Madrid. El agua como
fuente de vida y de muerte. Cada ocho
segundos, la falta del líquido
elemento, o su uso contaminado, agota
la vida de un niño en el mundo.
En el Día Mundial del Medio Ambiente
2003, la ONU dirigió este severo
mensaje a la comunidad internacional
y recordó que una tercera parte
de la humanidad sufre cada día
la falta de agua potable y de las adecuadas
redes de saneamiento. Ambas carencias
son responsables, directas o indirectas,
del 80 por ciento de las enfermedades
de los países en vías
de desarrollo.
Si en 2002 el lema de la ONU para
festejar el Día Mundial fue
Da una oportunidad a la Tierra,
el de ayer enlazó con la celebración,
a lo largo de todo 2003, del Año
Internacional del Agua Dulce.
El Programa de Medio Ambiente de
Naciones Unidas (PNUMA) recuerdan
que la escasez hídrica, la
insalubridad de las aguas de consumo
y la ausencia de saneamiento les cuestan
la vida a millones de personas en
todo el planeta.
6 de junio de 2003
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