El mundo está
al borde de una crisis ecológica.
Lo anuncian organismos técnicos
de la ONU y otras organizaciones científicas
independientes. Bush se niega en firmar
el Protocolo de Kyoto.
Un anuncio de la Organización
Meteorológica Mundial ha advertido
que el clima está sufriendo
perturbaciones y anomalías
muy marcadas que amenazan con cambiar
nuestro sistema de vida. La organización
científica de Naciones Unidas,
con sede en Ginebra, a la cual están
afiliadas 185 naciones, informó
que el registro por computadoras de
las altas y bajas temperaturas, tempestades
y nivel de lluvias indican que el
mundo se está tornando más
caliente e inestable.
En el sur de Francia las temperaturas
de junio rebasaron los 40 grados centígrados,
lo cual es de 5 a 7 grados por encima
de la media anual. En Suiza han tenido
el verano más caliente en 250
años. En Estados Unidos han
sufrido 562 tornados, solamente en
el mes de mayo. La plusmarca anterior
era de 399, en el año de 1992.
En la India han padecido una canícula
de 45 grados que es 5 grados por encima
de lo usual, lo cual provocó
la muerte de 1400 personas. En Sri
Lanka han ocurrido inundaciones y
avalanchas debido a las fuertes y
desusadas lluvias que han provocado
una disminución del 30% en
el rendimiento agrícola. El
mes de junio ha sido el más
caliente que se recuerda en Inglaterra
desde 1976. Todos los registros de
la OMM indican que las temperaturas
se han ido incrementando notablemente
durante los últimos cien años.
Las anomalías climáticas
se acentúan. Desde 1861 la
temperatura de la tierra se ha elevado
en seis grados centígrados.
Los registros indican que el pasado
siglo veinte ha sido el más
caluroso de los últimos mil
años, pero a partir de 1976
el ritmo de intensificación
se ha triplicado. El año 2003
será el más caliente
de los 143 años que existen
registrados científicamente.
Por primera vez en la historia la
raza humana ha alcanzado la capacidad
para exterminarse a si misma por medio
del suicidio ambiental. El gobierno
de Bush ha rehusado suscribir el Protocolo
de Kyoto que regula las emisiones
tóxicas que generan las grandes
industrias. En su afán por
proteger a las transnacionales y al
gran capital financiero Bush ha condenado
a la extinción al resto de
la humanidad. Los Estados Unidos son
el principal país contaminante
de la atmósfera pero rehusa
poner un freno a su nociva emisión
de gases y al envenenamiento de ríos
y mares con sus desperdicios industriales
y sus escombros radioactivos.
Durante decenios se ha confiado en
que los desperdicios del dispendio
humano eran absorbidos y transformados,
por una naturaleza benévola,
en sus ríos, océanos
y atmósfera. Pero esto ya no
sucede así. La actividad humana
tiene un considerable poder de contaminación
en la biosfera. El uso de combustibles
de origen fósil genera el ochenta
por ciento de la energía pero
las tres cuartas partes del consumo
la realiza solamente una cuarta parte
de la humanidad.
La explotación de los suelos,
los bosques y el agua ha llegado a
un nivel tal que no permitirá
su recuperación en el lapso
de una vida humana. Esta destrucción
es irreversible en ciertos aspectos
y si continuamos con el presente ritmo
de erosión, la presente centuria
verá la desaparición
del ochenta al noventa por ciento
de las especies animales de la Tierra,
que aparecieron en su mayoría
hace sesenta y cinco millones de años,
al final del período Cretáceo.
En el año 2030 el mundo contará
con diez mil millones de habitantes.
El aumento mundial de población
provocará los más vastos
movimientos de migración que
el planeta ha presenciado, con el
consiguiente caos social. Las diferentes
condiciones de vida entre los países
subdesarrollados y los industrializados
se acentúan. Se estima que
cuarenta mil niños mueren diariamente
por malnutrición o enfermedades
no atendidas.
El debilitamiento de la capa de ozono,
la concentración de dióxido
de carbono en la atmósfera,
tienden a retener el calor sobre la
tierra. La consecuencia será
de vastas proporciones: los conos
polares se derretirán parcialmente,
aumentará el nivel de los mares
en mas de medio metro con el arrasamiento
de zonas extensas del globo.
Por ejemplo, al delta del Nilo, las
islas Maldivas y Bangladesh los cubrirá
el mar. Esto estimulará las
migraciones, las hambrunas, las epidemias.
De no lograr que la humanidad sustituya
el consumo de petróleo y carbón
el calentamiento del planeta conducirá
a calamidades agrícolas y sociales.
A finales del presente siglo veremos
las más gigantescas hambrunas
que la humanidad ha sufrido en toda
su historia conocida.
El obstáculo principal de
nuestra época es el desafío
del hambre en el subdesarrollo. La
sublevación de los famélicos
se divisa como un espectro temible
y esa imagen penosa se distingue proféticamente
con un terrible y nada distante Armagedón.
22 de julio de 2003
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