Lograron capturar
un ejemplar hembra de 90 kilos. Le
colocaron un collar satelital para
controlar sus movimientos y conocer
sus costumbres.
Jaguar. Yaguareté.
Tigre. Overo. Sinónimos, para
nombrar al mayor felino del continente.
Nadador, caminante, predador. Un animal
fascinante de mirada temible, casi
una bestia temida para los pastores
del noroeste argentino.
Lo cierto es que
la vida del yaguareté se convirtió
en una verdadera aventura científica
que pretende frenar totalmente la
caza de estos animales y protegerlos
de la extinción.
Para eso, comenzaron
a seguirlos vía satélite.
La idea es saber cuáles son
sus movimientos, sus áreas
de permanencia durante las distintas
épocas del año, y profundizar
en sus costumbres. Se busca también
conocer con precisión sus patrones
de conducta que permitan, a futuro,
establecer territorios o zonas de
protección, que reduzcan el
impacto que tienen sobre el rebaño
y el ganado.
El proyecto Yaguareté
comenzó hace dos años,
en la Selva de las Yungas, ubicada
entre Salta y Jujuy. Fue una iniciativa
de la organización Greenpeace
y el equipo está coordinado
por el biólogo Pablo Perovic,
del Instituto de Biología de
la Altura de la Universidad de Jujuy,
y que también es un experto
en grandes felinos.
Pero recién
el lunes, el proyecto empezó
a ser realidad, cuando un grupo de
biólogos capturó un
yaguareté hembra, de 90 kilos.
La adormecieron,
le pusieron un collar satelital y
la volvieron a largar en el monte.
Ahora, a través de sensores,
el collar envía información
al satélite sobre el animal:
sus pulsaciones, la temperatura corporal,
los movimientos del cuello y su ubicación
geográfica.
Esos datos bajan
del satélite en forma codificada,
tres veces por día, a la computadora
de los investigadores. "Con estos
parámetros sabemos si el animal
está durmiendo, cazando o jugando",
dijo Perovic.
Pero no están
pendientes del reporte diario. Cuando
se acumulen los datos de toda una
semana, recién se van a sentar
a analizar por dónde anduvo
y cuál fue la actividad que
tuvo.
Objetivos
"El objetivo
de esta experiencia es doble: social
y ambiental", explicó
Emiliano Ezcurra, de la organización
ecologista Greenpeace. Emiliano Ezcurra
participó de la búsqueda
del yaguareté en plena selva
de Yungas, que se realizó durante
semanas enteras.
El objetivo social
es buscar una solución al conflicto
entre los yaguaretés y los
dueños del ganado, que es atacado
por estos animales. En la medida que
sigan atacando al rebaño, el
hombre los va a seguir matando.
La apuesta es conocer
cuáles son sus áreas
de mayor influencia, para poder proponer
lugares y alternativas futuras de
conservación.
El objetivo ambiental
se refiere a la importancia de los
yaguaretés en la escala de
alimentación de la selva. El
yaguareté es un eslabón
insustituible porque se considera
una especie reguladora del ecosistema
de Yungas, ya que está al tope
de la cadena alimenticia.
La captura
Para capturar este
primer ejemplar, fue necesario esperar
dos años. La primera alternativa
que se eligió fue una captura
"pasiva" con trampas tipo
jaula.
Se colocaron cuatro
de estas trampas cerca de un río,
donde se sabía que los yaguaretés
solían ir a buscar sus presas.
Todas las trampas tenían un
señuelo (un cabrito vivo) adentro.
Y los cazadores no tuvieron éxito.
Entonces se optó
por salir a buscarlos, guiados por
un baquiano de la región de
Yungas, un ex cazador, quien llevó
a sus perros "tigreros",
adiestrados para la caza de yaguaretés.
Pero esta vez,
del rifle no saldría una bala
para matar al animal sino un dardo
para adormecerlo.
Los biólogos
contaban con sólo 45 minutos
para ponerle el collar, pesarlo, medirlo
y sacarle muestras de sangre para
determinar su ADN. Esto permitirá
establecer parentescos entre los distintos
grupos.
