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La
polémica está
centrada en qué cantidad
de aguas residuales sin
filtrar sale de San Petesburgo. |
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La Comisión sueca para el medio
ambiente marino advirtió que
el Mar Báltico se encuentra en
una situación "crítica"
debido a la polución proveniente
de San Petesburgo, la ciudad rusa.
Suecia considera que el mar "puede
morir" a menos que el fenómeno
sea drásticamente reducido.
La mitad de las especies de peces
en el Báltico se encuentran
por debajo del nivel biológico
crítico, mientras que las mujeres
suecas embarazadas han sido advertidas
de no comer arenque, uno de los alimentos
más comunes, por las dioxinas
que pudieran contener.
"Hemos llegado al final del
camino en lo que respecta al mar",
Hans Jonsson, titular de la comisión
sueca.
"Sufrimos problemas enormes
con algas y plancton que están
creciendo sin oxígeno",
agregó Jonsson.
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Suecia
mira a la otra orilla con
preocupación. |
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"Veneno en la comida"
El Báltico es el mar semi-salado
más grande del mundo, una mezcla
particular de mar y lago, con agua
dulce y salada.
Su cama es un conjunto de sierras
y depresiones donde la polución
queda atrapada causando estragos en
las especies del lugar.
Y debido a que la salida al océano
-entre Suecia y Dinamarca- es angosta,
el agua tarda unos 25 a 30 años
en cambiarse.
Suecia está especialmente
preocupada debido a que la pesca es
esencial para la economía del
país.
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Los
pescadores suecos están
preocupados por la fuente
de su trabajo. |
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"Uno no puede arrojar veneno
en el lugar donde uno produce comida",
razona Andreas Jonsson, un pescador
sueco.
"En el lado de Letonia y Rusia,
ellos no se preocupan del agua",
dijo el pescador.
El agua rusa
La mayor ciudad de ese lado del mar
es San Petesburgo, levantada a orillas
del río Neva.
La mayor parte de las aguas residuales
de la ciudad fluyen al río
sin ningún tipo de tratamiento,
y de ahí al Báltico.
San Petesburgo tiene pendiente la
construcción de una planta
para aguas residuales, pero el proyecto
se demora debido a los costos.
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San
Petesburgo nunca termina
su planta de tratamiento
de agua. |
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"El gobierno de la ciudad, así
como los gobiernos de toda Rusia y
el gobierno central, priorizan la
economía antes que el medio
ambiente", señaló
Dietmar Litmanov, de Greenpeace Rusia.
"El 30% de las aguas arrojadas
al Neva por las fábricas y
los edificios llegan a él sin
pasar por ningún filtro",
informó el periodista ruso
Victor Teryoshkin, especialista en
temas ambientales, y agregó:
"Eso significa entre 300 y 4000
metros cúbicos de agua por
día, un peligroso cocktail
de toda clase de metales pesados y
residuos humanos".
La principal compañía
encargada del tratamiento de las aguas
residuales, Vodokanal, sostiene que
sólo el 20% del agua que llega
al Neva está sin filtrar, y
alega de que no tiene los recursos
para revertir esta situación.
22 de junio de 2003
Fuente:
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