PARIS.- Cerca de
65.000 personas participarán
desde el 26 del actual hasta el 4
de septiembre de la Cumbre Mundial
para el Desarrollo Sustentable, en
Johannesburgo. En la muy publicitada
Cumbre de Río, realizada en
1992, los gobernantes acordaron un
programa audaz para combatir el deterioro
de la tierra, el agua y el aire, para
conservar la diversidad de la vida
y para buscar el crecimiento económico.
En las siguientes conferencias de
las Naciones Unidas se hicieron explícitas
promesas similares sobre la promoción
de la educación, la ayuda a
las mujeres y la reducción
de la pobreza.
Sin embargo, 80
países tienen un ingreso per
capita menor que el que presentaban
hace diez años. Las amenazas
a los recursos naturales son más
altas que nunca. Los más ricos
de la humanidad -una quinta parte
de la población- consumen recursos
en niveles tan altos que si toda la
población mundial llevara ese
nivel de vida, necesitaríamos
los recursos de cuatro planetas del
tamaño de la Tierra.
Según el
secretario general de la ONU, Kofi
Annan, son frustrantes los resultados
obtenidos desde la Cumbre de Río:
"En algunos aspectos, las condiciones
son peores que las de hace 10 años.
El medio ambiente está amenazado
por modelos de consumo y de producción
poco sustentables y la ayuda internacional
es cada vez menor".
La Cumbre de Río
concluyó con la firma de dos
acuerdos, uno sobre el clima y la
biodiversidad, y el otro, un programa
llamado Agenda 21, creado con el fin
de erradicar los problemas del medio
ambiente, reducir la pobreza y fomentar
el desarrollo.
Desde entonces,
las emisiones de dióxido de
carbono, ampliamente responsables
por los cambios climáticos
y el calentamiento de la Tierra, han
crecido mundialmente un 10%, y en
los Estados Unidos alcanzan el 18%.
Más de 180 naciones acordaron
proteger la biodiversidad, pero las
dos fuentes más ricas de diversidad,
los arrecifes de corales y los bosques
tropicales, se vieron seriamente degradadas,
mientras que menos de 40 naciones
implementaron estrategias de conservación.
En aquella reunión, los países
ricos se comprometieron a dar la diecisieteava
parte del 1% de su producto bruto
interno en ayuda externa, pero sólo
los paises nórdicos y los Paises
Bajos han alcanzado esa meta.
Expectativas
En la próxima
conferencia, los líderes van
a redactar la "Declaración
de Johannesburgo", en la que
refirmarán su compromiso de
sustentar el desarrollo, pero es poco
probable que haya nuevas promesas.
"El verdadero examen es si nosotros
podemos convencer al mundo de que
las grandes conferencias mundiales
pueden hacer una diferencia",
dijo Nitin Desai, que será
el secretario general de la reunión.
Vangelis Vitalis,
de la mesa redonda sobre desarrollo
sustentable, recuerda: "La cantidad
de agua fresca disponible para cada
persona en 1950 era de 17.000 metros
cúbicos. En 1995, esta cifra
había bajado a 7000 metros
cúbicos, y ahora está
disminuyendo tan rápido que
hasta 5 mil millones de personas van
a sentir "estrés por el
agua" para el año 2020.
Cerca del 50% de la reserva de peces
está explotada. Más
del 20% se halla sobreexplotada o
agotada. El área cubierta por
los bosques tropicales está
desapareciendo al ritmo de cuatro
Suizas cada año. La industria
forestal mundial recauda US$ 35.000
millones por año en subsidios".
Tales estadísticas
ayudan a explicar por qué se
limitan las expectativas para la conferencia.
Efectivamente, algunos dicen que no
sería nada malo si ésta
fuera la última reunión
donde los gobernantes hicieran compromisos
que no pudieran mantener.
La reunión
de Johannesburgo está preocupada
con cuestiones de desarrollo humano
y de supervivencia que van más
allá del medio ambiente. Es
probable que el resultado de la cumbre
sea una declaración política
que reafirme los principios de la
Declaración de Río y
un esbozo del proyecto para su implementación,
el cual va a ser orientado a la acción.
Todavía no
se sabe si el presidente norteamericano,
George W. Bush, va a asistir al evento
en Johannesburgo. Washington se está
retirando de compromisos multilaterales.
Organizaciones como
Friends of the Earth están
decepcionadas por lo que describen
como un intento de redefinir el desarrollo
sustentable lejos de los temas de
medio ambiente y de desarrollo, y
hacia una campaña norteamericana
para un mayor intercambio de liberalización.
Algunos funcionarios
dijeron que los paises ricos deberían
financiar los proyectos de salud,
porque la deficiencia sanitaria es
uno de los obstáculos para
el progreso económico. Por
ejemplo, la epidemia del HIV-sida
ha cobrado hasta el momento casi tantas
víctimas como la "muerte
negra" en Europa a mediados del
siglo XIV.
22 de agosto de 2002
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