La caza fue al
anochecer, cuando se producen los
picos de actividad de estos animales.
Porque los yaguaretés suelen
salir a cazar de noche animales más
grandes que ellos.
El lunes pasado,
los perros tigreros rastrearon al
animal en una finca de la zona de
Orán, donde los biólogos
lo andaban buscando.
Lo acorralaron
cerca del río Santa María,
y lo obligaron a subirse a un árbol
en busca de refugio.
Esa fue la oportunidad
para capturarlo. Es una hembra casi
"abuela", según Perovic.
"El collar
que le pusimos es de un material flexible,
apto para este tipo de tareas, que
se coloca en el cuello y tiene una
batería que dura dos años",
contó Ezcurra. Y agregó
que ya tienen previsto capturar a
otros tres yaguaretés para
extender la experiencia del seguimiento
satelital.
"La verdadera
fiera"
Los investigadores
sostienen que no se sabe con certeza
el número de yaguaretés
que hay tanto en Yungas como en la
selva misionera, dos lugares donde
viven. El número viable para
que la población sobreviva,
es de entre 50 y un centenar de ejemplares.
Los guaraníes
los llamaban "la verdadera fiera".
Muchos siglos después de ellos,
el hombre moderno empieza a establecer
lazos para no matarlos. Para que la
selva pueda mantener su equilibrio.
El
gran felino sudamericano |
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FICHA
TÉCNICA |
REFERENCIA
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-Hábitat
natural |
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Nombre |
Yaguareté |
Largo |
Hasta
1,80 mts |
Peso |
160
kg. o más |
El
felino más grande
de América |
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El
collar |
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Permitirá
conocer los hábitos del
yaguareté y su distribución
dentro del ecosistema de Yungas |
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Dispositivo
que posibilita saber la ubicación,
la temperatura y el ritmo cardíaco. |
Altura
estimada de un ejemplar adulto |
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Se le hicieron moldes
y tomaron registros de sus patas.
Cómo
funciona el sistema de rastreo |
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1) El
collar emite una señal
a un satélite |
3) Los
registros procesados se
reenvían |
2) Este
la transmite a una central |
4) Finalmente
los datos llegan al campamento
base |
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Un carnívoro
solitario y de gran destreza
Originalmente, se
podía encontrar jaguares desde
el sur de los Estados Unidos hasta
el norte de la Patagonia argentina.
Hoy, esa área se redujo al
62 por ciento.
La caza fue el
principal motivo para que se redujera
ese territorio y la cantidad de ejemplares.
Tampoco se sabe
cuántos hay en Argentina. Según
una investigación realizada
en las provincias de Jujuy y Salta,
hay sólo 196 registros de presencia
de yaguaretés desde 1990. Estas
constataciones se lograron a través
de avistajes, porque fueron cazados,
porque se encontraron bovinos depredados
y por huellas.
Además de
la selva de Yungas, también
se sabe que es posible encontrarlos
en el Chaco, Santiago del Estero,
Formosa y la selva misionera.
Son animales estrictamente
carnívoros, que comen especialmente
ganado, pecaríes y corzuelas.
Pero suelen agregar
en su alimentación desde pescados
hasta frutos.
Su tremenda capacidad
de adaptación les permite vivir
tanto en las zonas selváticas
como en las regiones de sabanas abiertas
o de zonas desérticas. Es un
animal solitario, que solamente se
junta en las épocas de celo
para poder procrear.
El único
competidor natural que tiene es el
puma, con el que comparte el territorio
y persigue a las mismas presas. El
yaguareté (o jaguar) es un
animal que tiene mandíbulas
y garras poderosas.
Para un yaguareté
es posible dominar a una vaca mordiéndole
el cuello, y puede arrastrarla hasta
su escondite para devorarla totalmente.
Suele estar activo
durante gran parte del día.
Pero los picos de actividad se encuentran
sobre todo al anochecer. Aunque esta
costumbre varía según
las épocas del año y
con las características de
la región donde se encuentre.
8 de diciembre de
2001
Fuente:
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