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Los
grupos ecologistas se dan
cita en Berlín presionando
para prohibir la caza de
ballenas. |
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El clima de abierto enfrentamiento vuelve
a dominar la reunión anual de
la Comisión Internacional de
la Caza de la Ballena (IWC en inglés)
que se inició este lunes en Berlín.
Lo novedoso de esta nueva batalla
entre los dos bandos casi irreconciliables
de sus 49 miembros, es la amenaza
de Japón de retirarse del grupo,
si la asamblea aprueba la creación
de un comité conservacionista
dentro de la IWC.
Esta propuesta forma parte de un
proyecto presentado por 19 países,
entre ellos México, Argentina,
Estados Unidos, Gran Bretaña
y Australia, que cuenta con el apoyo
de organizaciones como Greenpeace
y el Fondo Mundial para la Naturaleza
(WWF). Japón y Noruega, que
en conjunto matan más de 700
ballenas por año, aspiran a
la ampliación de sus cuotas
de caza, mientras que Islandia presenta
en esta reunión una solicitud
para que le permitan capturar cien
ejemplares anuales.
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Japón
amenaza con retirarse de
la comisión. |
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Ciencia y tradición
Como de costumbre estos países
intentarán otra vez pedir el
levantamiento de la moratoria que
desde 1986 prohíbe la caza
de ballenas con fines comerciales.
Mientras Noruega eludió la
restricción al presentar una
objeción a la moratoria, Japón
consiguió un permiso para capturar
500 cetáceos por año,
pero para "fines científicos".
Según el comisario mexicano
de la IWC, Andrés Rozental,
Japón dice que caza estos mamíferos
para estudiarlos, pero "milagrosamente
la carne de ballena aparece en los
mercados de Japón y de otros
países".
Además de argumentar que las
especies no están en peligro
de extinción por su actividad,
también reclaman una autorización
equiparable a la otorgada a los aborígenes
arponeros de Alaska y Groenlandia,
en virtud de tratarse de una tradición
para ciertas familias.
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La
redes de pescadores, la
contaminación y los
sonares también las
amenazan. |
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Amenaza
La propuesta de crear una comisión
conservacionista, intenta no atacar
el problema de la cacería,
sino otros aspectos que ponen en peligro
la vida de las ballenas.
Entre ellos se cuentan, los controles
a las redes de pescadores, donde miles
de cetáceos quedan atrapados,
la reducción de tóxicos
arrojados al mar, o la prohibición
del uso de ciertos sonares de navegación.
Pero un alto funcionario de la Dirección
de Pesca de Japón, Masayuki
Komatsu atacó la iniciativa
calificándola de "una
absoluta mentira de los países
proteccionaistas" para encubrir
sus intenciones de prohibir totalmente
la cacería.
Dijo además que su gobierno
está dispuesto a retirarse
de la IWC y consecuentemente dejar
de abonar su cuota de suscripción,
si la propuesta prospera en esta asamblea
anual.
Para los analistas, la reunión
que terminará el jueves en
Berlín, será una de
las batallas de intereses más
enconadas de los últimos años,
pero al mismo tiempo puede determinar
el futuro de una de las más
polémicas actividades comerciales.
16 de junio de 2003
Fuente:
PÁGINAS
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