fósiles hallados en un
árbol de familia -dijo el doctor
Henry Gee, editor senior de la revista
científica Nature-. Se aceptan
apuestas... Estamos viendo el comienzo
de una revolución en la comprensión
de la evolución humana."
Según Gee,
ya no es admisible pensar en un eslabón
perdido entre el ser humano y el mono:
"El término eslabón
perdido -aclaró- está
tan desactualizado como la alquimia
y me opongo a él absolutamente.
Eso significaría que los paleoantropólogos
estamos acumulando pacientemente datos
para armar una imagen que ya está
predeterminada. Pero la evolución
no funciona así. La realidad
es que nos faltan muchísimas
claves para entenderla acabadamente.
Un estudio reciente sugirió
que no hemos descubierto más
del 7% de todas las especies de primates
que alguna vez habitaron el planeta.
Esto quiere decir que es absurdo tratar
de relacionar dos fósiles y
pretender que esta conexión
revela algo más que los prejuicios
de la persona que lo establece. Es
más posible que Touma represente
uno de un número de diferentes
líneas evolutivas de criaturas
similares a los primates, de los cuales
sólo dos -los seres humanos
y los chimpancés- lograron
sobrevivir."
Gee coincide en
que este descubrimiento permite vislumbrar
un momento de la evolución
de la vida del que casi no había
registros, que nos muestra una nueva
foto de la evolución humana
y que plantea preguntas tan interesantes
como el descubrimiento del primer
hombre mono , alrededor de 1920.
"Es un descubrimiento
que transformará la paleoantropología.
Los investigadores desplazaremos nuestra
mirada desde el este y el sur de Africa,
donde se han estado buscando casi
exclusivamente los vestigios del pasado
humano durante los últimos
ochenta años, y comenzarán
a rastrear otras parte del mundo,
dentro y fuera de Africa. Nos esperan
veinte o treinta años de descubrimientos
sensacionales -dijo-, pero tal vez
tengamos que esperar décadas
antes de poder armar un rompecabezas
coherente."
11 de julio de 2002
Fuente:
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